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Función

Mientras no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar: Vicente Fernández

El Charro de Huentitán se presentó en la Plaza México, el Estadio Azteca y el Madison Square Garden, en Nueva York, con lugares abarrotados

Juan Carlos Cuéllar | 13-12-2021
Mientras no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar: Vicente Fernández

Un mexicano en la México sin lugar a dudas es uno de los conciertos más recordados de Vicente Fernández. La Plaza de Toros México, en la capital del país, albergó a más de 50 mil personas en 1984 para recibir al Charro de Huentitán.

Acompañado del tradicional mariachi y con un traje de charro color café claro, el cantante hizo las delicias de todos los presentes en este evento, demostrando así porque era la máxima figura de la música vernácula mexicana.

Fiel a su costumbre, el espectáculo duró tres horas y media, fiel a su costumbre de seguir cantando “hasta que el público no deje de aplaudir”.

Era impresionante ver a El Coloso de Insurgentes abarrotado, tanto en las tribunas como en el ruedo, en un concierto que años después se inmortalizó al ser lanzado en CD y DVD.

Estaban lejos aquellos años, en los que un joven lleno de sueños se presentaba en el restaurante bar El Sarape, en Guadalajara, El público le aplaudía y regresaba al lugar para escuchar a Vicente, que poco a poco se iba haciendo de un nombre.

Después se trasladó a la Ciudad de México, donde recibió la oportunidad de cantar en el lugar El amanecer tapatió. Su popularidad aumentaba y así llegó al tradicional Teatro Blanquita, en el que su nombre llegó a encabezar la marquesina.

Su fama lo llevó a trabajar en teatros del pueblo, y ser parte de las tradicionales caravanas que llegaban a distintos lugares del país.

Vicente encabezó los principales palenques y ferias del país, además de múltiples shows en la televisión.

Contrario a lo que estila en muchas emisiones televisivas, Vicente nunca aceptó hacer playback. Decía que él le cantaba a su gente siempre que estaba frente un escenario, cualquiera que fuera, y que sí había problemas técnicos, para tener un buen sonido, prefería no presentarse.

Su fama traspasaba fronteras, por lo que realizó un tour por toda España, presentándose únicamente en plazas de toros, y todos esos conciertos llenos a su máxima capacidad.

En el extranjero se presentó en el Anfitreatro de Los Ángeles, en el Madison Square Garden en Nueva York, lugares en donde fiel a su costumbre, llenó en varias ocasiones.

En México estuvo en el Tearraza Jardín del Hotel Fiesta Palace, un lugar especial para espectáculos nocturnos en la Ciudad de México.  En 2014, el Auditorio Nacional fue el lugar que recibió al intérprete.

Como colofón de su carrera artística, eligió el Estadio Azteca con el concierto Un Azteca en el Azteca. Más de 120 mil personas lo acompañaron en este
espectáculo, que se realizó en abril de 2016, para agradecerle con sus gritos y  aplausos su entrega sobre el escenario no sólo esa noche, sino a lo largo de su carrera. 

EN EVENTOS DEPORTIVOS

Vicente Fernández ofreció un gran espectáculo en la ceremonia de inauguración de los Panamericanos Guadalajara 2011 al obligado ritmo del mariachi, trajes y bailes típicos, caballos y matas de agave en un escenario central del entonces Estadio Omnilife, casa de las Chivas, equipo del que fue un aficionado entregado. En sus presentaciones casi nunca faltó su grito de “¡Arriba las Chivas!”

Con sus bellas canciones y potente voz impulsó decididamente la expresión nacionalista, por lo que su figura fue ideal en cada justa en la que el honor del país, literalmente, estuvo en juego.

Así ocurrió en la pelea Julio César Chávez-Héctor Macho Camacho, el 12 de septiembre del 92, en Las Vegas. Como buen boxeador boricua, Macho Camacho hablaba demasiado. Sobrado y presumido, nunca le costó trabajo caerle gordo a quien fuera, por lo que todo México deseaba que Chávez le rompiera el hocico. Sin embargo, antes de la pelea hubo un problema. Don Vicente parecía león enjaulado, presa de los nervios, relata el gran campeón mexicano en sus memorias. “Tómese un tequilita para que se aliviane”, le ofreció Chávez. “Es que nunca he cantado el himno nacional frente al mundo”, se excusó el Charro de Huentitán.

En el marco del mundial México 70 se dio una escapada a la concentración de la Selección Mexicana, en el Centro de Capacitación de Villa Coapa, según la edición del 11 de junio de ese año de Excélsior. Sin embargo, tuvo que retirarse “sin poder cumplir todas las peticiones, ya que tenía que actuar en un teatro de revista. Pero repartió discos y autógrafos” a Enrique Borja, Nacho Basaguren y el Halcón Peña, entre otros.

Fernando Islas

La familia, su pilar

Por Juan Carlos Cuéllar

Una flor de laurel fue el inicio de una relación amorosa que se consolidó y que le dio a forma a una familia, que se ha mantenido unida a pesar de los obstáculos y contratiempos que ha enfrentado.

Así inició el matrimonio de Vicente Fernández, con doña Cuquita, María del Refugio Abarca Villaseñor, y que sumó casi 60 años viviendo juntos.

Ambos vivían en Huentitán y desde que se vieron se dio el flechazo. Según contaba Chente, un día la vio salir a misa con su mamá y desde ese momento su objetivo fue que se hiciera su novia.  Luego de una pausa, por los inicios de la carrera de Vicente, regresó a su tierra natal a encontrarse con Cuquita.

Se casaron el 27 de diciembre de 1963, en Guadalajara. Fueron padres de tres hijos: Vicente, Gerardo y Alejandro. Además de que decidieron adoptar a Alejandra, quien se ha mantenido al margen de las actividades artísticas. 

El mayor, Vicente, decidió incursionar en la música, pero no ha logrado consolidar su carrera. Se ha visto envuelto en distintos problemas amorosos y siempre ha estado muy de cerca con su padre.

En mayo de 1998 estuvo secuestrado por 121 días, en uno de los momentos más difíciles para la familia. El cantante mantuvo la noticia lejos del ojo público, para poder negociar con los secuestradores. Él quiso hacerlo de primera mano hasta que lo liberaron. Desafortunadamente y a pesar de pagar una fuerte suma (se manejaron 3.2 millones de dólares), al hijo del cantante le cortaron dos dedos de la mano.

Gerardo se ha mantenido dentro del ámbito empresarial, incluso manejando la carrera de su padre. En 2011 fue candidato a diputado por la coalición entre el PRI y el Verde Ecologista. Es aficionado a la charrería y a la crianza de caballos pura sangre. Actualmente está involucrado a las bienes raíces.

Alejandro, El Potrillo, se dedicó a la música desde muy joven y ha destacado en su carrera. 

Ha vendido más de 15 millones de discos en su carrera y se ha hecho acreedor a premios Latin Grammy y  Billboard.

Actualmente es una de las figuras más importantes de la música vernácula.

Alejandra se ha mantenido al margen de los reflectores. Es diseñadora de modas donde ha desarrollado la marca Alleza.

Ella en realidad es sobrina de Chente, es hija de la hermana de doña Cuquita. Se hicieron cargo de ella desde bebé y poco después, decidieron adoptarla.

Ahora sus nietos Álex, Camila y América buscan mantener el legado artístico y familiar de Chente.

Su refugio familiar

Erigió Los Tres Potrillos, lugar donde vivía, criaba caballos y grababa. Tenía restaurante, tienda y arena para shows.

En un terreno de 500 hectáreas, Vicente Fernández construyó el Rancho Los Tres Potrillos, nombre que eligió en honor a sus tres hijos: Vicente, Gerardo y Alejandro. 

El lugar que se encuentra en el kilómero 20 de la carretera Guadalajara-Chapala se convirtió en un destino turístico. El mismo cantante decidió que las puertas se abrieran para los visitantes que querían conocer el lugar.

Dentro de las instalaciones se encuentra la casa y las habitaciones de Vicente. Además de una sala de reconocimientos, donde tiene los muchos premios que logró en su carrera, También montó un estudio de grabación, con todos los adelantos tecnológicos en donde trabajaba musicalmente.

Los amplios jardines, sembradíos y caballerizas son de los principales atractivos. Crió una raza de caballos enanos, a los que llamó VF. Además tenía una crianza de caballos de pura sangre, los cuales comercializaba.

Los visitantes pueden caminar entre los jardines y si lo desean, sentarse a descansar en algunos de los kioscos. Y muchos de ellos podían correr con suerte y encontrarse al artista cuando salía de su casa a caminar. Podía platicar con ellos, tomarse fotos y en ocasiones hasta les cantaba.

Junto a Los Tres Potrillos se encuentra la Arena Vicente Fernández, un lugar con capacidad para 15 mil personas, donde se han presentado espectáculos de primer nivel y por supuesto shows del mismo Charro de México. Este fue el lugar donde sus fans lo despidieron en un homenaje de cuerpo presente.

También se encuentra una tienda de artículos de charrería, donde los amantes a esta especialidad pueden encontrar botas, herrajes, sillas de montar, sombreros y chamarras y demás.

Y para disfrutar carnitas, chicarrón, barbacoa, consomé y muchos platillos mexicanos se encuentra el restaurante Los Tres Potrillos. Ahí el público puede pasar un rato muy agradable con música de mariachi y bailables mexicanos. Lo importante es gozar la esencia de México.

Además, se vende tequila, ya sea para llevar o para consumir ahí, con la etiqueta Los Tres Potrillos.

Un lugar que erigió Vicente como uno de sus más grandes sueños y con el qué podía agradecerle a sus seguidores algo del cariño que le dieron durante muchos años.

En la polémica

Fue involucrado en una supuesta paternidad, infidelidades y señalamientos de abuso.

Por Lucero Calderón

Como toda figura pública, Vicente Fernández no estuvo exento de las polémicas a su alrededor.

El más reciente se dio en enero y explotó en TikTok. Un usuario subió un video del intérprete en el que se le ve tocándole el seno a una fan, justo en el momento en el que se tomaba una foto con Chente. En el video se aprecia cómo los involucrados se están acomodando sentados para la instantánea y mientras esto sucede el cantante abraza a la chica que está a su derecha, sube la mano y la toquetea.

La afectada, quien se dio cuenta se la situación por el video, comentó que en el momento no sintió la mano ya que traía un brassier con relleno, pero que al ver lo sucedido se sintió ofendida por el hecho. Vicente Fernández ofreció una entrevista a Mara Patricia Castañeda, en la que dio su versión.

“Yo vi la foto y efectivamente, sí. Yo puse mi mano, primero en el estómago y dije ‘en el estómago no porque se va a sentir ofendida’ y subí la mano y toman la foto, pero nunca hice nada con intención. Si algo tengo es respetar al público”, comentó a modo de disculpa.

A este caso se sumaron las voces de otras mujeres que denunciaron actos similares por parte de Fernández, como fue la cantante Lupita Castro, quien dijo que el señor supuestamente abusó de ella cuando era más joven.

Otro de los momentos controvertidos se dio en 2019 cuando en una entrevista con Gustavo Infante, para Grupo Imagen, contó que había rechazado un trasplante de hígado. “Querían ponerme el hígado de otro cabrón. Yo no me voy a dormir con mi mujer con el hígado de otro wey. No sé si era homosexual o drogadicto”, expresó.

Hace tres años se difundió una imagen en la que se le veía besando a una fan menor de edad. En su momento se criticó el hecho, entre otras cosas porque se trataba de una jovencita y porque el señor estaba casado. Siguiendo en la línea de su estatus civil, a lo largo de su carrera varias mujeres aseguraron haber tenido alguna aventura con él. Uno de los casos más sonados fue el de Merle Uribe, quien dijo haber sostenido una relación de dos años con el artista.

Patricia Rivera, actriz con quien compartió en el filme El arracadas, afirmó que tenía un hijo de Vicente, fruto de un romance fuera de cámaras. El joven, quien se llama Rodrigo, fue tratado como hijo e incluso convivió con los otros hijos de don Vicente. Sin embargo, en 1998, como trámite de un seguro antisecuestros, se hicieron una prueba ADN y se comprobó que no era su hijo.

Durante un concierto en 2016, Vicente Fernández lanzó un mensaje que muchos aplaudieron y otros criticaron, dirigido a Donald Trump. “Hay un candidato a la presidencia de Estados Unidos que está diciendo muchas cosas feas de los mexicanos. El día que me lo encuentre le voy a escupir la cara, le voy a mentar su madre”, expresó.

 

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