NUEVA YORK.
En algún momento, cuando la guitarra de Lenny Kravitz enmudece y el bajo funk se toma una pausa, uno se pregunta si realmente estamos en 2018. Así de clásicos son los arreglos y sonidos de su nuevo álbum Raise Vibration, que salió ayer a la venta. Kravitz apuesta por aquello que mejor se le da: rock de la vieja escuela mezclado con glamur, soul y buen rollo.
El disco incluye títulos como We Can Get It All Together o Raise Vibration, que da título a su undécimo trabajo. La guitarra distorsionada, la batería machacona y su voz rasgada recuerdan casi a Jimi Hendrix, al que Kravitz venera, igual que a The Rolling Stones, Bob Marley y John Lennon.
El cantante de 54 años, que ha conseguido librarse de la imagen de rockero sexy y despreocupado, emite con el sencillo It’s Enough seguramente la declaración política más dura de su carrera. Al igual que Marvin Gaye con What’s Going On?, en las épocas oscuras de la Guerra de Vietnam, Kravitz también quiere sacudir conciencias.
En el videoclip de la canción, de ocho minutos de duración, muestra ataques con armas químicas en Siria, violencia policial contra los negros, desfiles militares en Corea del Norte, además de imágenes de ganadería intensiva, contaminación medioambiental y refugiados.
Basta de racismo. Basta de guerras. Basta de la destrucción del medio ambiente y de la codicia y la hipocresía de los jefes de Estado”, explicó sobre el video y añadió que es necesaria una “mayor comprensión”.
Pero, aunque sus intenciones sean buenas, todo ello suena bastante ingenuo teniendo en cuenta que vivimos en un mundo cada vez más complejo y con unos conflictos tan profundos. Según el cantante, “todo el mundo” es “corrupto” pero, ¿deben por ello darse las manos terroristas, dictadores y empresarios avariciosos y llevarse bien con el resto del mundo?
También la balada de piano Here To Love suena algo ingenua cuando al final se suma el coro y parece que Kravitz quisiera reconciliar a los pueblos de la Tierra como hiciera en su día Michael Jackson en We Are the World.
Tenemos que unirnos todos porque somos una creación / Debemos unirnos a la lucha, juntos somos fuertes / Tenemos que hacer lo correcto en cada situación / Amen las vidas de los demás como la suya propia”, canta.
Lo mismo ocurre con la oscura Who Really Are The Monsters en la que Kravitz denuncia que todo gire siempre en torno al dinero, la fama, el poder y el juego. “La guerra no va a acabar hasta que no dejemos de lanzar bombas”, canta. No son grandes conclusiones. Tampoco su llamada a comunicarnos entre nosotros de una vez solucionará las crisis globales del futuro.
Las letras del rockero nunca fueron especialmente sutiles o profundas: hablaba de echar a volar (Fly Away), de aguantar (It Ain’t Over ‘Til It’s Over) o de cómo el amor puede dominar el mundo (Let Love Rule). Todo ello se podía pasar por alto por sus crujientes riffs y el sonido completo por el que sus fans lo adoran. Los puntos fuertes de Raise Vibration son aquellos en los que Kravitz se entrega completamente a sus instrumentos y toca algunos de los 12 títulos en lo que casi parecen jam sessions.
hch
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