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Expresiones

Revelan secretos en sitio de Cantona, gran urbe prehispánica

Esta metrópoli ha sido poco explorada, fue contemporánea de Teotihuacán, albergó a 90 mil habitantes y tuvo el mayor número de juegos de pelota en toda mesoamérica

Juan Carlos Talavera | 30-09-2019
Fotos: INAH / Juan Carlos Talavera
Fotos: INAH / Juan Carlos Talavera

CIUDAD DE MÉXICO.

La zona arqueológica de Cantona ha sido poco estudiada, pero tiene la misma importancia que Teotihuacán y su desarrollo se encuentra entre los años 300 a.C. y 950 d.C. dice a Excélsior la investigadora Yadira Martínez Calleja.

No sólo se trata del sitio arqueológico más grande de México –con 453 hectáreas habitables–, sino que fue construido sobre un malpaís (terreno árido producto de una erupción volcánica), habilitado con cuatro mil calles, caminos y calzadas que conectaban la metrópoli, sino que contaba con 27 juegos de pelota, el mayor número en toda Mesoamérica.

Cantona se ubica en los límites de Puebla y Veracruz es poco conocida, pero es tan importante como Teotihuacán”, afirma la arqueóloga Yadira Martínez Calleja, luego de terminar una investigación por 14 años y de reportar numerosos hallazgos sobre este espacio que es considerado el más extenso del que se tenga noticia en México, con mil 453 hectáreas.

Incluso existe la hipótesis de que este sitio pudo contribuir a la apertura y cierre del corredor comercial o ruta comercial del Golfo-Sur al Altiplano Central y por ende, en cierta medida, a la caída de Teotihuacán, apunta la investigadora en su libro La acrópolis de Cantona.

De acuerdo con la investigadora, la primera referencia histórica sobre esta zona se encuentra en la segunda Carta de Relación, de Hernán Cortés, quien al pasar por el cofre de Perote, describió someramente la región como un “despoblado y tierra inhabitable a causa de su esterilidad y falta de agua y muy grande frialdad que en ella hay”, debido a que la caída de este sitio sucedió hacia el año 950, es decir 500 años antes de la llegada de los españoles.

 

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URBE TEMPRANA

 

Lo primero que hay que decir sobre esta zona arqueológica es que la debería visitar todo mexicano, afirma Martínez Calleja.

Porque si hablamos de ciudades importantes de época prehispánica –además de Teotihuacán–, Cantona es una de ellas, en donde observamos un proceso de urbanización muy temprano y un desarrollo paralelo a Teotihuacán”, explica.

Lo cierto es que estamos acostumbrados a ver Teotihuacán como la gran ciudad y la única de la época Clásica, pero no es así, aclara la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Cantona es otra de las ciudades importantes de esa época y se desarrolla casi sin ninguna relación con Teotihuacán, apunta.

Así que para empezar, esa situación de florecer al lado de los teotihuacanos ya la convierte en excepcional, porque ¿cómo pudo desarrollarse sin ir de la mano de esa otra ciudad?”, cuestiona.

Además, Cantona tuvo un desarrollo propio y no es similar a otra de su época, lo cual es muy peculiar.

Otro elemento que la diferencia de otras ciudades prehispánicas es que no utilizó cementante o argamasa para unir las rocas de las unidades habitacionales.

Mucho se ha dicho que se debió a la falta de agua, pero en realidad debemos considerar que en esa época había otro tipo de condiciones climáticas y ambientales y que si se asentaron ahí fue porque debió haber algún recurso acuífero importante”.

Porque una ciudad de estas dimensiones no habría sobrevivido tantos  años sin una fuente de agua.

La investigadora también se refirió al tipo de arquitectura que, con el tiempo le ha otorgado el nombre de “estilo cantonés”.

Diríamos que tenían un conocimiento de ingeniería y arquitectura muy amplio porque no es fácil diseñar este tipo de espacios y construcciones sin argamasa”.

 Además, destaca que se trataba de un asentamiento denso, en donde los espacios fueron ideados uno detrás de tras otro.

Eran conjuntos arquitectónicos o unidades habitacionales bien diseñadas que pudieron albergar familias extensas, familias o grupos domésticos más restringidos.

Y a esto se suma una distribución importante en las vías de circulación con sus poco más de cuatro mil calles, calzadas y caminos que comunican a toda la ciudad, dado que no había un espacio en el que no se pudiera arribar.

Otro rasgo característico de Cantona, que no veremos tan claramente en otras ciudades, detalla la experta, es la manera como los habitantes se adaptaron al malpaís.

 

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SUS INFLUENCIAS

 

La investigadora también reveló que, durante su época de esplendor, este sitio confeccionó materiales culturales como la cerámica, en la que se observa la influencia de varios grupos étnicos.

Mediante la cerámica podemos ver esa presencia de grupos étnicos, procedentes del bajío, del occidente y de la costa del Golfo y el Sur de Oaxaca.

En este punto es importante decir que Cantona es una de las ciudades cuyo proceso de urbanización fue de los más tempranos en Mesoamérica. Así que no hay otra ciudad que tenga un desarrollo urbano tan temprano como ésta”, anota.

¿Le parece que Cantona fue más compleja que  Teotihuacán?, se le pregunta a Martínez Calleja. “Fueron contemporáneas, pero Cantona no creció bajo su sombra porque su población tenía otra idiosincrasia”.

¿Cuántos habitantes albergó durante su esplendor?  “Poco más de 90 mil (mientras Teotihuacán alcanzó casi 200 mil), aunque para esa época sigue siendo una bastante”.

¿Cómo describiría el estilo cantonés? “Como una arquitectura sin cementante, dotada de unidades habitacionales delimitadas por un muro periférico; y con espacios alineados a partir de un basamento piramidal, su plaza y su juego de pelota”.

Otro detalle es que en Mesoamérica no existe una ciudad con tantos juegos de pelota como Cantona, con 27, de los cuales 14 formando conjuntos alineados, y el resto van asociados a estructuras de carácter cívico religioso o a unidades de carácter residencial”, concluye.

 

 

cva

 

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