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#Remedios Solidarios contra la pérdida de empleo

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

Por Lorena Jiménez Salcedo

En nuestro país se han perdido, en los últimos meses, poco más de 12 millones de empleos, como resultado de la pandemia por la que atravesamos y la desaceleración económica que mantenemos desde hace un par de años.

Igual de significativo es que, de acuerdo al Inegi, el total de empleadores que han dejado la actividad productiva que desarrollaban ascienda ya a poco más de medio millón. En su mayoría son microempresas que no han podido resistir el embate del confinamiento y que hoy han dejado de producir y de generar empleo y economía, dificultando aún más el panorama de la compleja recuperación económica mexicana.

Por ello, desde Coparmex hemos hecho un llamado nacional a favor de acciones conjuntas y urgentes que permitan revertir, en el mediano plazo, la pendiente de decrecimiento y/o estancamiento en la que nos encontramos, generando una propuesta de remedios solidarios que compromete a patrones, gobierno y trabajadores en una solución que busca preservar empleos en tres modalidades: 1) Salario solidario, 2) Seguro solidario y 3) Bono solidario.

Uno: El salario solidario es una medida de amplio uso a nivel mundial que ya opera en 54 naciones del mundo y el cual propone mantener las plazas laborales compartiendo, temporalmente, la responsabilidad de su pago entre los actores mencionados, de tal manera que el patrón paga una proporción del salario, el gobierno aporta otra y el trabajador acuerda recibir una proporción ligeramente menor del mismo. El modelo excluye al personal que recibe hasta tres salarios mínimos.

La medida se focaliza en las empresas que no fueron clasificadas como “esenciales” y que se han visto obligadas, hasta el momento, a mantener sus operaciones en pausa y que contribuye de manera clara a contener el despido de trabajadores formales en el país.

Dos: El seguro solidario es un mecanismo de apoyo inmediato para todos los trabajadores formales que hayan perdido sus empleos entre el 15 de marzo y el 30 de septiembre del presente, y que equivale a un salario mínimo general (3,696.6 pesos) recibido por seis meses como máximo.

Con el seguro solidario los trabajadores desempleados podrían acceder a un ingreso mínimo vital que les permitiría respetar el confinamiento al compensar una parte de los ingresos que han dejado de recibir.

Tres: El bono solidario es un incentivo a la creación de empleo formal que invita al gobierno a contribuir, por tres meses, con una proporción del salario del trabajador que sea contratado en el periodo que va de julio a noviembre del presente año.

El apoyo gubernamental se determinaría a partir del número de nuevas plazas generadas en la empresa con respecto al mes anterior al que se solicita el primer apoyo por contratación y, a la vez, el patrón se compromete a conservar el empleo de los trabajadores de nuevo ingreso al menos por seis meses.

Financieramente, la propuesta tiene un costo menor al impacto que generarían en la economía dichos niveles de desempleo. El salario solidario tendría un costo estimado del .07% del PIB. El seguro solidario tendría un costo de 0.1% del PIB, considerando que se brindarían apoyos a 1.5 millones de trabajadores formales que perdieron su empleo. Y el bono solidario costaría al erario 0.025% del PIB si se estableciera una meta de creación de 300 mil empleos formales.

En resumen, se haría más con menos, empleando menos del 1 por ciento del PIB en un plan de reactivación del empleo que rescataría no sólo la productividad, sino también la economía familiar de millones de mexicanos. Un uno por ciento que es muy inferior al 7% del PIB que trabajadores y patrones aportan anualmente a la hacienda pública por pago de ISR.

No hay medida contracíclica más urgente y no hay gasto público más justificado.

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