Filosofía del relativismo
La teoría del relativismo se presenta desde un punto de vista antropológico, que ha tenido también críticas históricas...
El relativismo data como filosofía desde tiempos antiguos, donde, históricamente, niega el que exista una verdad única y absoluta, sostiene que la verdad es relativa, al menos, a un punto de referencia donde se le piense, cuándo o para qué. Entre las principales características de este fenómeno se destaca que el conocimiento no es único y absoluto, sino que existe incorporación a otra cosa o a su contexto. De acuerdo a la Enciclopedia de las humanidades: “Algo es considerado bueno solamente en comparación a algo malo y en una circunstancia concreta; el saber está condicionado por la cultura, la moral y los preceptos que tiene cada individuo”, se supondría que algo es verdadero en una cultura determinada, pero en otra es considerado falso debido a las creencias y costumbres que condicionan la definición de los conceptos; la noción de relativismo se aplica al campo del conocimiento en general, aunque se distingue mejor en el ámbito de la ética y la cultura, siendo estas diferentes maneras de interpretar y explicar al mundo como válidas, formulando argumentos comprensibles y justificables, de tal suerte que el conocimiento y la verdad no son independientes de los individuos y su circunstancia.
Según el relativismo, no se intenta demostrar que una cultura sea superior a otra, sino que ambas son importantes y se sostienen con base en sus propios conocimientos y creencias, a pesar de ser diferentes, esto ayuda a una mayor comprensión del mundo. Se entiende que hay tres tipos generales de relativismo: 1. Relativismo gnoseológico, que implica que no hay verdades universales y todo conocimiento es relativo a las condiciones o al contexto de quien lo afirme; 2. Relativismo cultural, que argumenta que no existe verdad absoluta, sino que la verdad depende de cada individuo en un espacio y tiempos concretos y, 3. Relativismo en física, que sostiene que la verdad es relativa al modelo según el cual se observe.
La teoría del relativismo se presenta desde un punto de vista antropológico, que ha tenido también críticas históricas que resaltan, con base en los detractores de esta corriente, que todo termina resultando subjetivo y que se pierde la coherencia al intentar aceptar absolutamente todos los puntos de vista y que se contradice a sí mismo, ya que la afirmación que sustenta “toda verdad es relativa” resulta contradictoria, ya que sostener que toda verdad está en duda disminuye el concepto de que puede haber una verdad absoluta.
Diversos autores se han preguntado si en estos tiempos la filosofía en comento tuviera la posibilidad de aportar ideas políticas y sociales, mencionando crisis de valores, preguntándose, más bien, si se trata de crisis de los sujetos que viven o intentan vivir los valores, ya que éstos no se han modificado; la razón es que el sujeto no encuentra contestación a las preguntas que le plantea la existencia: ¿a dónde voy?, ¿qué quiero?, ¿cuál es el sentido de mi vida?, pues no se tiene el saber teórico y la capacidad práctica para responder y, con ello, se aclara, de acuerdo con Miguel Ayala Fuentes en su libro Relativismo y dogmatismo, que la crisis es de la persona, no de los valores.
El diálogo consiste, fundamentalmente, en el intercambio de ideas, contenidos o impresiones que deben de presentarse de forma intergeneracional, ya que el acceso a la información a la que hoy estamos expuestos por vía de las tecnologías nos lleva a escenarios nunca imaginados por quienes construyeron corrientes de pensamiento con las que pudiéramos estar o no de acuerdo, y es por ello que el dogmatismo y el realismo se entrelazan en las actitudes y aptitudes de la convivencia digital humana.
