LOS ÁNGELES.
Hace tiempo que Lady Gaga es una verdadera estrella en el mundo de la música, pero gracias a Hollywood ahora nace una estrella... del cine. Y asegurándose alguna nominación al Oscar (como Mejor Música, seguro), estrena una nueva versión de Nace una estrella, siguiendo los mismos pasos de Barbra Streisand y Judy Garland cuando habían filmado sus propias versiones en 1954 y 1976, sumando ahora también el debut como director de otra estrella, Bradley Cooper.
Y es que mientras Gaga cantaba La Vie en Rose en un evento benéfico, Cooper la fichó para sacar esa estrella cinematrográfica que la artista llevaba dentro. Apenas lo vio, sintió una química instantánea con el también actor, contó en entrevista con Excélsior.
La buena sintonía entre ambos se pudo ver, de hecho, en el Festival Internacional de Cine de Venecia donde se presentó la cinta. “Fue un verdadero orgullo estar en Venecia... porque parte de mi familia es de allí y todo fue todo un sueño, porque yo siempre quise ser actriz”, dijo.
EL CAMINO DE STEFANI
El nombre de Lady Gaga es exclusivamente para los fans. En la intimidad, hasta Bradley Cooper la llama Stefani, mientras en el pasaporte figura el largo nombre completo de Stefani Joanne Angelina Germanotta, con la fecha de nacimiento del 28 de Marzo de 1986, en Nueva York.
Desde la niñez cantaba y tocaba el piano, aunque no era tan popular con su excentricidad, cuando a los 11 años se burlaban de ella en el Convento del Sagrado Corazón donde iba a estudiar. Acostumbrada a aceptar las peores críticas, no tuvo reparos en pararse arriba del escenario de diferentes bares, para empezar a cantar en público. Y cuando cumplió los 19, dejó los estudios y se fue de la casa de sus padres en busca de su propio éxito como cantante.
Alrededor del 2006 surgió el nombre Gaga, cuando firmó el primer contrato para grabar un álbum con Def Jam Records, aunque la despidieron apenas tres meses después. Cualquiera en su situación, pudo haber renunciado a su sueño. Pero en su caso, aceptó el desafío de transformarse con espectáculos burleques, bailando en bares con un diminuto traje de baño.
Con el tiempo consiguió un puesto como aprendiz de compositora del sello discográfico Famous Music Publishing que terminó comprando los estudios Sony, donde ella también compuso canciones para Britney Spears, Fergie y las Pussicat Dolls. Fue el cantante Akon quien convenció a otro sello discográfico para que Lady Gaga grabara su propio álbum The Fame. Y poco a poco fue naciendo la estrella que transportó la fama a la música de sus canciones con The Fame Monster, Bad Romance y Paparazzi. Para el 2011 había recaudado más de 200 millones de dólares con su gira internacional, con una fortuna personal que ya superaba los 25 millones. En cine, también había debutado como actriz, con los roles secundarios de Machete Kills y Sin City: A Dame to Kill For, pero con Nace una estrella, definitivamente nace una... de Hollywood.
“El desafío de interpretar a Ally es que, al principio de la película, ella renuncia por completo a sus sueños. Y cuando decidí cantar profesionalmente, yo tenía 19 años, salía a arrastrar mi piano de un bar a otro hasta que conseguía algún trabajo donde pudiera cantar en público. Yo realmente creía en mí. Ally no cree en ella al principio, pero le ayuda su relación con Jack (Bradley Cooper) y el amor que tiene por él. Eso le da vida”, señaló.
“Yo nunca quise ser sensual como otras mujeres. Quería ser original como artista, y supongo que es lo mismo con el personaje de Ally en el cine. Ella navega por su propia carrera, tratando de encontrar un lugar a medida que se transforma”, dijo.
Judy Garland ya había protagonizado su propia película de Nace una estrella con James Mason, en 1954, donde una estrella de cine ayudaba a alcanzar la fama a una cantante y actriz, mientras el alcoholismo lo mandaba a él por la peor montaña rusa del fracaso.
En 1976, Barbra Streisand impuso su propia producción, consiguiendo también en la ficción la popularidad, gracias a la ayuda de una estrella de rock (interpretada por Kris Kristofferson), quien también termina fracasando por el alcoholismo. Y aunque la nueva versión de Lady Gaga es bastante diferente, combina las dos primeras versiones donde Bradley Cooper es un músico que ayuda a subir a la fama a una joven actriz y cantante, mientras su propia carrera cae también por el alcoholismo.
“Con Bradley estábamos tan sincronizados con los personajes que todo se sintió muy real. Teníamos hasta público en vivo cuando cantamos. Fue muy fácil para mí transportarme a ese lugar nuevo, de rol protagónico en una película. Me acuerdo muy bien en el rodaje, creo que fue en la última escena cuando Bradley se acercó y me dijo ‘ok, ahora en esta quiero que salgas y te diviertas’. Nunca lo voy a olvidar. Realmente sentí como si hubiera estado cantando por primera vez. Fue todo muy especial”, señaló, en referencia a si se sintió diferente cantando como actriz, pues el canto para su personaje era una cosa nueva.
Y, por si no fueran pocas flores las que le echa a Cooper, Gaga dijo que éste es increíble como cantante y que desde el primer momento en el que abrió su boca, parado frente al piano de casa, no podía creer la voz tan increíble que desprendía el intérprete. “Él me aceptó como actriz y yo como músico. Supongo que se nota en el rol de Jack, en el cine”, expresó, y añadió que lo mejor que tiene (Cooper) como director es la concentración al “estilo ninja” con una visión encuadrada, pero con total espontaneidad, lo que ayudó a que Gaga se quitase el miedo.
“Bradley demuestra lo increíble que es como director porque él quiso verme sin nada, sin una gota de maquillaje. Me acuerdo muy bien cuando bajé las escaleras de mi casa antes de filmar la primera prueba de cámaras. Bradley tenía una toalla húmeda en su mano y me quitó el poco maquillaje que tenía. ‘No quiero nada de maquillaje’, me dijo. Y esa vulnerabilidad fue algo que me sacó de mi personaje. Fue una experiencia muy especial. Me hizo sentir tan libre... Al mismo tiempo, él es un visionario, porque permitió que viviera mi sueño. Yo siempre quise ser actriz y puede haber 100 personas en una habitación donde 99 no crean en mí, pero yo sólo necesité una sola y fue él: Bradley Cooper”, sentenció.
hch
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