El castigo divino sí existe, las enfermedades como penitencia

Por creencias religiosas, 50% de los mexicanos considera que los padecimientos como cáncer, SIDA, psoriasis y diabetes son castigos

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Mujer rezando en iglesia

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de agosto.- En México, persiste la creencia de que algunas enfermedades pueden ser una forma de castigo divino. Esta percepción, que combina religiosidad, cultura y tradición, influye en la manera en que las personas interpretan su salud y afrontan la enfermedad.

La doctora María Isabel Barrera, especialista en salud pública, señala que muchas personas atribuyen los padecimientos a una especie de penitencia por errores o conductas pasadas, lo que evidencia la profunda relación entre religión, educación y cultura en la sociedad mexicana.

Entender estas creencias es clave no solo para el ámbito médico, sino también para la educación en salud y la prevención, pues pueden determinar cómo los individuos buscan tratamiento y cuidan su bienestar.

En distintos estados del país, las personas siguen interpretando síntomas físicos como señales de un castigo divino. La creencia se refuerza por tradiciones culturales y religiosas que relacionan el sufrimiento con la purificación o redención.

La doctora Barrera indica que esta percepción puede influir en las decisiones de atención médica, pues algunas personas retrasan tratamientos o confían más en rituales y remedios tradicionales que en la medicina moderna.

Al menos 50% de los mexicanos considera que las enfermedades o incluso ciertos accidentes son un castigo divino, indicó María Isabel Barrera, doctora en sicología y salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La experta dijo que “los mexicanos, en general, tienden a relacionar los hechos —trágicos o no— con premios o castigos del destino, de la vida o de creencias religiosas.

“La sociedad mexicana tiene una educación y estilo de vida culpígenos, sobre todo cuando existe una enfermedad crónica e incurable y que, además, se nota a simple vista”, explica Barrera.

Por ejemplo, cuando se trata de padecimientos que no se ven (como las primeras etapas del cáncer) no hay comentarios alrededor del paciente.

Sin embargo, “cuando el padecimiento progresa y comienza a notarse, como en el caso de la psoriasis (enfermedad incurable y no contagiosa de la piel que genera escamas rojas y plateadas), la familia, amigos, enemigos, vecinos y demás opinarán y calificarán si el enfermo fue bueno o malo y, en consecuencia, está siendo castigado”, explicó.

Las enfermedades no son un castigo divino, indicó la experta en sicología médica, sino que son hechos relacionados con estilos de vida y sobre todo con la genética. Es decir, los genes que integran el cuerpo pueden mutar y generar alteraciones y, en consecuencia, padecimientos.

No obstante, “las creencias populares son muy fuertes y la mayoría de ellas están relacionadas con el pensamiento religioso, que puede ser irracional y sin sustento científico.

“Ciertas religiones generan castigos y penitencias, como irse al infierno, ya sea en vida o tras la muerte. Por eso todo lo que vivas hoy en día será consecuencia de tus actos, es cuando surge el concepto de pecado y castigo”, puntualizó Barrera, especialista en sicología de atención primaria en Salud por Ssa.

Explicación científica

El 99% de las enfermedades, que hoy en día conocen los humanos, tienen un origen y desarrollo que se explican bajo los preceptos científicos.

Al respecto, Timothy J. Lyons, director de Investigación y Asuntos Científicos del Harold Hamm Diabetes Center, de la Universidad de Oklahoma, advierte que la diabetes, por ejemplo, se presenta por deficiencia en la producción (en cantidad y calidad) de la insulina, ésta se genera en el páncreas.

“La diabetes no surge por un susto, tampoco es un castigo en determinada sociedad, ya que sin importar la raza, condición social, país de procedencia o residencia, la diabetes está presente en todos los rincones del mundo.”

No obstante, en los países donde la obesidad y el sedentarismo se ve con mayor fuerza, es más común la diabetes tipo II, indicó el también profesor de medicina J. Lyons del área de Diabetes y Endocrinología en el Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Oklahoma, mismo que reconoció  que “99% de los avances científicos permiten que hoy en día los pacientes con diabetes puedan vivir décadas con la enfermedad, cuando antes (hace más de 30 años) fallecían en unos meses”.

Al igual que la diabetes, algunos tipos de cáncer y el VIH pueden tratarse de forma crónica gracias a los medicamentos, tratamientos y terapias que la ciencia sigue desarrollando.

Mitos y realidades

Diabetes tipo I o II

Mito: Surge por un susto o enojo.

Explicación: La insulina, al igual que la adrenalina, es una hormona que se dispara cuando hay estrés. En el páncreas se genera la insulina, con la obesidad dicho órgano no funciona correctamente.

Por tanto, la hormona insulina no se secreta en cantidad y calidad ideal para mantener el azúcar bajo control. Así que se usan antidiabéticos orales y se inyecta insulina.

SIDA

Mito: La sexualidad es pecado y se enferman aquellos que son promiscuos.

Explicación: Ejercer la sexualidad es fundamental para la salud. Sólo aquellos que tienen sexo sin protección, están en riesgo.

El VIH lesiona el sistema inmune del paciente y lo deja sin defensas frente a diversas enfermedades.

Hoy en día existen medicamentos que permiten controlar el virus y evitar la progresión hacia el sida.

Aunque algunas enfermedades puedan parecer castigos divinos según la percepción popular, es importante entender y respetar la diversidad de creencias, al mismo tiempo que se promueve la información científica. La interacción entre cultura, religión y medicina refleja cómo los valores y tradiciones moldean la vida cotidiana y la manera en que enfrentamos la salud y la enfermedad.