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Crisis climática erosiona el capital humano en Bangladesh, advierte canciller

El ministro de Estado de Relaciones Exteriores Mohammed Shahriar Alam dijo a Excélsior que los extremos del clima no permiten que los habitantes de esa nación tengan trabajos estables, orillándolos a emigrar

Lorena Rivera | 01-10-2021
Foto: Eduardo Jiménez
Foto: Eduardo Jiménez

CIUDAD DE MÉXICO.

Bangladesh es el botón de muestra de cómo la inestabilidad del clima golpea al mundo. Su población migra; huye del poder devastador de los ciclones, las inundaciones y del aumento del nivel del mar. Su economía y la salud mental de los damnificados resienten los efectos, así lo reflexiona Mohammed Shahriar Alam, ministro de Estado de Relaciones Exteriores de esa nación del sudeste asiático.

En entrevista con Excélsior, el también miembro del Parlamento indicó que, aunque su país prospera y la economía crece alrededor del 8%, el cambio climático genera una pérdida del 2% del PIB anualmente y obliga a los bangladesíes a dejar sus territorios en poco tiempo y a muy temprana edad, lo cual ha traído efectos sicológicos negativos en los damnificados y pérdida de capital humano.

Recordó que ha sido testigo al ver cómo la erosión costera ha hecho que algunos lugares hayan desaparecido en tan sólo un año: “Los visité en el pasado y este tipo de situaciones no sólo tienen un costo material, sino también sicológico en las víctimas”.

Las familias no pueden tener un mejor nivel de vida ni trabajos estables al estar sujetos a los extremos del clima y, agregó que, desafortunadamente, ha provocado que en particular los hombres dejen el país para buscar trabajo al norte del Mediterráneo a través de Libia, “muchos de ellos pertenecen a tres o cuatro distritos en particular del país, y como las oportunidades son escasas y escuetas en los distritos aledaños, entonces prefieren desplazarse para tener un mejor nivel de vida que quedarse”.

Para el ministro es un hecho desafortunado porque se ha perdido importante capital humano, los salarios han mejorado y existe una política pública de apoyo en materia laboral, pero no siempre se tienen situaciones exitosas y por ello se prefiere recurrir a la migración ilegal, “un fenómeno nuevo que tiene poco registro en el mundo”.

Aun así, dijo, la economía crece y se sustenta en tres pilares: agricultura, exportación de textiles (ropa) y las remesas de los trabajadores en el exterior.

Y como es un país territorialmente pequeño, pero con más de 160 millones de habitantes, “nos ha llevado a la necesidad de volvernos autosuficientes en el cultivo de arroz, pescado y carne de res para asegurar nuestra alimentación, además, ya estamos en una posición de poder exportar”.

La siguiente fase de industrialización, añadió, es en alimentos procesados, producción farmacéutica y construcción naviera, además de los servicios basados en tecnologías de la información.

Nos permite hacer trabajo de manera remota hacia el exterior y ello hace que Bangladesh cuente con la población más grande de freelancers en el mundo”.

LA GRAN BARRERA CONTRA CICLONES

Sundarbans es el bosque de manglares más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad compartido por India y Bangladesh, hogar del tigre real de Bengala y de otras especies amenazadas, como el gato pescador, el delfín gangético y seis especies de tiburones y rayas, entre otras. Pero el aumento del nivel del mar y la marea han erosionado la masa terrestre.

El año pasado, el ciclón Amphan devastó una gran parte de los Sundarbans, a pesar de ello, su función como una barrera natural contra los ciclones es vital.

De lo contrario, en múltiples ocasiones millones de vidas podrían haberse afectado, señaló Shahriar Alam.

Es un regalo de Dios contar con ese bosque y por ello debemos cuidar de él. Después de la llegada de un ciclón hay que reparar, lo más rápido posible, los daños ocasionados a los árboles. Afortunadamente, la regeneración es rápida”.

El bosque de manglares está conformado por densos matorrales de pequeños árboles que actúan como muros durante las tormentas, además, hay canales y ríos internos que permiten redirigir el flujo de las inundaciones, explicó, y así se evitan daños mayores a las poblaciones aledañas.

La primera ministra, Sheikh Hasina —continuó—, implementó un plan gubernamental para plantar 10 millones de nuevos árboles para así también celebrar el aniversario del padre de la patria, Sheikh Mujibur Rahman.

 

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Bangladesh comparte con India el bosque de manglares más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad, Sundarbans. Fotos: Eduardo Jiménez y AP 

 

LÍDER ENTRE LOS MÁS VULNERABLES

Bangladesh es considerado uno de los países más vulnerables a los efectos de la inestabilidad climática ya que alrededor de 75% del territorio se encuentra por debajo del nivel del mar, pero como no se puede cambiar la situación geográfica, Shahriar Alam enfatizó que los bangladesíes deben aprender a vivir con ello, para lo cual el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático se ha encargado de los programas de adaptación y mitigación.

Así, el tema del cambio climático y sus efectos se enseñan desde el nivel escolar básico; la población, especialmente aquella que vive cerca de las costas, está entrenada para saber cómo actuar ante los fenómenos climatológicos; se cuenta con un sistema de primera reacción que permite desplegar recursos de manera rápida para ayudar a las personas a regresar a la vida cotidiana lo más rápido posible y sumado a ello, agregó, el país tiene un fuerte grupo de voluntarios de vigilancia permanentemente a pesar de la dificultad de prever los ciclones.

Debido a que Bangladesh ha sabido salvaguardar a la población de ciclones cada vez más devastadores, desde 2020 preside el Foro Vulnerable Climático (CVF, por sus siglas en inglés). El compromiso asumido, por dos años, es presionar a los miembros a cumplir con el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más rápido posible y con mayor ambición para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados por encima de los registros preindustriales.

Respecto a la próxima COP26 a celebrarse en noviembre en Glasgow, Escocia, dijo que la primera ministra será quien encabece la delegación que asistirá.

Y añadió que va con dos grandes aspiraciones, la primera es que se reactive el Fondo Verde para el Clima —que tiene como objetivo movilizar 100 mil millones de dólares al año, pero hasta el momento este compromiso no se ha cumplido por parte de los países desarrollados—, y la otra, su Bangladesh decidió nunca más construir una carboeléctrica.

Actualmente sólo queda una y la economía sugiere la creación de más, dijo, pero el gobierno decidió no volver a construir ese tipo de plantas, “el acto en sí mismo envía un fuerte mensaje al resto del mundo, porque buscamos que más naciones se comprometan a no usar más carbón en el futuro”.

Reconoció que hay una resistencia entendible a la imposición de multas y a las compensaciones por los daños climáticos generados por los países industrializados, “nosotros queremos que ese tipo de medidas se implemente” y “es la misma sensación de todas las naciones vulnerables el cambio climático respecto de las que más emiten CO2”.

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