4 lugares embrujados en CDMX con sustos garantizados, ¿te atreves a entrar?

Conoce 4 sitios embrujados en CDMX con leyendas, misterio y horror para esta temporada espeluznante.

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Lugares de terror en CDMX

La CDMX es una ciudad que nunca duerme, por eso no es casualidad que los susurros del pasado se sienten más cercanos en la noche, especialmente en los lugares embrujados que son imperdibles en temporada de terror.

En esta ciudad antigua y densa, hay rincones donde los muertos parecen no querer descansar, donde los muros guardan secretos y las sombras ofrecen compañía inquietante. Durante la temporada “spooky” —octubre-noviembre, vísperas de Halloween y Día de Muertos— el deseo de conocer esos rincones crece. 

No basta con cuentos en redes: muchos lugares embrujados en CDMX abren sus puertas, se exploran a la luz de la luna o se visitan en recorridos especiales. Si te gusta el misterio, esta es tu mejor estación para descubrir el lado oscuro de la metrópoli.

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Lugares de miedo en CDMX. Foto: Facebook Isla de las muñecas de Don Julián

4 lugares embrujados en CDMX para visitar

  • La Isla de las Muñecas

¿Dónde? Xochimilco (se llega por trajinera)

Este sitio es famoso: en una “isla” artificial sobre los canales, miles de muñecas viejas cuelgan de árboles y estructuras. Se dice que un hombre llamado Don Julián comenzó a colgar muñecas para apaciguar el espíritu de una niña que se había ahogado cerca. 

Las muñecas se deterioraron con el tiempo y se añadieron más, generando un ambiente tétrico. Según varios testimonios que han acudido, se dice que las muñecas giran solas, se escuchan risas infantiles, lloriqueos o se ven figuras entre la bruma. 

  • Palacio de Lecumberri

¿Dónde? Eje 3 Oriente, Av. Ing. Eduardo Molina 113, Ampliación Penitenciaría

Ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza, se convirtió en el Archivo General de la Nación; sin embargo, de 1900 a 1976 funcionó como prisión federal donde muchos internos fueron ejecutados, torturados o maltratados. 

Su reputación como lugar de dolor y muerte le ganó el sobrenombre de “Palacio Negro de Lecumberri”. Se dice que en los pasillos abandonados se escuchan llantos, cadenas arrastrándose y voces apagadas. Algunos empleados y visitantes reportan presencias o ruidos inexplicables cuando atraviesan zonas poco transitadas.

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Lugares de miedo en CDMX. Foto: Facebook El chilango emplumado
  • Hospital Juárez

¿Dónde? Plaza de San Pablo 13, La Merced, Centro

El Hospital Juárez de México está en la zona centro-este del CDMX, se le vincula a eventos trágicos, historias de pacientes con enfermedades mentales, supuestas muertes en pasillos, voces que se escuchan entre paredes, apariciones de figuras encapuchadas o siluetas borrosas en pasillos oscuros. 

Muchos relatos apuntan a que ciertas alas abandonadas o áreas poco usadas concentran fenómenos paranormales, como la leyenda de la enfermera “La planchada” que se le aparece a los enfermos. Eso sí, no es un sitio turístico, pues se trata de un hospital 

  • Casa de las Brujas

¿Dónde? Plaza Río de Janeiro 56, Roma Norte

Esta casa porfiriana le debe su nombre no solo a su diseño arquitectónico (una aguja del techo y ventanas que le dan semblanza de un rostro sombrío); sino también a que se afirma que después de cierta hora (más allá de las 10 p.m.), se escuchan lamentos, crujidos, pasos, puertas que se abren y cierran solas.

Algunos vecinos comentan que las energías del lugar se activan en la madrugada, provocando escalofríos o sensación de presencia. También se dice que fue “Pachita”, una chamana que vivió en el lugar, quien “abrió” las puertas a energías del más allá.

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Lugares de miedo en CDMX. Foto: Facebook México a través de un lente

¿Cómo es el turismo paranormal en CDMX? 

Hoy en día, recorridos como el Turibús del Terror ofrecen rutas nocturnas por casonas embrujadas y leyendas urbanas, especialmente durante la temporada de “terror”, durante todo el mes de octubre y hasta el 2 de noviembre.

También hay eventos especiales en agencias de turismo y en la zona centro, con visitas guiadas, dramatizaciones y paradas en sitios emblemáticos. Estos recorridos no solo refuerzan las leyendas: ayudan a conservar memoria urbana y a divulgar historias locales poco conocidas.