El padre: el miedo a olvidar
Luis de Tavira recibió una ovación de pie durante el estreno de la obra de teatro, que protagoniza junto a Fernanda Castillo

El público conmovido se puso de pie y el silencio se rompió. Todavía estaba el oscuro final, pero los espectadores, aún llorosos, comenzaron a aplaudir cada vez con mayor fuerza el trabajo de Luis de Tavira, quien interpretó la fragilidad de un hombre con demencia senil, el avance de la pérdida de la memoria y la fragmentada relación con su hija, en la obra de teatro El padre.
El Teatro Fernando Soler, en el Centro Teatral Manolo Fábregas, dejó constancia, con su energía, de esa complicidad generada, en una función, entre los asistentes y la compañía teatral, esta vez también integrada por Fernanda Castillo, Pedro de Tavira (hijo del protagonista), Alfredo Gatica, Ana Sofía Gatica (primos) y Emma Dib.
Al inicio de temporada de la producción de Alejandro Gou, Oscar Uriel y Guillermo Wiechers, asistió el escritor de la obra, el francés Florian Zeller, quien ganó el Oscar 2021 por Mejor Guion Adaptado para la versión cinematográfica de su propia novela que fuera protagonizada por Anthony Hopkins y Olivia Colman, The Father.
Al respecto de este montaje, dijo al final de la función que era “el más bonito” que había experimentado. Y es que a la sensibilidad de la compañía, dirigida por Angélica Rogel, se suma a la puesta en escena otra protagonista: la escenografía, magistralmente creada por Jorge Ballina, hecha de puertas y utilería intercambiable, que, con la fineza del equipo técnico, logró generar los espacios idóneos fundamentales para entender la percepción del tiempo y la ubicación del protagonista, quien observa la realidad no como lo perciben los demás, sino con una mirada siempre en el intento constante de entender lo que sucede.
Es así que a su paso por la alfombra roja, Zeller compartió de dónde surgió El padre.
Cuando veo mi trabajo en otro idioma, me recuerda el hecho de que no importa de dónde seamos, de qué país seamos, pues todos somos iguales y estamos lidiando con los mismos miedos, los mismos dilemas y las mismas preguntas. Esto es lo que el teatro nos recuerda, que somos parte de algo más grande que nosotros mismos y es por eso que amo al teatro.
No tomé la decisión de escribir sobre la demencia. Es sólo que estaba escribiendo y, de repente, descubrí que se trataba de ello. Mi abuela, quien me crió, contrajo demencia cuando yo tenía 15 años, así que supongo que vino de ahí”, expresó Florian Zeller a Excélsior.
El escritor destacó que la belleza del teatro radica en que cada función de cada noche es única y se trata de compartir emociones en ese espacio particular.
El teatro se trata mucho de compartir emociones todos juntos, no sólo de compartir una historia. En este caso, todos tenemos un padre y por eso todos somos hijas o hijos. Entonces, El padre no se trata de mí, ni de mi abuela, se trata de nosotros. Me impresionó cuando lo hicimos en Francia. Mucha gente vino a mí después de la presentación para compartir su propia historia y creo que esto es lo que más me conmueve, el hecho de que abre conversaciones sobre estas cosas difíciles.
De pronto, creemos que estamos solos, pero estas historias pueden hacernos recordar que no es verdad, que todos vamos juntos en el mismo barco y hay un consuelo que es el de recordar que todos somos parte de algo que se llama humanidad”, señaló.
El productor Guillermo Wiechers agradeció a la compañía el trabajo durante tres meses y al público a conmoverse en conjunto.
Gracias al maestro Luis de Tavira, que, entre muchas otras lecciones, en grandes pláticas que hemos tenido, siempre hay sustancia. Él me hizo entender la característica más importante de un actor. Puede hablar uno del registro de la memoria, de las posibilidades de caracterización, pero, por encima de todo, al referirse a compañeros suyos, me dijo: ‘que sea una buena persona’. En ese sentido, tienen frente a ustedes a seis magníficos actores, seis magníficos seres humanos”, señaló.
Alejandro Gou agradeció el trabajo junto a Luis de Tavira, quien fue su maestro, mientras que Oscar Uriel señaló que se sentía privilegiado por ser testigo de este universo creado por Zeller.
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