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Nacional

Calor provoca las muelas del juicio, dolor e inflamación primeras molestias

En la primavera y verano los brotes de molares se multiplican, por lo cual conviene prevenir para no sufrir durante las vacaciones

Atzayaelh Torres | 19-04-2013

CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril.- El calor es un clima tan amado como odiado. La temporada primavera-verano representa abundancia y la oportunidad para vacacionar. Sin embargo, tiene su lado oscuro, ya que propicia la erupción de los terceros molares, mejor conocidos como las “muelas del juicio”.

Especialistas explican que debido al calor, la irrigación sanguínea y apertura de vasos capilares en el cuerpo propicia el brote de estas piezas dentales que nos pueden hacer pasar dolorosos días y noches.

La odontóloga especializada en cirugía bucal Diana Escalante asegura que durante la época de primavera-verano la visita de pacientes al consultorio con este problema se incrementa.

“Es normal que en la época de calor se presenten estos problemas, lo mejor es prevenir. En el periodo eruptivo, el tercer molar se impulsa porque se forma con mucha mayor facilidad la raíz, el ligamento que la sujeta está más suave y no es rígidamente adherido al hueso, eso facilita su posición para salir”, explica.

De acuerdo con Escalante, desde la llegada de la primavera hasta antes de la temporada de lluvias los casos de extracción de terceros molares se triplican amargando, en muchos casos, las vacaciones de los pacientes ya que después de una cirugía de este tipo no es recomendable
tomar el sol.

El periodo de erupción de las muelas del juicio ocurre entre los 17 y 23 años de edad. En caso de encontrar espacio en la encía para salir, de acuerdo con los expertos, modificará la forma de masticar, lo que deriva en problemas de ligamentos de la mandíbula, además de alterar la
posición de los dientes.

“Pasado este periodo es mucho más difícil que se posicionen, van a buscar vía de salida que ya no tengan y al estar retenida por hueso causan problemas que van desde enchuecamiento de los dientes y, por el otro lado, si se quedan retenidos se pueden enquistar”, precisó.

Vieja herencia

Entre la comunidad científica los terceros molares son considerados como “restos evolutivos”, ya que no cumplen una función masticatoria en la boca.

De hecho están de más en la mandíbula, puesto que al momento de cerrar la boca, y al ser las primeras en chocar, distorsionan la oclusión, es decir, se refiere a la alineación de los dientes y la forma en como ajustan los superiores e inferiores, trayendo severos problemas que pueden derivar, incluso, en una deformación de la mandíbula.

“En caso de que estén por brotar y en una arcada maxilar (mandíbula) más pequeña no caben, está sobrado y busca posicionarse, por lo que mueve los dientes de enfrente, retiene alimentos en una mala posición y daña a los segundos molares”, comentó Escalante.

Recomendaciones

Los odontólogos sugieren que las cuatro muelas del juicio se extraigan en la misma cirugía con la finalidad de evitar los malestares posoperatorios y llevar a cabo los cuidados pertinentes una sola vez. El costo de la extracción de un solo molar oscila entre dos y tres mil 500 pesos y debe realizarla un odontólogo especializado en cirugía bucal o
un cirujano maxilofacial.

Prevención, la clave

Es importante acudir con un especialista en caso de sentir molestias cuando comienzan a brotar las muelas de juicio o terceros molares, ya que de no atenderse causarán molestias a largo plazo.

Cuando las muelas de juicio están por brotar buscan la forma de salir y generalmente enchuecan las otras piezas dentales.

Estas piezas no tienen una función práctica en el proceso de masticación; sin embargo, pueden afectar la oclusión, es decir, la forma en como se acomodan los dientes de arriba y abajo.

Si no se atienden las molestias y las piezas dentales comienzan a desacomodarse, una persona podría presentar deformación de la mandíbula.

Si sólo emerge una pequeña parte y el resto de la pieza queda atrapada se pueden generar problemas infecciosos y caries, entre otras molestias.

Es recomendable acudir cada seis meses al dentista y mantener buenos hábitos de higiene dental con el fin de evitar mayores complicaciones.

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