Las vías que entrelazan a la Unión Europea

MILÁN.

En los últimos años la característica principal en la Unión Europea no ha sido precisamente su unidad. Tras el referéndum de junio de 2016 esta desunión se cristalizó cuando Reino Unido determinó, en votación, salir del poderoso bloque europeo.

Además, el avance del populismo en al menos diez de los 28 países miembros ha sido una amenaza constante a su integridad, los temas de refugiados, la seguridad nacional, combinados con la crisis económica, han puesto en duda la idílica identidad europea de la que habló hace 69 años Robert Schuman y por lo que cada año la Comisión Europea, desde 1985, celebra el Día de Europa en reconocimiento a esa declaración de 1950.

Sin embargo, si hay algo que verdaderamente une a Europa son sus trenes. Una paradoja de estos tiempos, cuando los controles ante la enorme cantidad de refugiados aumentan cada día más, pero al mismo tiempo existe un esfuerzo para que el espacio ferroviario siga creciendo.

De acuerdo con datos de la Comisión Europea, para el periodo 2014-2020 se aprobaron 26 mil millones de euros para completar el espacio ferroviario europeo único, que actualmente alcanza los 250 mil kilómetros.

Según Bruselas, el plan se transformará en una red transeuropea de transportes unificadas, el TEN-T, donde además se involucran carreteras, aeropuertos y canales europeos para fortalecer el transporte en dos corredores que irán de norte a sur, tres de este a oeste y cuatro corredores diagonales.

El TEN-T deberá quedar listo para 2030; conectará 94 grandes puertos europeos y 38 aeropuertos. Para lograrlo, se prevé convertir 15 mil kilómetros de ferrovía a la alta velocidad, donde se involucran 35 proyectos transfronterizos para que, en 2050, los ciudadanos se transporten en tren sin invertir más de 30 minutos en viajes cotidianos.

Ver a gente con mochilas a la espalda en Europa es una tradición. Su red ferroviaria ha hecho que, sobre todo los jóvenes, viajen en tren por todo el continente gracias al billete Interrail que, desde su creación, abarató los precios.

Era 1972 cuando se pusieron en venta los primeros 87 mil billetes Interrail en los diferentes países europeos. Por primera vez las diferentes líneas se ponían de acuerdo para derrumbar las fronteras.

En los 47 años de que apareció el primer boleto Interrail se han vendido más de 10 millones de estos billetes y, con ello, también se ha contribuido a la sostenibilidad del ambiente y del ahorro. El pass fue ideado para que los jóvenes viajaran en segunda clase. Actualmente no hay límites de edad y con una modificación al precio también se puede viajar en primera clase.

Para quienes alguna vez han comprado el boleto Interrail les otorgan una carga simbólica, ya que no sólo es un medio práctico y ecológico para viajar, sino que se ha convertido en una experiencia transformativa y en un instrumento para conocer el continente a viajeros de todo el mundo, pero especialmente a los europeos y, con ello, reforzar su identidad cultural.

De hecho, de ahí comenzaron Martin Speer y Vincent Immanuel Herr, dos activistas de Berlín que idearon el #FreeInterrail, una campaña con el objetivo de promover la cultura de viaje entre los jóvenes europeos.

“Después de haber atravesado 14 países en Interrail, una noche en Viena, sentados con el escritor austriaco Robert Menasse, lo planteamos y pensamos que todos los europeos deberían vivir una experiencia así transformativa. ¿Por qué no vamos a la Comisión Europea y proponemos regalar a los ciudadanos europeos un pass Interrail cuando cumplan 18 años?”, cuenta Martin Speer.

Así nació la campaña que en 2018 la Comisión Europea adoptó y la convirtió en DiscoverEU, la iniciativa que permite a todos los ciudadanos de la Unión Europea recibir un pass gratuito apenas cumplan la mayoría de edad. El primer año se recibieron 275 mil demandas de participación, aunque sólo se otorgaron 50 mil.

Tal fue el éxito de la iniciativa, que el pasado mayo, poco antes de las elecciones europeas, la Comisión destinó 700 millones de euros para DiscoverEU como parte del balance 2021-2027, con lo que un millón y medio de jóvenes del continente podrán tener el pass en los próximos siete años.

Crece disputa por megaobra

MILÁN.— La próxima semana será decisiva para el proyecto de la ferrovía Turín-Lyon, una línea internacional ferroviaria de 235 kilómetros que conectará el norte de Italia con Francia para el transporte de mercancías y personas, proyectado desde los años 90, pero con una gran oposición por parte de los pobladores que habitan a lo largo de la zona en la que se construye.

El 6 de agosto se discutirá en el Senado si la obra continúa o no, pues a pesar de la gran oposición por parte de algunos ciudadanos, los gobiernos de ambos países apoyaban la obra. Sin embargo, una de las banderas del Movimiento Cinco Estrellas cuando estaba en campaña fue apoyar a los pobladores opositores.

De ahí que la presión para no seguir con la obra continúe creciendo, pues esperan que el M5S vote en contra.

El movimiento NO TAV ha alegado siempre que, bajo las consideraciones técnicas, económicas, sociales y ambientales, es sólo una obra costosa que afectará el medio ambiente y con ello las comunidades que le atravesarían.