Fundación Ayú
Ente sus objetivos trascendentales está contribuir a la reducción de la migración al evitar la desintegración familiar y la pobreza.
La nación mixteca se conforma por tres zonas que forman una región: sureste de Puebla, los valles centrales de Oaxaca y la Costa Chica, dividida entre Oaxaca y Guerrero.
Es en la mixteca baja, al noroeste de Oaxaca y sureste de Puebla en donde se centran las acciones, programas y proyectos de la Fundación Ayú, una asociación civil sin fines de lucro, laica y apartidista que desde hace 28 años promueve el desarrollo integral y sustentable de la población mixteca para desarrollar en ella sus capacidades.
La fundación tiene como objetivos trascendentales contribuir a la reducción de la migración al evitar la desintegración familiar y la agudización de la pobreza, al dotar a los pobladores mixtecos de herramientas, técnicas y tecnología para el desarrollo de proyectos comunitarios; además de promover y gestionar recursos materiales y económicos ante los sectores público y privado para detonar los proyectos productivos en las comunidades, así como empoderar a las mujeres y las familias para su progreso social.
El énfasis recae en la generación de ocupaciones e ingresos de forma sustentable para así coadyuvar a un desarrollo integral del capital humano enmarcado en la familia y la comunidad.
De igual suerte, dentro de los programas que promueve e impulsa la fundación están los fondos familiares comunitarios para que la población más desfavorecida tenga acceso al ahorro y al financiamiento, el apoyo a la comercialización de productos de la más alta calidad elaborados por productores de la mixteca, a través de la marca registrada Kundavi, así como el acompañamiento en la organización social para que la gente sea quien determine los proyectos, los alcances y las realidades de cada programa.
Recientemente tuve el privilegio de asistir a la sede de la Fundación Ayú, en Santa María Ayú, Huajuapan de León, Oaxaca, y tener la posibilidad de conocer la casa en donde nació el exgobernador oaxaqueño, servidor público de excelencia, legislador en múltiples ocasiones y hoy presidente de la fundación, Heladio Ramírez López, y a través de los ojos y experiencia de la vicepresidenta, Narcedalia Ramírez Pineda, pude conocer lo que han realizado hace ya casi seis lustros, beneficiando a decenas de miles de personas con base en el compromiso social de la institución, al ser una organización reconocida, con principios sólidos, y que no se han cansado de luchar por un solo sueño, que es el de construir una nueva sociedad mixteca.
Así, la sociedad mixteca va siendo más igualitaria, democrática, sustentada en la revolución del conocimiento y el fortalecimiento de sus raíces y valores culturales.
El tema del deporte y la cultura física han sido una expresión vigente en la búsqueda del desarrollo social e integral, y es por ello que la Fundación Alfredo Harp Helú para el Deporte se suma a los esfuerzos, con base en las premisas básicas de la prevención de adicciones, la generación de una cultura de autocuidado de la salud, buscando la cohesión y fortalecimiento del tejido social para el desarrollo y la paz.
Hoy más que nunca, en un mundo azotado por la pandemia de covid-19, los esfuerzos de la sociedad civil organizada, en alianza con los tres niveles de gobierno y el sector privado, serán fundamentales para revertir problemas sanitarios, económicos, sociales y políticos, que son una constante en México y el resto del planeta.
