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En realidad, mi vida ha sido un milagro: Julio Iglesias

Conversó sobre su vida, su carrera, su familia y sus arrepentimientos

AP | 16-06-2019
En realidad, mi vida ha sido un milagro: Julio Iglesias
Estudió derecho, debutó en 1969 con el álbum 'Yo canto'.

CIUDAD DE MÉXICO

A los 75 años y tras cinco décadas de trayectoria, Julio Iglesias continúa actuando internacionalmente gracias a un impulso apasionado y, sobre todo, a una disciplina implacable. Es algo que el cantante español dice que tuvo que aprender muy temprano, luego que un accidente casi fatal frustró sus planes de ser futbolista profesional.

En realidad, mi vida ha sido un milagro", dice Iglesias al recordar cómo pasó 'meses y meses"'en cama sin poder moverse, y entonces requirió de bastones para caminar por más de dos años.

El 'mágico' accidente  como lo llama hoy  le robó la fuerza física y la vida que conocía, pero también le proporcionó mayor conciencia sobre las dificultades de otros y lo ayudó a aprender a luchar, a escuchar, a mirar a la gente a los ojos.

Audio traiciona a Julio Iglesias en su concierto en México 

Miras diferente la vida, y aprendes a vivir otra vez", dice Iglesias.

También lo puso en el camino de la música. Mientras Iglesias tenía problemas para mover los brazos y los dedos, el practicante de su padre médico le obsequió una vieja guitarra que tenía.

Aprendí cinco o seis armonías, no te creas que aprendí mucho más, porque no podía mover los dedos con tanta velocidad. Por eso mis primeras canciones tienen dos o tres armonías", rememora el cantante entre risas.

Pero esos pocos acordes bastaron para lanzar una carrera impresionante. Iglesias, quien también estudió derecho, debutó en 1969 con el álbum 'Yo canto' y llegó a convertirse en uno de los artistas más exitosos del mundo, con más de 250 millones de discos en 14 idiomas vendidos. Ha recibido reconocimientos que incluyen la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España, el título de caballero de Legión de Honor de Francia y, a principios de este año, el Premio a la Trayectoria en los Grammy.

Actualmente está de gira en Europa en antesala a una serie de conciertos en Estados Unidos que comienzan el 14 de septiembre en Boston.

¿Cómo lo hace?

Me costaba todo mucho más trabajo, me costaba todo mucho más esfuerzo. Entonces llegué a entender que la única base que sustentaba mi futuro era la disciplina. Y la disciplina la mantengo hoy con 75 años", asegura.

Es decir, el salir al escenario a cantar es un acto de disciplina y de pasión absoluta. La pasión es natural, pero la disciplina es voluntad, es una cosa que no se aprende, se tiene".

Iglesias conversó sobre su vida, su carrera, su familia y sus arrepentimientos. 

Es muy fácil aconsejar... pero aconsejar a la gente joven es muy difícil. Yo tengo dos hijos mayores que cantan, Julio y Enrique, y no admiten consejos. Ninguno. Y cuando empezamos a hablar de música la conversación se va para otros lares, para otros lugares, porque ellos necesitan su propio albedrío y la libertad absoluta de elegir lo que les gusta. Eso es importante.

Me arrepiento de no haber aprovechado mejor el tiempo, la solidez del tiempo, la intención del tiempo. Por eso no me gusta tanto dormirme ya. Si yo iba a saber que iba a ser músico a los 20 años pues hubiera entrado en el piano, hubiera entrado más en la guitarra, hubiera perfeccionado lo que es la música para saber más de la música.

A los 75, ¿qué le falta por hacer a Julio Iglesias?

Muchas cosas. A mí me gusta mucho leer; ya no leo tanto. Me gustaba mucho viajar; viajo menos. En realidad el tiempo pone muchas cosas en su lugar. Las escaleras pues son mucho más largas que antes, y cuando las bajas son más empinadas. Todo después de los 65 años empieza a ser una parte de tu vida que la tienes que legitimizar a base de disciplina. Y dar las gracias continuamente. En realidad mi vida ha sido un milagro, ¡pero un milagro auténtico! Casi diría que es una novela, porque es una persona que juega al fútbol, que tiene un accidente y casi se muere, que hace la carrera de derecho y que empieza a cantar, que no sabe cantar y canta, que no sabe andar y corre, que era un flaquito y se hace más fuerte. ¡Yo no era nadie! Y sigo siendo nadie, porque en el fondo todos somos nadie. En el fondo las gentes nos hacen alguien.

***MJPR***

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