Histórico 1968: Desafío al rector, sigue paro

El director de la Facultad de Derecho, Ernesto Flores Zavala, afirmó en una asamblea hoy hace 50 años, que el Movimiento no era estudiantil y que estaba sirviendo a intereses extraños, lo que provocó una gran rechifla

 

 

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A las 13 horas del 17 de septiembre de 1968, en la explanada de Ciudad Universitaria se realizó un mitin. La demanda, fue una vez más, para el gobierno: cumplan el pliego petitorio de seis puntos. Fotos: Archivo Histórico Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

El martes 17 de septiembre de 1968, una vez que pasaron los días patrios, el Movimiento Estudiantil siguió en marcha. Estudiantes afines al Consejo Nacional de Huelga (CNH) tomaron las oficinas administrativas de la Escuela Preparatoria de San Ildefonso. Y otros volvieron a los salones, como lo había sugerido el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra.

La información de este hecho estuvo aparejada a la reanudación parcial de clases en algunas escuelas preparatorias, según la declaración del director de Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Vicente Méndez Rostro, que apareció en Ultimas Noticias Primera Edición de Excélsior.

En la misma información publicada hoy hace 50 años se mencionaba que al medio día de ese 17 de septiembre se realizaría un plebiscito en la Ciudad Universitaria para conocer si los alumnos seguirían en paro o regresarían a clases.

La información sobre ese plebiscito se publicó horas después en la edición de Últimas Noticias Segunda Edición, conocida como La Extra. El resuelto fue que los estudiantes no volverían a clases.

La noticia publicada en el vespertino de Excélsior, bajo la firma de Jaime Reyes Estrada, era que tanto universitarios como politécnicos habían resulto que no regresarían a clases hasta que se cumplieran los 6 puntos del pliego petitorio.  En el Politécnico la decisión fue unánime y en la UNAM tuvo algún tropiezo.

Maestros y alumnos dialogaban libremente en los pasillos y los salones de clases de las instalaciones de Ciudad Universitaria, dice la información de la época, después de haber pasado horas en calma y todo volvía a encarrilarse.

Los maestros invitaban a los muchachos a regresar a clases, bajo el argumento de que “de lo contrario la universidad se nos va a morir en la manos, por tontos”, según se lee en la nota de Reyes Estrada.

Estudiantes del Politécnico denunciaron que varios agentes provocadores habían entrado el viernes anterior (este 17 de septiembre fue martes), aprovechando el ambiente de las fiestas patrias, a la prevocacional uno. Que destruyeron mobiliario y se llevaron archivos de los alumnos.

En la asamblea de los estudiantes de la Facultad de Derecho, el director de ésta, Ernesto Flores Zavala, afirmó hoy hace 50 años, que el Movimiento no era estudiantil y que estaba sirviendo a intereses extraños, lo que provocó una gran rechifla de los asistentes.

Otro de los acuerdos tomados en las asambleas de hace 50 años, fue disolver las porras estudiantiles. La idea era evitar provocaciones. Y también se decidió rechazar la violencia.

A las 13 horas del 17 de septiembre de 1968, en la explanada de Ciudad Universitaria se realizó un mitin. La demanda fue, una vez más, para el gobierno: cumplan el pliego petitorio de seis puntos.

En la edición de últimas Noticias Primera Edición, Miguel Ángel Granados Chapa, escribió una columna titulada “Condiciones del retorno: consenso y no violencia”.

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Hoy hace 50 años, la mayoría de las escuelas de la UNAM decidió seguir en paro.

El texto del periodista arrancaba así: “A esta hora, quizá en alguno de los planteles universitarios se han reanudado ya las clases suspendidas desde finales de julio. Los consejos técnicos de varias facultades y escuelas atendieron el llamado del rector para volver a la normalidad y citaron para hacerlo hoy.

Es conveniente señalar algunos de los rasgos que configuran la normalidad universitaria, a la que se refirió el rector. Desde luego, un primer elemento de la vuelta a clases, el ejercicio de la tarea docente. (En rigor, éste es el único de los objetivos universitarios que no han estado cumpliéndose, pues los otros dos, investigación y difusión de la cultura, ha continuado su desarrollo)”.

Granados Chapa, que con el paso del tiempo se convirtió en un periodista influyente, que incluso entró a la política, fue candidato a la gubernatura del estado de Hidalgo en 1999 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), escribió en ese artículo del 17 de septiembre de hace 50 años:

Pero el retorno implica otros dos factores: el consenso de los alumnos y la ausencia de violencia. Esto es, serán normales las condiciones de la reanudación de labores si en ello están de acuerdo la mayoría de los estudiantes involucrados en el asunto.

Otro elemento es la no violencia. Nadie que conozca la política de la Universidad desconoce que, en más de una ocasión, las huelgas estudiantiles han sido rotas por la fuerza. Esto es, grupos de choque se apoderan de los locales universitarios y fuerzan a quienes los ocupan a desalojarlos y permitir la vuelta a clases”.

El texto de Granados Chapa concluye con este párrafo: “Si hoy los universitarios han regresado a clases, lo harían por estimar que así lo requiere la lucha que sostienen. Pero si el regreso ha sido forzado, si hubo violencia o imposición, todavía presenciaremos muchas tensiones”.

En la edición de Excélsior de hoy hace 50 años se publicaron las notas de la ceremonia del grito de Independencia, de la noche del 15 de septiembre de 1968 que dio el presidente Gustavo Díaz Ordaz. Y también la información del desfile militar del día siguiente, también en el Zócalo de la Ciudad de México.

El título para esas informaciones fue “Reitera Díaz Ordaz que se mantendrá el régimen de libertad”.

También en La Extra de Excélsior, en la columna institucional Perifonemas se publicó el texto titulado “¿Reanudación de clases en la UNAM? En este editorial se mencionó que en atención al llamamiento hecho por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, ingeniero Javier Barros Sierra, varios organismos de dicha corporación han decidido reiniciar sus actividades escolares.

Menciona la columna que no pocos profesores y alumnos, persuadidos de la importancia de salvar el año lectivo y sin perjuicio de proseguir sus tareas políticas, si así lo consideran pertinente, pero sin lesionar los cursos, se hicieron eco de la petición, y han considerado pertinente normalizar las actividades universitarias en todos los aspectos, y fundamentalmente en lo que ve a la vuelta a clases. Al menos esa ha sido o querido ser su intención básica, según lo demuestran los múltiples desplegados aparecidos en los periódicos en los días anteriores. Pero una fuerte corriente presiona para que la huelga continúe, y mediante ella haga patente la continuidad del Movimiento Estudiantil iniciado hace más de un mes en la capital. Los dos grupos van a entrar en pugna y ya se verá, en el curso de la semana, cuál predomina a la postre.

Carlos Ravelo fue el reportero, autor de la nota de la ceremonia del tradicional grito de Independencia, que arrancó así: El Presidente de la República, después de cumplir, Bandera nacional en mano, con la ceremonia del grito en el balcón central de palacio, volvió a salir solo, para saludar al pueblo que lo vitoreaba, ratificándole la confianza que le otorgó al elegirlo en julio de 1964.

La nota sobre el desfile militar la escribió Jesús M. Lozano. Así la inició: El presidente Gustavo Díaz Ordaz reafirmó ayer que “México sigue siendo uno de los países más acogedores y donde mayores libertades se disfrutan”, y además prometió “todos los auxilios hasta la medida de nuestras posibilidades”, para las víctimas de los trastornos meteorológicos.

Además de la información por las fiestas patrias y las fotografías de la noche del grito, del presidente con su esposa, Guadalupe Borja y del desfile militar, en la primera página de Excélsior se publicaron notas de las ceremonias por la independencia de México en Chicago, donde estuvo el procurador General de la República, Julio Sánchez Vargas; en  San Antonio Texas, el titular de agricultura, Juan Gil Preciado. Además, la información del recorrido de la flama olímpica, que se dirigía hacia México y en ese 17 de septiembre de 1968 estaba en San Sebastián para cruzar el océano Atlántico y llegar a América.

cva