Vinculan a proceso a Arturo Bermúdez y 18 policías en Veracruz

Bermúdez ordenó el exterminio de todo aquel involucrado en la organización criminal de 'Los Zetas' (Foto archivo: Cuartoscuro)

XALAPA, VERACRUZ.

Fueron vinculados a proceso los 19 integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz por su presunta participación en delitos de desaparición forzada. Entre ellos, el exsecretario Arturo Bermúdez Zurita, el exdirector de la Fuerza Civil, Roberto González Meza, el exdirector de penales, Óscar Sánchez Tirado, y 16 policías más.

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A los mandos los señalan como participantes mediatos y a los policías como los ejecutores de las desapariciones de al menos 15 personas, de acuerdo con lo que consta en los expedientes en poder de la autoridad judicial.

La continuación de la audiencia de vinculación a proceso inició alrededor del mediodía del martes y culminó a las 5:38 de la mañana del miércoles, de acuerdo con lo informado por la Fiscalía General de Veracruz.

La medida cautelar dictada por la Juez Alma Aleida Sosa es de prisión preventiva oficiosa, además de un plazo de cuatro meses más para la investigación complementaria.

En dicha diligencia, los 19 imputados escucharon los testimonios de testigos protegidos que narraron cómo el exsecretario de la Secretaría de Seguridad Pública participó como cabecilla de la estructura criminal que se dedicó a desaparecer personas, a través de los elementos de las denominadas Fuerzas Especiales, también llamados Fieles, un grupo que Bermúdez presumía como “de élite”.

Ahí se conoció cómo, a partir de septiembre de 2011, Bermúdez Zurita ordenó el exterminio de todo aquel involucrado en la organización criminal de Los Zetas. La clave de Bermúdez era Jaguar y así exigía que le llamaran sus colaboradores.

La reacción del grupo delictivo no se hizo esperar y el 18 de noviembre de 2011, se registró un enfrentamiento entre la policía de Bermúdez y zetas que presuntamente pretendían secuestrar al hijo del exgobernador Javier Duarte de Ochoa, quien era alumno de una escuela ubicada en el fraccionamiento Briones. Era una reacción violenta a la orden de Bermúdez, quien siguió el exterminio.

Para no enfrentar cargos, cuatro exelementos de Seguridad Pública delataron a sus compañeros y confesaron que los excesos llegaron al grado de abusar sexualmente de mujeres a las que levantaron durante los retenes que colocaban en diferentes puntos de la ciudad o en carretera o a las esposas de quienes anteriormente habían levantado y desaparecido.

Entre las declaraciones es narrado cómo a una mujer embarazada, cuyo esposo fue levantado por las Fuerzas Especiales, fue abusada sexualmente por ocho de los elementos y a su bebé de diez meses de nacido lo torturaron con toques eléctricos. El esposo y padre de las víctimas sigue desaparecido.