Sue, el resiliente
A los 5 años, los doctores le diagnosticaron ceguera total en el ojo izquierdo y miopía severa en el derecho; a partir de ahí su vida cambió.
Sue Aguayo es un ponente motivacional y atleta paralímpico mexicano que nació con problemas de vista y a quien, más tarde, la vida le puso una dura prueba al sufrir un accidente que lo convirtió en una persona maravillosa. Nació dentro de una familia pequeña, pero llena de amor y de entrega, lo que le permitió ser el hombre que es en el presente.
Su infancia transcurrió como la de cualquier niño, practicaba artes marciales, ya que su ídolo era Bruce Lee, hasta que, a los cinco años, los doctores le diagnosticaron ceguera total en el ojo izquierdo y miopía severa en el derecho; a partir de ese momento su vida comenzó a cambiar, a los 10 años, durante un viaje a Puebla, un camión embistió su auto, provocándole quemaduras graves en el 70% de su cuerpo, además de una seria lesión en su mano derecha, él y su madre sobrevivieron a este accidente, no obstante, tuvieron que pasar por miles de terapias, cirugías e injertos para ser dados de alta, pero ahora le esperaba su readaptación en la sociedad, lo cual sería aún más difícil, cuando todo indicaba que lo peor había pasado, el atleta paralímpico comenzó a tener dificultades para ver con el ojo derecho debido al desprendimiento de retina, a partir de ese momento encontró refugio en la música y, prácticamente solo, aprendió a tocar el teclado, por lo que decidió entrar a una academia musical y convertirse en maestro y compositor.
En 2004 tuvo la oportunidad de iniciar un nuevo reto, el taekwondo, inquietud que le persiguió desde pequeño, pero que, debido a sus incidentes, no pudo realizar. Rápidamente los instructores encontraron en él a un diamante, pues con su memoria y agilidad corporal representaba todo un reto para los deportistas convencionales. En 2005 debutó de manera profesional ante un chico de su mismo grado, lo cual le sirvió de vitrina ante el mundo del deporte mexicano y, con ello, sus éxitos iniciaron alrededor de toda la República Mexicana. Para 2007, y con el certificado de cinta negra, Aguayo puso el nombre de México en lo más alto, pues obtuvo la medalla de oro en el Sexto Abierto Internacional Championship, de Buenos Aires, Argentina; un acontecimiento histórico, igual que el resultado, ya que nunca en la historia mundial del taekwondo se había dado la participación de un atleta ciego y menos que éste compitiera en una categoría convencional.
La misma hazaña pudo repetirla, pero ahora en el Viejo Continente, al competir en el Sexto Open internacional de España 2008, realizado en Alicante, donde volvió a ganar la presea dorada. Sus conferencias muestran un modelo de persona que supera la adversidad y que demuestra que “todo es posible” y que los límites de crecimiento de un ser humano están muy por encima de las adversidades que enfrenta.
Recientemente, la Asociación de Olímpicos Mexicanos le entregó un merecido galardón, mismo que significa un reconocimiento a su capacidad de resiliencia al superar múltiples obstáculos y demostrar, con hechos, que la disciplina y constancia pueden hacer trascender cualesquiera de las aspiraciones y de los sueños que, como seres humanos, tenemos.
