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El terror de los internados dejó huella en varios países; acusan genocidio y etnocidio

Además de Canadá, en la República de Irlanda y Estados Unidos han hallado tumbas de niños que fueron separados de sus familias, de manera coercitiva, para ser reeducados, en un proceso marcado por abusos y desculturización

Ilian Cedeño | 03-07-2021
El pasado 24 de junio, la tribu Cowessess dio a conocer que encontró 750 tumbas en la Escuela Residencial Indígena Marieval, en la provincia de Saskatchewan, y las marcaron con banderas. Foto: AP
El pasado 24 de junio, la tribu Cowessess dio a conocer que encontró 750 tumbas en la Escuela Residencial Indígena Marieval, en la provincia de Saskatchewan, y las marcaron con banderas. Foto: AP

CIUDAD DE MÉXICO.

Imagínese que le quitan a su hija o hijo de seis años y le dicen: nosotros lo vamos a educar; y usted sabe, el Estado sabe, que crecerá en condiciones de vida discriminatorias, al margen de su tradición cultural y expuestos a enfermedades, físicas, sicológicas y emocionales.

Así describe el doctor Elio Masferrer Kan, antropólogo de las religiones, lo vivido en internados para niños indígenas en Canadá y otros ubicados en Estados Unidos y la República de Irlanda, donde murieron miles de menores.

Se trata de una forma de genocidio y aunque suene fuerte, hay que llamarlo como tal”, afirmó en entrevista con Excélsior el presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones.

En mayo pasado, en la Escuela Residencial India Kamloops, ubicada en Columbia Británica, hallaron 215 tumbas de niños indígenas, el suceso conmocionó al mundo y empezaron a surgir testimonios sobre los abusos a los que los menores fueron sometidos, como la prohibición a hablar su lengua o a usar ropa típica.

Después de lo descubierto en Kamloops, la tribu Cowessess encontró 750 tumbas en la Escuela Residencial Indígena Marieval y el pasado jueves dieron con 182 tumbas en la antigua Escuela St. Eugene’s Mission.

Eran niños sacados de su seno familiar de forma coercitiva, por una decisión de Estado, de un Estado que sabía que iban a ir a esos lugares y los tratos que ahí daban”, dijo Masferrer Kan.

Subrayó que en el caso de Canadá hubo un trabajo conjunto de la Iglesia católica y la anglicana. “Las órdenes y congregaciones religiosas se involucran en un proceso de reeducación de los niños, un proceso forzoso, uno de desculturación, donde existe la obligación a perder patrones culturales de cierto pueblo”.

El caso de Canadá no es único. Un informe presentado en el año 2013 señaló que en Irlanda, entre 1922 y 1998, unos nueve mil menores fallecieron en 18 albergues operados por la Iglesia católica.

La Comisión Irlandesa de Investigación sobre Hogares Materno-Infantiles indicó que en esos lugares hubo niveles “inquietantes” de mortalidad infantil y que eran sometidos a trabajos forzosos, estudiaban poco y les prohibían que pusieran en práctica sus tradiciones.

En la República de Irlanda hicieron algo más sádico. Las mujeres indígenas que quedaban embarazadas, generalmente niñas o jovencitas que habían sido abusadas, muchas de ellas por religiosos, eran encerradas en internados de reeducación, les prohibían hablar su lengua, y al nacer sus hijos, se los quitaban para reeducarlos”, comentó a este diario Masferrer Kan, profesor investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Masferrer Kan agregó que, de acuerdo con investigaciones, muchas de esas mujeres murieron intoxicadas por el cloro que usaban para lavar ropa durante casi todo el día.

El investigador nacional refirió que en Estados Unidos hicieron lo mismo. “Al mismo grupo étnico, por ejemplo el piel negra, lo dividían en cuatro o cinco reservas y los mezclaban con otros grupos étnicos, para luego mandarlos de misioneros a distintas iglesias, con el fin de que no formaran su propia iglesia”.

Recordó que los indígenas en EU no tenían derechos ciudadanos y eran considerados prisioneros de guerra hasta 1912.

Además, en Florida se registraron abusos y muertes “misteriosas” de alumnos del reformatorio Arthur G. Dozier, que funcionó de 1900 a 2011. La empresa de limpieza Geosyntec encontró 27 “anomalías” en el terreno de la escuela y las trató como “tumbas”. Éstas se sumaron a otras 55 descubiertas en 2013.

El proceso de desculturación también se vio en México, donde se ha documentado un proceso similar, como en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, en donde exigieron el ingreso de los niños indígenas de clase alta para aculturarlos, dijo Masferrer Kan.

REPARTEN CULPAS

Aunque el papa Francisco expresó su “dolor” por el hallazgo en Canadá de los restos de niños indígenas, los llamados de exigencia de una disculpa por parte de la Iglesia católica aumentaron.

El premier canadiense, Justin Trudeau, deploró el rechazo del Papa a reconocer su “responsabilidad” y “parte de culpa” en la gestión de los internados para niños autóctonos.

En aquella época se creía que fuera de la Iglesia católica no había salvación” dijo Masferrer Kan.

La iglesia lanzó una empresa de desculturación, comentó. La gestión de la Iglesia en esos internados “se transformó en una cascada de abusos a los derechos de los niños y las niñas.

Se trata de un etnocidio, que es cuando eliminan la cultura de un pueblo y se le obliga a sustituirla por la cultura occidental de la peor manera posible”, subrayó.

La Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB, por sus siglas en inglés) cuenta con 70 diócesis, de las cuales, 16 han sido relacionadas con las escuelas residenciales para niños.

Cada diócesis y comunidad religiosa es corporativa y legalmente responsable de sus propias acciones. En Canadá, la Iglesia católica no ha sido relacionada con las escuelas residenciales ni con la CCCB”, expresa el organismo en su página de internet.

En este sentido, en julio de 1991 la Conferencia de los Misioneros Oblatos ofreció una disculpa a las comunidades originarias “por el papel que ocuparon en el imperialismo cultural, étnico y religioso que fue parte de la mentalidad que constantemente acechó la forma en la que las comunidades fueron tratadas por parte del gobierno civil y las iglesias”.

Ese mensaje incluyó una disculpa por mantener el programa de escuelas residenciales que estuvo activo para unos 150 mil niños.

La Conferencia del Episcopado Canadiense tendría que dar un paso al frente y disculparse, y detrás de ella debería hacerlo el Papa, agregó Masferrer Kan.

-Con información de Verónica Mondragón

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