CCH lanza cruzada contra la deserción; habilitarán centros de cómputo

CIUDAD DE MÉXICO.

El Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UNAM, habilitará centros de cómputo en sus cinco planteles para que los alumnos que no tengan acceso a computadoras o conectividad en sus hogares puedan seguir las clases en línea el próximo semestre.

En entrevista con Excélsior, Benjamín Barajas Sánchez, director general del CCH, detalló que se instalarán en promedio entre 400 y 500 computadoras adicionales en sus planteles y se establecerán  medidas sanitarias, como separar los lugares con acrílico para que los estudiantes puedan estudiar ahí, evitando con ello el abandono escolar. El proyecto es una iniciativa de la rectoría de la UNAM, encabezada por el rector Enrique Luis Graue Wiechers, y está a cargo del doctor Ken Oyama, secretario de desarrollo institucional.

“Es un esfuerzo que se va dar en todo el Colegio, pero también existirá en muchas dependencias universitariasde; por ejemplo, en la FES Acatlán va a haber un espacio enorme para sus jóvenes, y lo bonito del programa es que si un alumno de bachillerato vive cerca de Acatlán, con su credencial puede ir a la FES Acatlán o viceversa, la idea es potenciar todo el apoyo”, dijo.

De manera preliminar,  Benjamín Barajas estimó que alrededor de 15% de los estudiantes del CCH no poseen los recursos ya sea de conectividad o equipo, lo que se traduce en alrededor de ocho mil alumnos.

“Pero para ese 15%, nosotros hicimos un programa de atención que se llamó programa emergente de atención a los cursos  ordinarios y logramos localizar a la mayoría de ellos e hicimos los vínculos con sus maestros.  Conseguimos contactar a muchísimos, y será precisamente a estos estudiantes a quienes se apoyará en los centros de cómputo de los planteles”, expuso.

De manera paralela comentó que para el próximo semestre, que iniciará el 21 de septiembre, el CCH tendrá cursos propedéuticos en línea, para los  18 mil alumnos de nuevo ingreso.

APUESTAN A EDUCACIÓN TÉCNICA

A partir de ahora, los jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) que cursen alguna de las 15 opciones técnicas que ofrece la institución, en dos semestres recibirán una cédula profesional que les permitirá incorporarse al mercado laboral de una manera más fácil, tras el reconocimiento que otorgó el viernes pasado el Consejo Universitario de la UNAM  a los programas de estudios técnicos especializados.

Benjamín Barajas Sánchez,  director general del CCH, destacó que el reconocimiento a las llamadas opciones técnicas,  entre las que se encuentran el técnico especializado en recreación, en análisis clínicos y banco de sangre, por ejemplo, es más pertinente que nunca ante de la pandemia de covid-19 que se enfrenta.

“Nosotros tenemos en promedio 60 mil alumnos y las opciones técnicas son optativas, no son para todos, en el sentido de que sería casi imposible; entonces a los jóvenes que se interesan hacemos una convocatoria y elegimos a 7% de la matrícula. Lo que sí es obligatorio es su plan de estudios y las opciones técnicas, las carreras cortas lo que hacen es vincular a la población  joven de manera  temprana a la vida laboral”.

“Es muy pertinente, por ejemplo, tenemos unas especializaciones para que los muchachos emprendan, hay una que se llama técnico especializado en juego empresarial, porque no sólo hay que preparar empleados, sino preparar gente que pueda impulsar negocios, actividades empresariales y los jóvenes en esta especialidad imaginan negocios”, expuso Barajas Sánchez en entrevista con Excélsior.

Refirió que en 49 años de existencia del CCH, alrededor de 80 mil jóvenes han cursado las opciones técnicas, lo que los ha empujado a incorporarse a un trabajo, algunos mientras siguen estudiando.

La duración del programa es de dos semestres, un promedio  200 horas de clases y 300 horas prácticas.

Desde  la fundación del CCH  en su documentos  originarios se aprobaron las opciones técnicas, que consistían en cursos  de un año para formar a los jóvenes  para el trabajo

“Cuando el Colegio se fundó recibía alumnos muy marginados socialmente con padres que no tenían estudios, muchos  padres  eran analfabetas, o no tenían ni la primaria, es decir, venían de condiciones muy  humildes  y entonces la idea  era que si no lograban concluir el bachillerato por lo menos  tuvieran una opción técnica para incorporarse al mercado laboral”, comentó.

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