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Nacional

Ausencias que lastiman: Alexander, de siete años, ya no regresó

La Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos calcula que actualmente hay dos mil menores robados

Wilbert Torre/ Especial | 04-11-2014
El 2 de mayo de 2012 el gobierno federal implementó y puso en funcionamiento el Programa Nacional Alerta AMBER México. En la imagen, la alerta de Alexander.

CIUDAD DE MÉXICO, 4 de noviembre.- Con el Día de Muertos y la llegada de festivales y peregrinaciones masivas, inicia la temporada de alto riesgo de robo de niños, que se extiende hasta la Navidad. “Es un ciclo de tensión y trabajo”, dice Sandra Martínez Peralta, directora institucional de la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos. Es un martes de octubre y está reunida con 80 padres de familia que la llamaron con un mensaje urgente: en Azcapotzalco corre el rumor de que una red secuestra menores de edad.

La estancia infantil Mi mundo feliz recibe niños chiquitos, desde recién nacidos hasta la edad en la que ingresan al kínder.  Martínez está en un aula atestada por 80 padres de familia. Le cuentan que en las calles cercanas la gente está alarmada porque se dice que dos personas a bordo de una camioneta están robando niños pequeños.

La directora del plantel escuchó la inquietud y entró en contacto con Martínez, que ahora escucha con atención a los padres de familia. Pasa un video de tres minutos: una mujer toma a un niño de un carrito en el supermercado, le tapa la boca y en los vestidores lo rapa y le pone un vestido de niña. La mamá da la voz de alarma y el gerente baja las cortinas. La mujer va al encuentro de un hombre y cuando se dirigen a la salida, la mamá identifica a su hijo y unos policías detienen a los secuestradores.

“¿Qué sintieron?”, pregunta Martínez. Unos dicen que miedo. Otros, desesperación.  “¿Qué observaron?” Le responden que la mamá actuó con rapidez.

“Es muy importante que si viven una situación así, traten de controlarse. Que alejen el miedo, que los paraliza y les impedirá saber qué hacer.” Habla de la importancia de una cultura de prevención para evitar el robo de niños. Que los padres no se separen de ellos y que aun cuando sean muy pequeños, les expliquen que hay gente mala, y que si alguien intenta llevárselos, se tiren al piso y griten con toda su fuerza.

Dice que es vital que los padres de familia y los condóminos se organicen. “Las redes de robo de infantes son estructuras muy organizadas”, dice, “y sólo si logramos unirnos lograremos enfrentar estas amenazas”. Las delegaciones con más robo de niños son Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero e Iztapalapa.

La Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos fue creada en 1997 para atender el robo, tráfico internacional, secuestro, prostitución, pornografía, tráfico de órganos, adopciones ilegales y explotación de menores de edad y adolescentes.

En los días posteriores a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, fueron secuestrados en el DF varios niños.

El 25 de octubre, Alexander Salvador Francisco, de siete años, salió de su casa en el municipio de Tepango de Rodríguez, en Puebla, y no regresó. Un hombre se lo llevó por la fuerza. El 17 de octubre, Josep Antoan Hernández Godínez, de siete años, asistió a la escuela en Tizayuca, Hidalgo, y a la hora de la salida se fue con su padre, Aly Hernández Arellano, quien se lo llevó pese a que no posee la custodia. Un día antes, Jesús Alberto Castillo Carrillo, de ocho años, salió a jugar en su bicicleta cerca del puesto ambulante de su madre, en la colonia Martín Carrera de la delegación Gustavo A. Madero, y ya no volvió.

Jesús Alberto y Alexander Salvador siguen desaparecidos, pese a que se activó la Alerta Amber para dar aviso a las autoridades. Josep Antoan fue localizado tras varios días de búsqueda, en compañía de su padre.

“Calculamos que en estos momentos debe haber unos dos mil niños robados”, dice Guillermo Gutiérrez Romero, presidente de la Fundación. El tráfico de niños es el tercer negocio ilícito más importante del mundo, después del tráfico de armas y de drogas, con una derrama anual de 32 mil millones de dólares. En todo el planeta desaparece un millón y medio de niños cada año.

Gutiérrez dice que el problema más grave en México, en estos días es el secuestro de adolescentes que son atraídos con engaños –falsos novios, por ejemplo– los trasladan a otros estados y a otros países.

Dice que la subsecretaría de Prevención, a cargo de Roberto Campa, no ha hecho prácticamente nada para atender el problema. Sostiene que la forma más eficaz de hacerlo es una campaña apoyada por toda la sociedad civil para prevenir el secuestro y tráfico de personas, con medidas preventivas.

“¿Cuándo hemos visto un anuncio de prevención del delito?, pregunta Gutiérrez. El presidente Peña debería reconsiderar y crear un centro nacional de búsqueda de menores y jóvenes, con una policía especializada.”

 Sostiene que el personal de la la Fundación que preside suele acudir a escuelas de todos los niveles para conversar con niños, adolescentes y padres de familia sobre cómo organizarse y qué medidas tomar para prevenir el secuestro de personas. Que las jovencitas, por ejemplo, eviten salir con sus supuestos novios fuera del país, porque pueden ser engañadas y trasladadas al extranjero donde son prostituidas.

Oran y marchan por ausentes

Con la participación de unas dos mil personas se llevó a cabo la Marcha-Oración por las personas desaparecidas y muertas a causa de la violencia en Tamaulipas, convocada por la Diócesis de Ciudad Victoria; los asistentes caminaron por alrededor de unos tres kilómetros.

Con una misa en donde se dio lectura a cada uno de los nombres citados por los familiares en las iglesias que integran la Diócesis, se lograron contabilizar casi 800 personas entre desaparecidas y muertas en los 20 municipios que la integran y por quienes oraron.

El obispo Antonio González Sánchez contó con la participación de 60 párrocos de las diferentes iglesias de municipios como Soto la Marina, Villa de Casas, Llera, Güemez, Jiménez, Padilla, Hidalgo, entre otros.

La cita fue en las calles Alberto Carrera Torres y Francisco I. Madero, de donde partieron en punto de las 17:00 horas, los asistentes todos vestidos de blanco, portaban pancartas, fotografías de sus seres queridos, playeras con imágenes y leyendas, en las que piden el regreso de sus familiares.

Durante el andar de los marchantes, González Sánchez exhortó a las personas a orar por sus seres queridos, pero además por aquellas personas que han ocasionado daños a las familias tamaulipecas e incluso de otras entidades vecinas.

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