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Nacional

Viven del fraude con venta de lotes; gente armada vigila invasiones en Xalapa

Identifican a dos familias que se apropian de casas y terrenos; simulan contratos de compra-venta

Lourdes López/ Corresponsal | 09-08-2020
Una de las reuniones de los vecinos con los presuntos vendedores, comúnmente para solicitarles más recursos.

XALAPA, Ver.

Autoridades veracruzanas siguen la pista a por lo menos dos familias que han integrado bandas delictivas que se dedican a la invasión de viviendas y terrenos ejidales, los cuales después revenden varias veces.

Han llegado incluso a la quema de casas para generar miedo entre sus dueños y que éstos abandonen la vivienda y ellos la invadan y la vendan posteriormente.

El modus operandi de estas bandas consiste en la invasión de viviendas intestadas, simulación de contratos de compra-venta o exhibición de documentos falsos de cesión de derechos que les permite que la gente de buena fe confíe en ellos para “comprar” las propiedades que ofertan.

Los denunciantes aseguran que los estafadores se hacen acompañar de grupos armados para “defender” las colonias que han fundado en terrenos invadidos y ahí permanecen atrincherados.

En otros casos han usado el presunto tráfico de influencias del que presumen y que les ha permitido apoderarse de propiedades.

Las redes de estos grupos se han diversificado y posteriormente surgen estafadores de menor escala. De acuerdo con autoridades consultadas, los fraudes de compra-venta de terrenos es lo que más se ha multiplicado en los últimos años y pocos son los que han logrado recuperar lo invertido.

En 2014, una pareja fue sorprendida con el ofrecimiento de lotes a muy bajo costo en una zona de rápido crecimiento; el predio se denomina El Encinal.

Para la transacción presentaron a un presunto apoderado legal, identificado como Isidro “N”, de acuerdo con lo señalado en la carpeta de investigación de la Unidad Integral de Procuración de Justicia 1710/2018; la mediadora fue Wendolyn Montserrat “N”, quien, además, fue la que ofertó los terrenos.

“Lo que después averiguamos es que alteraron documentos y firmas. Con el propietario no pudimos corroborarlo, con su familia menos, pues después de un fuerte problema que tuvieron, no quisieron saber nada de estas propiedades”, señaló uno de los testigos.

Para convencer a los compradores, hubo falsificación de recibos de predial, sellos de presuntas escrituras y alteración de documentos no registrados en libros oficiales, auxiliados por empleados de la notaría pública número 11 de Xalapa. Dichos terrenos, después de un pleito con la vendedora, los ofertaron nuevamente y no les devolvieron su dinero. La familia agraviada ha recibido amenazas y las autoridades veracruzanas no han avanzado después de dos años de la denuncia.

“Cuando fue confrontada, dijo que no le harían nada. Creo que sabe de lo que habla porque, efectivamente, nadie le hace nada y a nadie le hacen justicia”, añadió.

VIDA DE INVASIONES

A partir de la década de 1990 surgieron organizaciones que ofrecían conseguir viviendas, pero siempre y cuando ganaran adeptos, a los que inscribían en su organización y los negociaban con los partidos políticos.

Una de las colonias que ha crecido al amparo de la corrupción es Las Marangolas, ubicada en el ejido El Tronconal, en donde hay denuncias de familias que han sido engañadas con la venta de terrenos y semanalmente deben aportar una cuota estipulada por Wendolyne Montserrat “N” quien, apoyada por su pareja Rafael Castillo y por personas que han sido policías y sus familiares, amedrentan a los compradores.

“La venta fue a través de una mujer llamada Estefanía; lo vivimos, pero no pudimos dar todas las cuotas porque tuvimos problemas y nos sacaron. A otros les quemaron sus casas, nosotros tuvimos suerte”, refiere Abel Martínez, hijo de una familia que vivía en Marangolas.

Otro de los líderes en Marangolas es Juan Carlos Campuzano, quien logró obtener parte de un predio declarado reserva ecológica pero que, al cambio de autoridades, logró sorprenderlos y fraccionó. Comenzó ofertando lotes a un precio muy alto, pero al final ofreció por 25 mil pesos las fracciones de terreno.

PERDIÓ SU PATRIMONIO

XALAPA, Ver.— En agosto de 2017, grupos de auxilio acudieron a una colonia nueva para sofocar el incendio en un conjunto de viviendas que a propósito fueron siniestradas para que las personas desocuparan los terrenos.

Lucía, una de las afectadas, pagaba abonos, pero no terminó de cubrir las cuotas que le pedían y que eran para, supuestamente, regularizar su lote.

Con la venta de artículos en los mercados ambulantes, Lucía recordó que no podía ser constante en los pagos, pues en esas semanas previas no hubo mucha venta y comenzó a tener retrasos. Las personas armadas que llevaban los líderes la amedrentaban para que no se atrasaran ella ni sus vecinos.

“Llegaban semanalmente, hay que pagar faenas, vigilancia, agua y otros servicios que nos cobraban”, sostuvo.

Ahora paga una renta en una cuartería que le queda muy cerca de su trabajo como empleada doméstica, dejó de vender porque luego de ser sacada de su terreno intentó denunciar el despojo, pero hubo amenazas.

“Ya me esperaba una persona afuera de la Fiscalía; éramos cuatro personas las que íbamos. Nos dijo que mejor no moviéramos nada, porque ahí tenía amigos que nos iban a encarcelar porque habíamos vivido en un terreno sin pagar”, relató.

En este intento de obtener un patrimonio perdió casi 40 mil pesos.

 

 

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