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Carrera contra reloj: embarazo adolescente no deseado

Una joven que vive en Texas enfrentó, junto con su novio, una odisea para conseguir una clínica que le practicara un aborto. Ella, una estudiante de 16 años, él, empleado de una tienda, ambos sin interés de ser padres por ahora y con un viaje de nueve horas para lograr la interrupción de la gestación

VIRGINIA BAUTISTA / AFP | 02-07-2022
Foto: Pixabay
Foto: Pixabay

 

SANTA TERESA, Estados Unidos. M. llevaba meses saliendo con L. cuando una prueba de farmacia la sacudió: estaba embarazada. La pareja de adolescentes no dudó: “No queríamos un hijo”. Pero viviendo en Texas, con leyes cada vez más restrictivas contra el aborto, el “positivo” desató una carrera contra el tiempo.

 Los adolescentes, que pidieron anonimato debido al estigma del aborto en Estados Unidos, viven en San Antonio.

Tenían apenas un mes juntos en septiembre de 2021 cuando entró en vigor en el estado conservador la llamada “Ley del latido del corazón”, que prohíbe el aborto una vez detectada la actividad cardiaca del feto, alrededor de las seis semanas.

 Pero no era un tema que le interesara.

 

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No crees que te afecta hasta que estás en los zapatos”, dice M. sujetando la mano de L., quien agrega: “Seis semanas no es nada, cuando te das cuenta del atraso, ya pasaron casi seis semanas”.

M. tiene 17 años y no quiere ser madre tan joven. Para L., de 19 años, el dinero es el principal impedimento.

Yo crecí en un hogar pobre, sólo con mi mamá, yo sé lo que es. No quiero que un hijo pase por lo que yo pasé, quiero darle mejores oportunidades”, dice L. Este joven atlético trabaja en un 24 horas. ¿En cuatro o cinco años? puede ser, pero no ahora”, afirma reclinándose en la silla de la sala de espera de la clínica.

 La pareja descubrió el “localizador de aborto” en internet. El portal ubica la clínica más próxima dependiendo de la edad, lugar de residencia y la fecha del último periodo.

La pareja descartó las pocas opciones en Texas. “No queríamos correr el riesgo de que el corazón estuviese latiendo”.

 Luego, tres clínicas de Luisiana, pero ninguna tenía cupo inmediato.

Finalmente, apareció la Clínica para la Salud Reproductiva de las Mujeres, en Nuevo México, estado donde el aborto está amparado por las leyes.

 Llamaron y consiguieron una cita para la misma semana.

 La pareja trazó un plan: saldrían el jueves a las 10 pm, al terminar el turno de L., y regresarían el viernes en la mañana a San Antonio luego de la consulta que demora menos de una hora.

L. tomó un enorme energizante a mitad del viaje para mantenerse despierto, mientras M., que ya comenzaba a tener náuseas, dormía.

 Después de nueve horas al volante, cruzaron la frontera de Texas en la mañana.

Nuevo México te da la bienvenida”, anuncia una valla azul celeste del lado derecho de la carretera. Cinco minutos después llegaron a la clínica de la fronteriza ciudad de Santa Teresa.

Estacionaron en la puerta de la clínica. Dos personas les gritaron desde la acera que reconsideraran su decisión.

Intentaron acercarse y hablarnos, pero no es una decisión que les corresponda a ellos”, aseveró L., que agitaba su pierna sin parar en la sala de espera.

 M. entró sola al consultorio. El obstetra realizó el ultrasonido. Con ocho semanas, estaba dentro del plazo legal de diez semanas para el procedimiento con pastillas en Nuevo México.

 En una sala contigua M., que llevaba suelto su cabello lacio y rubio, y vestía un conjunto negro deportivo, escuchó instrucciones detalladas y firmó documentos que fueron archivados junto a la imagen de su ultrasonido en una carpeta fucsia.

 Asusta un poco”, dijo M. al volver a la sala de espera. La joven decidió no contarle a su mamá por “vergüenza” y por temor a ser juzgada.

Estoy segura que ella entendería, pero me da pena”, afirmó.

No me tomaba las píldoras (anticonceptivas) bien, pero ahora aprendimos la lección”, dice apretando el brazo de su pareja.

 Con otras nueve horas de carretera por delante, L., que sigue moviendo la pierna derecha enérgicamente, dice no estar cansado: “Estoy listo para volver a casa y dejar esto en el pasado”.

Muchas mujeres como ella se trasladarán a otro estado para practicarse un aborto luego del fallo de la Corte Suprema, el pasado 24 de junio, que revoca ese derecho constitucional, una medida condenada a nivel mundial por activistas, políticos y organizaciones civiles.

 

 

BIDEN TEME REPRESALIAS POR ABORTOS

El presidente Joe Biden dijo ayer que algunos estados de Estados Unidos tratarán de arrestar a las mujeres que crucen las fronteras estatales para abortar, después de que la Corte Suprema anuló el derecho constitucional a estos procedimientos en todo el país.

Trece estados liderados por los republicanos prohibieron o restringieron severamente el procedimiento en virtud de las llamadas “leyes gatillo”, después de que el tribunal anuló la semana pasada la histórica sentencia Roe vs. Wade de 1973.

 Las mujeres de esos estados que deseen abortar pueden viajar a otros donde la interrupción del embarazo sigue siendo legal.

En una reunión virtual sobre el derecho al aborto con gobernadores estatales demócratas, Biden dijo que cree que “la gente se va a escandalizar cuando el primer estado (...) intente detener a una mujer por cruzar una frontera estatal para obtener servicios sanitarios”.

Y no creo que la gente crea que eso va a ocurrir, pero va a ocurrir, y va a mostrar a todo el país que esto es un asunto gigantesco, más profundo; es decir, afecta a todos sus derechos básicos”.

 — Reuters

 

cva

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