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Expresiones

Evitar las estampas del apocalipsis; Andrés Cota Hiriart presenta su más reciente libro

La obra Fieras Familiares fue finalista del Premio de No Ficción de Libros del Asteroide 2022

JUAN CARLOS TALAVERA / CIUDAD DE MÉXICO | 06-07-2022
Ilustración: Cortesía Libros del Asteroide
Ilustración: Cortesía Libros del Asteroide

 

La estampa apocalíptica que quiere evitar el escritor Andrés Cota Hiriart (CDMX, 1982) es parecida a la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, en la que brota un mundo estandarizado, con monocultivos y un puñado de especies vegetales y animales que han sobrevivido al desastre ecológico, mientras la Tierra se convierte en ese paisaje uniforme donde los arrecifes son la historia que vive sólo en internet.

Eso es lo que Cota Hiriart intenta evitar, y para lograrlo ha confeccionado un relato de esperanza en Fieras familiares, su más reciente libro, finalista del primer Premio de No Ficción Libros del Asteroide 2022, el cual presenta el relato autobiográfico de un joven naturalista de finales del siglo XX y principios del XXI en el parco mundo silvestre de México y el mundo.

Su relato se inspira en los viajeros del siglo XIX y XX, como Alexander von Humboldt o Gerald Durrell, pero desde un territorio más íntimo, donde recapitula dos décadas de exploración que inició con ajolotes, serpientes, escorpiones emperador, camaleones, cocodrilos de río y algunas reservas ecológicas de México, donde el reino silvestre ha sido relegado para ser preservado.

Yo debí nacer en otra época. En el tiempo de los naturalistas clásicos, por ejemplo, durante el siglo XIX, con tantos territorios aún inexplorados y repletos de fieras por descubrir”, expresa Cota Hiriart.

O quizá me podría haber tocado ser un nativo de las selvas papuanas, un hombre de la jungla fundido a cabalidad con su ecosistema y aislado de los devenires que aquejan al resto de la humanidad. O también me habría gustado ser uno de esos guardas forestales que patrullan a pie la reserva que tienen a su cargo: un cuidador de gorilas, pastor de jirafas o criador de lémures. Un pionero de algún tipo”, abunda.

¿El libro es una reflexión sobre ese mundo perdido?, se le pregunta al también autor de Cabeza ajena. “No sé si hay una finalidad al escribir el libro, sí percibo que hay una intención y, al dedicar tanto tiempo a una actividad, un tanto fútil en México, como escribir un libro, debe haber una motivación para guiar ese esfuerzo. Escribo porque lo disfruto y porque es una actividad que llena mis días y me da dicha”.

¿Es un bestiario inspirado en alguna tradición? “Con mi libro emulo un poco a algunas obras que han marcado mis días y que me impulsaron a estudiar Biología, por ejemplo, los libros de Gerald Durrell, que era un zoólogo británico, uno de los primeros en hablar de la extinción masiva de especies (hoy cerca de 40 mil) y quien realizó programas de conservación de algunas especies a través de la reproducción en cautiverio. Sin embargo, me parece que es una paradoja de la humanidad que el cautiverio se haya transformado en la última posibilidad de existencia para muchas especies”.

¿Cuál sería esa especie extinta a la que le gustaría devolver la vida?

Yo optaría por reponer a los neandertales o a los hombres de Flores, es decir, algún primo cerca- no nuestro, porque eso ayudaría a cambiar la noción que tiene la humanidad sobre sí misma, es decir, que somos únicos y que somos la cultura pináculo de la evolución, que es lo que ha hecho mucho daño a la humanidad y al planeta”.

“Ocupamos un lugar más, pero durante nuestra evolución, hace 60 mil años, cuando había otros humanos, por competencia, terminamos por desplazarlos y extinguirlos. Creo que nos haría muy bien, a nivel filosófico, reponerlos para entendernos como uno más y no como una cadena hegemónica”, concluyó.

Sobre Fieras familiares, el narrador y ensayista Jorge Comensal lo ha descrito como “un ornitorrinco y un ejemplo de que la buena literatura es la mejor manera de contagiar la pasión por la fauna de este planeta”.

Mientras que Daniel Saldaña París lo explica así: “no es sólo el testimonio de una curiosidad omnívora y de una fascinación contagiosa: es también un relato autobiográfico que se devora sin masticar. Andrés Cota Hiriart ha escrito un libro único e inclasificable”.

 

cva

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