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Nacional

Esperanza y formación en cada rebanada de pizza

Mediante un programa de emprendimiento, la firma Pixza emplea y capacita a personas en situación de calle, abandono familiar o migrantes para que forjen su propio camino profesional

Ilian Cedeño | 24-03-2024
Después de cada 15 pizzas que se venden, regalan una a personas que se encuentre en el perfil de abandono social. Foto: Cortesía de Somos Pixza

Jóvenes en situación de abandono social han encontrado en cada rebanada de pizza más que un empleo formal.

Personas en situación de calle, migrantes o en abandono familiar que trabajan en Pixza y son parte de un programa de reinserción social en el que cada día, además de participar en la elaboración y repartición de pizzas gourmet, hechas de maíz y con ingredientes típicos mexicanos, reciben formación para buscar nuevas oportunidades.

Pixza es un trampolín para estos jóvenes que, mientras trabajan, reciben las herramientas para encontrar su propio camino profesional, así como habilidades socioemocionales que los alistan para la reinserción social”, dijo a Excélsior Andrea Cháirez, directora de Comunicación de Pixza.

Detalló que, bajo el lema “Que tu pasado, no defina tu futuro”, trabajan en colaboración con organizaciones no gubernamentales que se coordinan con albergues y organizaciones no gubernamentales que tratan con estos jóvenes en esa situación y mientras van trabajando en la cadena, durante un proceso que dura 18 meses, son capacitados en diversas áreas técnicas.

La mayoría de la plantilla de los agentes de cambio, como nombran a los jóvenes del programa, son mujeres y, de acuerdo con Romina Rossi, directora de Comercialización y Comunicación de Pixza, el modelo de negocio ya tiene presencia en la Ciudad de México, con dos sucursales, pero que también distribuye su producto en Querétaro y Monterrey.

En la capital del país actualmente laboran ocho agentes de cambio, misma cantidad que se renovará al cumplirse el plazo de acompañamiento.

Cada que uno de estos agentes de cambio sale y encuentra un mejor trabajo, Pixza da un paso más en la ruta del cambio”, agregó.

La pizza es única e innovadora. La base está hecha con maíz azul y encima cuenta con diferentes ingredientes como saltamontes, chile poblano, flor de jamaica, chorizo, cochinita pibil, carne enchilada, mole y queso oaxaqueño, entre otros. Además, está bañada en una salsa de distintas de especias.

Otra característica de la firma es que distribuye a tiendas sus pizzas congeladas y selladas al alto vacío, para que los clientes pueden adquirirlas y calentarlas en casa.

La diferencia la marcamos desde la entrevista. En Pixza no existe discriminación. El proceso de reclutamiento no tiene preguntas en materia de género, destacó Cháirez.

En el cuerpo directivo y administrativo, así como en el técnico y operativo el crecimiento con inclusión es evidente. “En Pixza jamás he sentido un límite como mujer. Hablar de inclusión es orgánico”, subrayó.

Si no podemos generar esa inclusión, no estamos siendo Pixza”, agregó Rossi.

En el perfil de abandono social hay muchas mujeres que enfrentan limitantes al momento de buscar trabajo. Enfocarnos en ese nicho es muy complejo”, indicó.

Cháirez destacó las cifras del estudio de movilidad social, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, que de 100% personas que se encuentran en abandono social, 80% es mujer. Tan sólo en la Ciudad de México, unos 20 mil jóvenes están en abandono social.

El agente de cambio “comienza con aprender nuevos hábitos y la disciplina para mantener un trabajo estable. Después, se trabaja en su desarrollo profesional y personal para evolucionar y, finalmente, lograr una vida independiente, ser capaces de mejorar gradualmente su calidad de vida y tener estabilidad”, dijo a Stanford Social Innovation Review, Natalia Pedroza, una gerente de Pixza.

Rossi destacó que “el día de pago es cuando el agente de cambio muestra que puede utilizar un recurso que ganó en Pixza para mejorar su realidad, es decir, logró comprarse algo que le hacía falta, terminar la prepa, meterse en un curso, equipar su casa, meter a su hijo a la escuela, etcétera, el pago es cuando concretan una meta”.

Mientras más Pixza, más inclusión”, subrayó. La firma busca que el modelo de negocio se expanda para que cada rebanada de pizza no sólo alimente, sino que también cambie la vida de más personas.

 

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clm

 

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