Backstreet´s  back!, en Tecate Emblema

Los Backstreet Boys son todo para el pop, las boybands; un monumento y ejemplo para todos los que buscaron seguir su fórmula, aunque sin éxito. La primera edición del Tecate Emblema, en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, los trajo de vuelta y ninguno ha perdido el toque.

Kevin, Brian, Nick, A.J. y Howie podrán no tener la misma juventud de hace más de 20 años, pero conservan la magia. AJ sigue como el chico rudo, rebelde y su gorra de los Raiders de Oakland lo confirmó. Luego de I Wanna Be With You, The Call fue la segunda canción de una noche para seguir con el DNA World Tour y la primera en tener a todos los chavorrucos y chavarrucas con la lagrimita al borde de la caída. Pura nostalgia, mucho recuerdo con la primera rola del álbum Black & Blue.

¿Y qué tal con Get Down? Las 49 mil 200 personas que arribaron al Emblema Stage se volvieron locas. O sea, directo al corazón, a los viejos tiempos donde los cuartos de toda adolescente estaban tapizados por pósters de revistas e impresiones de los estadunidenses. Howie, cuyos padres eran mexicanos, dio la introducción al segundo acto, inaugurado con Show me the Meaning of Being a Lonely.

¿Llevaron pañuelos? No, todos los millennials la curaron con chelas, tragos; cantando, llorando. Es aquí cuando uno reconsidera deshacerse del pasado o revivir por una noche el viejo dolor. Por ejemplo con Incomplete, para todos los corazones rotos que fueron y están por venir. Es lo fabuloso de los Backstreet Boys, pueden ir de la soledad al dolor profundo y aun así hacer feliz a su gente.

Este segundo capítulo resultó catártico, el cortavenas y lo que todos esperaban. Para este momento los cinco se habían deshecho de sus uniformes negros y retomaron el aspecto casual, cada uno con su personalidad reflejada en su forma de vestir y hasta cantar. More Than That, otro golpe al corazón.

Los Backstreet Boys en México es para siempre recordarlo, en especial este DNA World Tour donde repasaron prácticamente todo su legado.

Hasta el cierre de esta edición, la banda aún tenía una hora programada y canciones como I Want it That Way, Everybody, Shape of My Heart y As Long as You Love Me.

Antes, #JusticiaparaDebanhi decía la pantalla durante la introducción de Danna Paola. “Ni una más”, pidió, porque entendió que ayer miles pudieron divertirse con su presentación, disfrutar el calor, mitigarlo con un buen trago, excepto las víctimas de los feminicidios diarios.

El show de Danna fue dedicado al amor en cualquiera de sus expresiones, por eso se dio el lujo de coquetear con una de sus bailarinas y divertirse cantando Sodio. Y si pensaban que ella repela de sus inicios, ¡no!, también se permite regresar a los tiempos de nula preocupación, llorar, aceptar que el momento que vive actualmente no le gusta y que se refugiaba en pensamientos como el de la rola Mundo de caramelo.

Impresionante, pocos niños, muchos creciditos, pero se divirtieron como tal en esta canción. Pudo venir Oye Pablo y Mala fama, con toda la fuerza que tienen para perrear hasta abajo, sin embargo, no le llegaron al momento nostálgico. Y ella lo supo: ¡esto confirma qué es lo que quiero hacer el resto de mi puta vida!”, gritó.

Para ser una megaexperiencia pop, el escenario quedó muy por debajo de la experiencia otorgada por Danna. Saturado, mal acomodado para el público, si no estaban a nivel de la consola no se veía nada, dependían de las pantallas. Una sombrilla de helados y un desnivel le dieron en la torre a la visión. Tan fácil el acomodo del Corona Capital o Flow Fest.

Con la despedida de Danna, la gente corrió para ver si alcanzaban a escuchar Me rehúso, de Danny Ocean, y lo lograron. El Dream Stage estuvo muy coqueto con su carpa repleta de esferas luminosas, pero si no estabas dentro era imposible ver algo. Y las pantallas se veían muy pequeñas por la profundidad de la tarima.

Al ser un público distinto, la experiencia etílica fue más allá de las Tecates tibias o quemadas, así que hubo stands con tragos más coquetos; activaciones para pimpearse con maquillaje de Sephora y stands que celebraron la diversidad e inclusión con sus producciones hechas para llevarse las fotos del festival.

Los de Chvrches tuvieron el mejor escenario hablando en sonido y apreciación, porque estaba tan bien distribuido que podían disfrutar desde cualquier ángulo a la banda con sus rolotas como Forever y Miracle. Lauren Mayberry lució un vestidazo para la ocasión, dorado y brillante.

Carly Rae Jepsen los relevó y fue la antesala para Backstreet Boys. No todos alcanzaron a escuchar Call Me Maybe porque la mayoría corrió a formarse y tomar algún lugar decente para ver a los BSB. Aún así tuvo buena asistencia para rolas como I Really Like You y Run Away With Me.

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