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Abandono escolar

Daniel Aceves Villagrán

Daniel Aceves Villagrán

Esencial

Organismos internacionales, como el Banco Mundial, consideran que la crisis educativa que se está viviendo en Latinoamérica es total y absolutamente alarmante, decenas de millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes han desertado de los sistemas educativos escolarizados, siendo un efecto, entre muchos otros, generado por la pandemia de covid-19, que el cierre de escuelas en términos generales ha rebasado más de 480 días, periodo de tiempo mayor del cerrado a los planteles escolares en otras zonas del planeta.

La educación ha sido junto con la salud y la alimentación la principal herramienta para realizar una interrupción generacional de la pobreza, motivo por el cual los logros que se vinieron presentando en las últimas décadas en América Latina han sido vulnerados por los efectos globales de la pandemia, que incorpora en sus efectos el empobrecimiento de millones de familias, hasta llegar a la multiplicación de las carencias multidimensionales que dan como resultado la pobreza extrema.

En México, de acuerdo con los datos de la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) del Inegi se desprende que de las 33.6 millones de personas entre 3 y 29 años de edad inscritas en el ciclo escolar pasado, 5.2 millones no se inscribieron en el actual ciclo y 740 mil no lo concluyeron, de los cuales el 58.9% fue por algún motivo relacionado con la pandemia, 8.9% por falta de recursos y 6.7% por tener que trabajar; de la matrícula escolar que no terminó el curso por motivos específicos asociados al patógeno el 28.8% perdió el contacto con los docentes o no pudo hacer tareas, 22.4% porque alguien de la vivienda se quedó sin trabajo o redujeron sus ingresos, 20.2% la escuela cerró definitivamente y el 17.7% carecía de computadora, otro dispositivo o conexión a internet; si bien sólo 2.3 millones reporto que dejó la escuela por motivos de pandemia, el Inegi expuso que las respuestas “por falta de dinero o recursos” o “porque tenía que trabajar” pueden haberse intensificado por los efectos de la crisis, aunque directamente no se haya asociado al fenómeno de covid-19, por todas estas causas la cifra subiría a 8.4 millones de personas de 3 a 29 años; de los 1.8 millones que manifestaron que no se inscribieron por falta de recursos, 1.5 millones provenía de escuelas públicas y 243 mil de escuelas privadas, aunque no se dio una “migración educativa”, ya que sólo el 1% cambió de escuela privada a pública y el 0.9% de escuela pública a privada; en el caso de los jóvenes de 19 a 24 años que no se inscribieron resalta el que el 12.5% no lo hizo por falta de recursos y el 13.1% porque tenían que trabajar, este dato se subraya a partir de que avanza la edad de los educandos, quienes han buscado integrarse a la economía preponderantemente de manera informal.

Somos en América Latina la zona geográfica más afectada por la pandemia, con menos del 10% de la población mundial representamos casi un tercio del total de muertes a nivel mundial registradas por covid, lo que impacta en la desarticulación de millones de familias en donde el eje mayoritario son las madres de familia. Se requiere la más comprometida política pública de reinserción educativa como la gran prioridad de México y Latinoamérica.

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