Regresan tradiciones tras 2 años sepultadas
Las calles de los principales puntos turísticos de los estados, como Huatulco y Puerto Escondido, Oaxaca, volvieron a disfrutar del Día de Muertos y Fieles Difuntos; los paisajes fueron adornados con enormes Catrinas y altares

Los panteones de estados como Tamaulipas, Estado de México y Querétaro retiraron las restricciones, aunque sólo recomiendan usar el cubrebocas, mientras que en Oaxaca, Morelos, Tlaxcala, Chiapas, Veracruz y Chiapas, entre muchos otros, retomaron las celebraciones del Día de Muertos tras dos años de restricciones y cierres por la crisis sanitaria del coronavirus.
En Oaxaca, el centro histórico de la capital y municipios conurbados lucen pletóricos de visitantes nacionales e internacionales durante esta celebración, tras dos años de restricciones de movilidad.
Autoridades locales de Oaxaca y la iniciativa privada se esmeraron en acondicionar calles y fachadas con elementos relativos a la fecha, sin faltar los altares coloridos y Catrinas gigantes para que los visitantes se tomen selfies y compartan en sus cuentas en redes.

Mientras tanto, en los barrios tradicionales continúan las comparsas, también conocidas como muerteadas, una tradición de antaño que sigue vigente como forma de celebrar a los difuntos y la vida.
Las comparsa son verbenas vespertinas y nocturnas, esperadas por chicos y grandes, que vuelve en parodia la realidad cotidiana. Los vecinos se disfrazan y se organizan para financiar una banda de música que acompañe la parada durante toda la noche. Disfraces, música, baile, comida y bebidas involucran a las familias del centro y periferia.
También regresó la convivencia con los fieles difuntos, decenas de personas retomaron la tradición de adornar y velar las tumbas. Los camposantos del centro y municipios conurbados lucen iluminadas dos noches consecutivas, la del 31 de octubre y 1 de noviembre. Una tradición que capta la atención de propios y visitantes que, en parejas o grupos, arriban a los camposantos para ser testigos de la velada.
De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Turismo del estado (Sectur), las celebraciones del Día de Muertos aportarán una derrama económica de unos 293 millones de pesos en los tres principales destinos del estado.
El corte preliminar refiere que la ciudad de Oaxaca, Bahías de Huatulco y Puerto Escondido recibieron a 84 mil 883 turistas nacionales y extranjeros en este periodo de fin de semana largo.

Según los prestadores de servicios turísticos en la ciudad de Oaxaca, la ocupación hotelera supera 90%, una afluencia de 50 mil 238 turistas del país y del extranjero; lo que generará una derrama económica de más de 126 millones de pesos, 29 millones de pesos más que los obtenidos en pandemia.
Las estimaciones indican que 20 mil 798 turistas nacionales e internacionales llegarán a disfrutar de las bahías de Huatulco, donde se calcula que la ocupación hotelera sea de 65% y una derrama de 129 millones de pesos, lo que significa un incremento 34 millones de pesos más respecto al 2021.
Para Puerto Escondido se prevé que los visitantes dejen unos 38 millones de pesos, 11 millones de pesos más que el año anterior; la llegada de 13 mil 848 visitantes; así como una ocupación hotelera de más del 50 por ciento.
Con información de Patricia Briseño, Emmanuel Rincón, Alfredo Peña, Miriam Bueno y Ángeles Velasco
ATRAEN A LAS ÁNIMAS CON DANZAS
Indígenas tzotziles realizan una serie de ritos, por tres días, para recibir las almas de sus difuntos
SAN JUAN CHAMULA, Chis.— Los danzantes alientan a las almas a llegar al Panteón de la comunidad El Romerillo, ubicada en este municipio. Son los mashes, caminan de tumba en tumba adornadas con la flor de cempasúchil, veladoras y las ofrendas que los indígenas tzotziles depositan a sus muertos.
Para los ancestros de San Juan Chamula, las almas llegan caminando y el campo santo se convierte en una fiesta, entre rezos, llantos y risas. El olor a incienso rodea la montaña, donde sembraron docenas de cruces como una puerta a la llegada de las almas.
En cada tumba, los indígenas colocaron una tabla, símbolo de la puerta del espíritu para que alma salga a disfrutar las frutas, como naranja, durazno y manzana, además de carne seca, refrescos de cola, cerveza, poch y repollo, entre otras ofrendas.

Los indígenas llegan desde temprana hora, casi al alba, empiezan a adornar las tumbas, prenden una veladora para quemar la flor de muerto, antes de empezar a rezar y esperar la llegada de cada ánima.
Juan Santiz Méndez Segundo, habitante de El Romerillo, dijo que las tablas son las puertas del difunto.
Son parte de los usos y costumbres. “La tabla, como puerta, se abre, se le pide a Nuestro Señor Jesucristo, a San pedro, al Calvario que está, aquí son 22 calvarios los que están, donde cada año se le pone el ocote, como dicen los antepasados, tiene que dar una sombra a tantos kilómetros”.
En San Juan Chamula celebran a los muertos por espacio de tres días, lo primero es la búsqueda del ocote, la siembra y, posteriormente, la visita al campo santo. De esa forma, las tumbas son adornadas flor de cempasúchil y juncia cortada del árbol de pino.
Los mashes, dijo Méndez, llevan la música tradicional, el acordeón, la guitarra, también la sonaja y el tambor.
- Por Gaspar Romero. Corresponsal
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