Beijing, oportunidad de paz

Que la diplomacia desactive una acción armada.

Hoy se inauguran los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno en la capital de la República Popular de China, en la majestuosa, ya también olímpica de verano ciudad de Beijing.

Son 86 países participantes y alrededor de tres mil atletas, quienes en 15 diferentes deportes invernales se disputarán las preseas y récords olímpicos.

México participa con una delegación de cuatro exponentes: Donovan Carrillo en patinaje artístico, Sarah Schleper y Rodolfo Dickson en esquí alpino y Jonathan Soto en campo traviesa, quienes han clasificado en los procesos selectivos de cada una de las federaciones internacionales, demostrando con sus cualidades y capacidades la calidad deportiva y competitiva que los hace merecedores a constituirse por primera y en algunos casos por segunda ocasión como parte de le élite olímpica internacional.

Para el gobierno de la República Popular de China y su presidente Xi Jinping ha sido un compromiso solemne con la comunidad internacional el realizar unos juegos seguros, sustentables y bien administrados, es por ello que el líder chino asumió directamente la supervisión y organización de este certamen que les fue concedido hace siete años para que fueran anfitriones y pudieran realizar una logística de reutilización de instalaciones de los Juegos Olímpicos de verano de 2008.

Se han ido superando diversos obstáculos, incluyendo una pandemia interminable y algunos boicots diplomáticos.

China, a diferencia de años anteriores, hoy no requiere mostrarse como una economía emergente, sino como una total y absolutamente consolidada, escaparate de sus logros y así estar ante el escenario mundial con una visión de nación prospera bajo la tutela y el mando del presidente Xi.

En relación con el proyecto Covid cero, las medidas sanitarias han generado acciones más estrictas que las incorporadas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020+1, por lo que se intuye que entre hoy y hasta el 20 de febrero observaremos unos juegos pletóricos con la más alta tecnología y la más elevada calidad deportiva.

Ante la tensión militar y financiera global que genera la amenaza de invasión armada de Rusia a Ucrania, con el rechazo y alerta de Estados Unidos y de los países de la OTAN y la movilización de miles de efectivos militares, se abre la opción y oportunidad de que el Movimiento Olímpico Internacional y la coadyuvancia del gobierno chino puedan ser un mecanismo de mediación en el marco de los Juegos Olímpicos de Beijing. Históricamente, en la época antigua y contemporánea, la tregua olímpica ha sido parte de los sucesos enmarcados en los Valores Olímpicos y en la Carta Olímpica, por ello, se propone que ante esta realidad pandémica que ha generado afectaciones sanitarias, políticas, económicas y sociales se establezca la posibilidad de destensar lo que pudiera convertirse en un conflicto bélico de grandes proporciones, ya que estamos hablando de grandes potencias mundiales que no sólo cuentan con armamento convencional, si no con armas nucleares que en un extremo pudieran ser utilizadas en detrimento de la existencia humana.

Por esta preocupación internacional es pertinente que los mecanismos diplomáticos se manifiesten en todas sus dimensiones para desactivar una acción armada, a la que podrá sumarse el peso global del Movimiento Olímpico Internacional que ha promovido el respeto a los derechos humanos y a la pacificación en sus 128 años de existencia.

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