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Nacional

Habrá obispo mexicana en unos años: Iglesia Anglicana

El país está preparado para que las mujeres accedan al obispado, afirma Carlos Touché-Porter, máximo jerarca de la Iglesia anglicana en México

Héctor Figueroa | 20-07-2014
El obispo Carlos Touché-Porter señaló que el Sínodo de la Iglesia Anglicana de México aprobó en 1976 la ordenación de mujeres diáconos, sacerdote y obispo. Fotos: Daniel Betanzos

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de julio.- México podría tener su primera mujer obispo en tan sólo unos años, pues las hay tan preparadas en materia teológica y litúrgica como cualquier jerarca religioso varón; sólo es una cuestión de tiempo, reconoció el obispo de la Iglesia anglicana de México, Carlos Touché-Porter.

En entrevista con Excélsior, comentó la decisión del Sínodo de la Iglesia Anglicana en el Reino Unido de permitir la ordenación de mujeres obispo y aclaró que eso ya ocurre en otras iglesias anglicanas, como las de Australia, Canadá y Estados Unidos (en este país, denominada Iglesia Episcopal).

Y por lo tanto, creemos que indistintamente un varón o una mujer pueden ser representantes y mensajeros de Dios en el mundo, porque ambos son a imagen y semejanza de Dios”, explicó.

A diferencia de la Iglesia católica, donde las normas para todo el mundo se dictan desde el Vaticano, en la Anglicana no ocurre algo similar, pues la iglesia de cada país determina sus normas, y por eso es que en otras latitudes se había tomado ya la decisión de tener mujeres en la jerarquía religiosa, e incluso también obispos homosexuales.

En el caso particular de nuestro país, el Sínodo de la Iglesia Anglicana de México aprobó desde 1976 la ordenación de mujeres diáconos, sacerdote y también obispo, aunque para este último cargo aún no se ha elegido a ninguna.

En México, nosotros aprobamos la ordenación de mujeres desde 1976; la primera mujer que fue ordenada sacerdote lo fue en 1982. Todavía no hemos ordenado a ninguna como obispo, pero es algo que ya está autorizado (por el Sínodo de la Iglesia Anglicana de México).

Las razones teológicas fueron muy básicas. Lo primero es que creemos firmemente en la igualdad de la Creación: que Dios creó con la misma dignidad y capacidad a la mujer y al varón, y creemos también en la plenitud de la redención, que Jesucristo redimió plenamente e igualmente al varón y a la mujer”, dijo el mitrado.

Touché-Porter recordó que a nivel mundial la primera mujer obispo fue ordenada en 1988 y la elección de una obispo primado, es decir, la máxima jerarca anglicana en un país, se dio en 2006 en Estados Unidos.

Pero la Iglesia anglicana no sólo ha sido la primera en contar con mujeres dentro de su jerarquía eclesiástica, también lo fue en elegir a obispos homosexuales, como fue el caso de Gene Robinson, también en Estados Unidos.

“Lo que hizo detonar la bomba fue en 2003, cuando un candidato a obispo en Estados Unidos que fue elegido afirmó públicamente su homosexualidad. A veces se le ha presentado a él, su nombre es Gene Robinson, como el primer obispo homosexual anglicano.

“Obviamente todos sabemos que en todas las Iglesias ha habido clérigos homosexuales durante toda su historia, y más bien nosotros lo veríamos como el primero que afirmó públicamente su homosexualidad. Algunos lo consideran como un acto de honestidad”, comentó el obispo Touché-Porter.

“Aún causa extrañeza que una mujer oficie misa”

La misa de la Iglesia anglicana está más cercana al rito de la Iglesia católica que al culto de las confesiones surgidas a raíz de la Reforma Religiosa, como las Iglesias evangélicas, bautistas o metodistas.

Es por ello que la vestimenta de sacerdotes y obispos anglicanos es similar a la de los presbíteros y arzobispos católicos. Pero en un país como México, donde 80 por ciento de la población se declara católica (según el censo de población del INEGI 2010), llama la atención ver a una mujer con atuendo de sacerdote.

Sally Sue Hernández García es una sacerdote anglicana; usa el alzacuello de presbítero, porta un crucifijo, saco y pantalón y accede a dar una entrevista a Excélsior; hace patente el orgullo que siente por ser una ministra de culto.

Aunque no es la única presbítera en México, sí tiene un papel aún más destacado al ser también la deán de la Catedral Anglicana de San José de Gracia, ubicada en la calle de Mesones número 139, esquina con Pino Suárez, en el centro de la Ciudad de México.

Explica que sería un tanto pretencioso pensar que la facultad de conferir a una mujer el ser ministro de culto es una decisión de los varones, pues la determinación de otorgar esa tarea queda en Dios y en el carisma que confiere a las personas.

Tenemos la misma oportunidad de ser llamados al ministerio ordenado, en este caso, insistiendo, que es un privilegio de Dios llamarnos, más que nosotros ponernos ahí para ofrecernos a él. Es un llamado al cual nosotros tenemos que responder”, puntualizó.

Admite que en México, por una cuestión cultural, puede causar sorpresa que una mujer sea la ministra de culto, imparta los sacramentos y realice bautismos y bodas.

Hay sorpresa por parte de muchos, especialmente invitados de feligreses anglicanos en sacramentos, por ejemplo, de bautismos, bodas, quince años, cuando de repente ven que el celebrante no es él, sino la celebrante. Hay asombro, pero al mismo tiempo abre una puerta para el diálogo.

La gente, entonces, pregunta y conoce, no sólo se queda con un prejuicio de decir: bueno, ¿qué está haciendo una mujer en el altar? En efecto, qué hace, por qué lo hace y cuáles son las razones quizá pastorales, teológicas y bíblicas, de por qué estamos ahí”, apuntó.

Sally Sue Hernández dice que para su comunidad religiosa el celibato es opcional, no obligatorio, como ocurre en la Iglesia católica, por lo cual es factible que existan sacerdotes y obispos anglicanos, sean hombres o mujeres, casados y con hijos.

—¿Ha ocurrido que alguien prefiera que su hijo lo bautice un sacerdote varón que una sacerdote mujer? —planteó Excélsior.

—Sí, incluso dentro de la Iglesia anglicana de México todavía sucede eso, especialmente quizá las personas que están llegando a la comunión anglicana, todavía traen una educación cristiana, quizá muy apegada, muy arraigada, conservadora; sin embargo, la gente está dándose la oportunidad —puntualizó.

 

 

 

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