Maricota y el tiempo, un amor con mucha historia

La historia de amor de Hortensia Merino, una joven boliviana radicada en Brasil, y de un mexicano del norte del país, llamado Raúl Molina, quien abandonó todo lo que tenía para irse a explorar el seductor Amazonas, se dio gracias a la Segunda Guerra Mundial, pues debido a la alta demanda del caucho, ese mexicano terminó trabajando bajo las órdenes del padre de ella.

Esa historia de reencuentros amorosos que les trajo a México años después fue lo que le permitió al zacatecano Iván Ávila Dueñas darle forma a Maricota y el tiempo, trabajo documental que será parte del Festival DocsMx.

Las preguntas para mí fueron: ¿Cómo enlazas Brasil, Bolivia y México?, ¿En qué se parecen esos desarrollos históricos?, ¿Cómo lo puedes dimensionar? Para nosotros ésa era la clave.

Para mí lo importante era que el filme no se quedara sólo en la historia de amor, sino en cómo suceden las historias de amor, en cómo sucede la formación de las ciudades del norte de México, en cómo suceden los procesos de corrupción que nos han llevado a donde nos han llevado”, contó Iván Ávila Dueñas a Excélsior.

Esta última parte de su declaración toma sentido porque a lo largo de una profunda investigación histórica, que va siendo aderezada por entrevistas, principalmente a Hortensia Merino en distintos momentos de su vida, se va dando fe de cómo al venirse a vivir a México y comenzar una familia próspera en los negocios, se fueron dando una serie de situaciones como levantamientos, secuestros y amenazas del crimen organizado, por el simple hecho de haber sido una familia trabajadora y próspera.

Con LA voz de Joaquín Cosío

Detrás del filme, que se proyectará hoy y mañana en el DocsMX, también se encuentra el actor Joaquín Cosío, quien prestó su voz para narrar el documental, el cual  se rodó en Brasil y México.

Justo me gustó eso, la narración de una historia de amor en un contexto muy singular. Lo importante era generar una atmósfera que colaborara con el documental, que fuera una voz que se incorporara, que se integrara de una manera natural a lo que el espectador vería.

Es un deleite encontrarte una narración que te permite matizar, que te permite deleitarte con el sonido de las palabras. Con el juego verbal, una narración extensa y que al mismo tiempo tienes que ponerle el tono justo”, comentó a este diario, Joaquín Cosío, quien empleó seis horas.

Iván Ávila Dueñas, quien ha estado detrás de filmes como La sangre iluminada, Zacateco o La mañana no comienza aquí, ahondó en las razones que le llevaron a elegir a Cosío como narrador.

Para mí, Joaquín está en el casting ideal de un proyecto. Aunque sean puras mujeres siempre digo: ‘¿Y Joaquín dónde va a ir, dónde lo vamos a poner, qué papel va a llevar? Era muy importante que esta película, que es tan verbalizada, tuviera una voz educada que pudiera mantener el interés y la constancia.

Me parecía muy importante que fuera alguien que tuviera ese control y desde que escribíamos (el guion) siempre nos referíamos al narrador como ‘Cosío’. Necesitábamos una voz armónica que te fuera contando el cuento”, compartió Ávila.

Tras varios años de trabajo, de recopilar material propio de la filmación, de juntar material de archivo y familiar de los Molina Merino, Iván Ávila Dueñas le dio forma a este documental que es producido por el periodista Jorge Molina Merino, hijo de los protagonistas. Lo curioso es que cuando ya estaba casi listo, el director recibió una llamada que lo motivó a cambiar partes del filme.

Ya teníamos la película montada, estábamos a punto de iniciar la posproducción. Estaba trabajando con la Cinemateca de Brasil y de pronto me dicen: ‘Tú eras el que estaba investigando el caucho, ¿no?’. Les dije que sí y de repente me dicen que acababan de descubrir la cinta de 1918 Amazonas, o Maior Rio Do Mundo, de Silvino Santos, en República Checa. Se creía que estaba desaparecida. En ella se narra el proceso de caucho completo.

Entonces, nos la mandan, la vimos, era hermosa y era mucho mejor de lo que teníamos. Nos movimos para conseguir ese archivo. La montamos y era mucho mejor a lo que teníamos y, aunque sabíamos que nos iba a retrasar, la metimos”, compartió Ávila Dueñas.

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