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Apoyo insuficiente

Federico Döring

Federico Döring

 

En el intento de priorizar la salud de los ciudadanos en la lucha contra la covid-19, el gobierno de la Ciudad de México olvidó el cuidado a la economía y a los empleos, generando, en consecuencia, otra epidemia, pero ahora de carácter económico.

De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social, de enero a noviembre del 2020 la Ciudad de México perdió poco más de 160 mil empleos formales como consecuencia de la pandemia y la estela de desastre económico que ha dejado alrededor del mundo.

Con una caída de alrededor del ocho por ciento del Producto Interno Bruto en 2020 y con una proyección de recuperación del 4.6 por ciento en el 2021, México enfrenta una de sus peores crisis económicas, si no es que la peor, empujando a cerca de 10 millones de personas a la pobreza.

Si bien no es un efecto exclusivo de México, pues todos los países están enfrentando su propia crisis, lo cierto es que en nuestro país la reacción ha sido lenta y los apoyos escasos, y la Ciudad de México es el mejor ejemplo de ello.

Empezó con una estrategia tibia y tardía, sopesados por la guía del gobierno federal. Se demoraron en reconocer el tamaño del problema y armaron un plan —al menos así le llaman en la oficina de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum— con una estrecha visión, dejando fuera a los sectores económicos y sociales.

Nadie puede, absolutamente, negar el impacto que la pandemia trajo consigo; era inevitable. Lo lamentable de la estrategia fue que Claudia Sheinbaum se ensimismó pensando que podría afrontar todos los frentes con su autoritarismo, y poco a poco el tiro le ha ido saliendo por la culata.

Con un manejo accidentado, por decir lo menos, del semáforo sanitario, mandó a cerrar toda actividad económica para después reabrir paulatinamente, por horarios, por zonas, por giro. Y cuando las cosas volvieron a estar graves, decidió nuevamente hacer un cierre total. No cuestiono la decisión, sino la forma en la que se toma.

Lo hizo alejada de los ciudadanos y cámaras industriales, quienes hoy resienten la falta de apoyo. Es más, ni al Legislativo se acercó. La regenta cerró restaurantes y comercios, pero fue incapaz de tener mano dura con el informalismo, el cual sigue operando diario y sin medidas sanitarias.

Lanza apoyos de dos mil pesos para trabajadores de restaurantes como paliativo temporal, pero falla en una visión de mediano plazo que considere un plan técnico con empresas para garantizar la sostenibilidad de los empleos y evite la desaparición de micro y pequeñas empresas.

  • Arrancamos un nuevo año y el panorama aún no es alentador. Vivimos un pico de contagios por el pésimo manejo del semáforo sanitario, por el ocultamiento de las cifras de exceso de mortandad, por el plan desarticulado, pero, sobre todo, por la unilateralidad y autoritarismo con la que el gobierno se ha manejado, lo que traerá consecuencias económicas aún más profundas a las que estamos viendo.

 

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