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Viven entre las grietas en la colonia del Mar en Tláhuac

Más mil casas permancen con daños derivado del desplazamiento de 38 grietas durante el movimiento telúrico de septiembre pasado

Georgina Olson | 19-08-2018
A 11 meses del sismo del 19 de septiembre, ante la incertidumbre sobre si sus viviendas son habitables o no, vecinos de la colonia Del Mar han improvisado medidas para reducir la probabilidad de aparición de mayores afectaciones. Foto: Paola Hidalgo
A 11 meses del sismo del 19 de septiembre, ante la incertidumbre sobre si sus viviendas son habitables o no, vecinos de la colonia Del Mar han improvisado medidas para reducir la probabilidad de aparición de mayores afectaciones. Foto: Paola Hidalgo

CIUDAD DE MÉXICO.

Son 38 grietas las que atraviesan la colonia Del Mar, en la delegación Tláhuac, y el 19 de septiembre de 2017, a la una de la tarde con 14 minutos, al iniciarse el sismo, éstas se desplazaron provocando daños a mil 35 casas. Aunque la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) contrató a la empresa Carso Infraestructura y Construcción (CICSA) para hacer un estudio del suelo y determinar dónde es seguro vivir y donde ya no; sin embargo, a 11 meses del sismo, nadie ha visto los resultados.

Una de esas grietas destrozó la cancha de basquetbol de la calle Pez Cardenal, siguió su trayectoria por la calle Pez Gorami, rompiendo el piso a su paso y causando daño estructural a las casas ubicadas en la esquina que hacen las dos calles, llegando hasta la cerrada de Océano, donde el piso de plano se hundió 80 centímetros. De allí avanzó hasta la casa de Mercedes García Ruiz, ubicada en el número 395 de Océano.

Salí corriendo a la calle en el momento del sismo y el piso se ondulaba como si hubiera una serpiente abajo, se sentía como el fin del mundo y quedó todo mal, la grieta se abrió y su trayectoria era clara a lo largo de unos 10 metros a lo largo de la calle de Océano”, recordó.

Las casas de todos sus vecinos de la calle de Océano, en la cuadra ubicada entre la cerrada de Océano y la calle de Gitana, tienen grietas en las paredes, en los pisos y desniveles en los patios; en el jardín de Mercedes, se desmoronó el muro de atrás.

En una de las esquinas del patio, donde el pasto se junta con la pared de la casa de atrás, se observa un hueco por el que cabe una varilla de más de un metro de largo, pero al asomarse por allí, no se ve el fondo del hueco. “La casa de mi vecina está volando” dice Mercedes, al describir la oquedad.

4 mil viviendas en Tláhuac están catalogadas con daño medio por el deterioro que registran

Los daños permanecen casi igual que el día del sismo, el Gobierno de la ciudad sólo ha encarpetado la calle y cubrió la grieta que se veía sobre la calle de Océano, pero los vecinos están a la espera de conocer el estudio del suelo para saber si seguro seguir viviendo allí o deben irse.

Excélsior cuestionó al comisionado para la Reconstrucción de la Ciudad de México, Edgar Tungüí, si tendrán respuesta para los damnificados de la colonia Del Mar antes de que acabe esta administración, a lo que Tungüí respondió que “seguramente tendremos una respuesta para una parte de estas personas, y dejaremos un programa elaborado en conjunto con el nuevo comisionado, pues así lo ordenó el jefe de Gobierno actual y la jefa de Gobierno electa”.

Al consultarle sobre cuándo estarán listos los resultados del estudio del suelo que realizó CICSA, el comisionado comentó que “han venido trabajando, sé que ya han entregado los primeros resultados, esto es de manera muy puntual para el tema de las casas”.

Sin embargo, la paciencia de los damnificados se acaba; Mercedes García habla angustiada de que le preocupa la situación, “no sé si la grieta se quedará así o se va a abrir más, y de aquel lado de mi casa está el drenaje profundo, está fracturado, muy dañado, están por arreglarlo, pero no sé cuándo, me siento muy insegura en este lugar”.

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Al entrar a su patio, se observa cómo la grieta lo atraviesa en una línea diagonal, el movimiento de ésta rompió el adoquín hasta llegar al interior de su casa, y en la sala, el piso está dividido por una línea.

A la misma altura de la línea que está en el piso de la sala, hay una línea, pero en el techo, y éste gotea bastante, explicó, y luego golpeó con el palo de una escoba el suelo del comedor; abajo se escucha completamente hueco, “me preocupa que abajo haya una oquedad”, dijo.

Los vecinos exigen los resultados de los estudios del suelo, porque, aseguran, se hizo una inversión millonaria. “No solamente son los estudios, hubo mucho dinero destinado a esto, fueron 350 millones de pesos que se invirtieron en otros estudios de mecánica de suelos en algunos predios, y no se han entregado los resultados a mis vecinos”, dijo Karina Solís, damnificada de la colonia Del Mar e integrante de Damnificados Unidos.

Así lo dijo tomando como referencia que, el 31 de enero de este año, el entonces titular de Sobse y actual comisionado para la Reconstrucción, Edgar Tungüí, declaró que se destinarían 350 millones de pesos a diversos estudios de subsuelo, a estudios de mecánica de suelos y a la inyección de cemento y arcilla en las diversas colonias afectadas por las grietas en Tláhuac.

Este diario consultó a la Sobse si esta cifra que anunció Tungüí se erogó, a lo que la dependencia respondió, que no, “la empresa CICSA se encargó de realizar la primera etapa de los trabajos en Tláhuac, correspondiente a los estudios, la prueba de inyección y el diseño de mezcla. El presupuesto para esta etapa es del orden de 40 millones de pesos”.

Sin embargo, uno de los damnificados de la colonia Del Mar refutó esa declaración.

Sabemos de buena fuente que han erogado 120 millones de pesos a esa empresa”, señaló.

 

UN PROCESO TORTUOSO

 

De acuerdo con la delegación Tláhuac, en toda la demarcación hay 4 mil 127 viviendas con daño “medio”, catalogadas en amarillo, y mil 621, en daño “alto”, catalogadas en rojo, en total son 5 mil 748.

En la colonia Del Mar hay 681 viviendas en amarillo y 354 en rojo, en total son mil 35. Otras colonias muy afectadas son San Pedro Tláhuac, San Francisco Tlaltenco, Miguel Hidalgo, Santiago
Zapotitlán, entre otras.

Los integrantes de Damnificados Unidos afirman que el proceso de negociación con la Comisión para la Reconstrucción, la Sobse y demás dependencias encargadas de la reconstrucción, para lograr que aceleren los estudios del subsuelo en Tláhuac, ha sido larga y tortuosa.

Arturo García, damnificado de la colonia Del Mar, explicó que “las autoridades han dado toda clase de largas para dar a conocer los resultados del estudio; el 26 de julio pasado vino el ingeniero Pedro Vera Sánchez, del Instituto Politécnico Nacional, que está realizando parte del estudio del suelo, y dio una explicación tan técnica sobre el tema de las grietas, que no pudimos sacar nada en claro”.

La única información concreta que obtuvieron de esa reunión es que algunas grietas miden desde dos hasta 17 metros de profundidad, pero a los damnificados no se les informó si ya se definió en qué zonas se puede vivir y en cuáles no en la colonia Del Mar.

Después, la doctora en Ingeniería y maestra en Mecánica de Suelos Silvia García, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, se acercó a la Comisión de Reconstrucción y ofreció sus capacidades para analizar los estudios del suelo e interpretárselos a los damnificados.

En este proceso las autoridades también han puesto toda clase de trabas; en un momento dado dijeron que era muy difícil pasar los estudios que había hecho la empresa al sistema de cómputo que usaba la doctora, pero ellos tienen gente que sabe hacer eso, era sólo un pretexto”, dijo a este diario Arturo García.

Luego del 7 de agosto, el ingeniero Francisco Máximo Izquierdo Ortiz, director de Construcción de Obras Públicas A, les informó a los damnificados que entre ese día y el 21 de este mes le entregarían la totalidad de los resultados de los estudios a la doctora para interpretarlos.

Uno de los damnificados que pidió el anonimato dijo que hay dos problemas con ese acuerdo: “a la doctora le han dado la información a cuentagotas, no le han dado casi nada, y además la autoridad nunca dejó en claro en qué perímetro iban a hacer los estudios de suelo, ni a qué profundidad; así que en realidad no se comprometieron a nada”.

Mientras tanto, los damnificados en la colonia Del Mar, no obtienen respuestas.

En la esquina de Océano y Privada de Océano, vive Marina Hernández; al entrar a su casa se observa cómo las paredes del patio delantero y trasero de su casa tienen grietas severas; al pasar por la sala, el piso está dividido por otra grieta, y al dejar rodar una pelota se nota que la casa se está inclinando hacia atrás.

El Gobierno de la ciudad ya le dijo que debe desalojar para poder demoler, pero ella se niega, y asegura que las autoridades no tienen ningún plan para apoyarla con la reconstrucción de la casa o la reubicación de su familia, y no está dispuesta a quedarse en la calle, “pues ni siquiera nos han entregado los estudios del suelo”.

 

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Al cruzar la calle, está la casa de Carlos; la grieta pasa a un lado de su vivienda, por el pasillito que se forma entre la pared donde termina su casa y la barda del vecino. El movimiento de la grieta causó daño estructural a su vivienda y la van a demoler.

A partir del 19 del año pasado se desató todo: se hundió la grieta, hubo un desprendimiento de la tierra, se abrió bastante la grieta. Estamos en procedimiento de demolición total, porque prácticamente quedó inservible la casa”, dijo.

Carlos espera que los funcionarios de la Comisión de Reconstrucción y la Sobse “tengan conciencia que son familias y gente de la tercera edad la que está viviendo aquí, y realmente necesitamos un estudio del suelo certero, para saber si realmente podemos regresar a nuestros terrenos”, expresó.

La grieta que pasó al lado de su casa siguió su trayectoria a lo largo de esa manzana y causó severas fisuras en la casa ubicada en la esquina de Pez Vela y Calle Pingüino. Además, la fractura atravesó Pez Vela y la desfiguró, causando un desnivel de casi un metro, y siguió su trayectoria hacia la siguiente manzana, donde dos casas ya fueron demolidas.

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LA GRIETA DE LA CALLE PINGÜINO

 

En la calle de Pingüino también se formó una grieta importante el día del sismo.

Ese día, Teresa Iniestra escuchó a su hija que le gritaba: “¡Mamá, creo que la casa se cayó en la parte de atrás!”, momentos después, las dos corrieron al patio, donde parecía que había caído un proyectil, ya que, de la mitad del terreno hacia la izquierda el piso se hundió unos 80 centímetros y se quebraron las lozas. 11 meses después, su casa sigue exactamente igual que el día del sismo.

Su casa está ubicada sobre una grieta que inicia en el Parque Cananea, en la delegación Iztapalapa, pasa por la Avenida Piraña, vialidad que divide Iztapalapa de Tláhuac, y atraviesa seis manzanas de su demarcación hasta llegar a su casa.

El movimiento que tuvo esta grieta causó daños a decenas de viviendas y varias calles a lo largo de su trayectoria, entre éstas, la casa de Teresa, ubicada en la calle de Pingüino, Manzana 105, lote 13. Sólo en su cuadra seis casas han sido demolidas.

Pablo Espinosa, esposo de Teresa Iniestra, narró que el gobierno de la ciudad contrató una empresa que hizo estudios de dinámica de suelo en su terreno, y, al finalizar, determinó que sólo podrían usar el 20 o 30 por ciento de los 200 metros cuadrados que tienen. “Lo demás es muy peligroso, pues está atravesado por las grietas”, indicó.

Espinosa explicó que no les conviene construir en un espacio tan reducido y narró que, en mayo pasado y durante un mes, la misma empresa inyectó una mezcla de cemento y arcilla expansiva para rellenar el subsuelo en los espacios que dejaron las grietas. “No creo que eso solucione el problema; nos dijeron que por nuestro terreno pasan cuatro grietas”.

Además, la empresa dejó el trabajo a la mitad. “Hace dos meses que no regresan, dijeron que se acabó su contrato. ¿Quién sabe dónde están los recursos?, todo está detenido, tendremos que esperar a que llegue la siguiente administración”, agregó.

Aunque su casa ya no se puede habitar, pues el comedor se hundió igual que el patio, Pablo debe pernoctar allí cada noche para asegurarse de que no les roben sus pertenencias, y su esposa afirma que “aquí se soltó la rapiña y a todos los vecinos les han robado cosas”.

Este diario siguió la trayectoria de la grieta por toda la calle de Pingüino, siguiendo la calle de Gitana hasta llegar a Sirena número 197, donde vive Carmen Caballero. Su casa la demolieron hace siete meses, y, desde entonces, su familia vive hacinada en un par de cuartos.

Tras el sismo se agrietaron las paredes y el suelo, así que pasaron los DRO y los geólogos y dictaminaron la demolición, y empezaron a demoler el 17 de diciembre. Fue la segunda casa que demolieron en la zona”, recordó Carmen.

Parada a un lado del terreno vacío que quedó tras la demolición, Carmen narró angustiada que “hasta ahorita, no sabemos si se puede reconstruir, no nos han dado el estudio de subsuelo, es lo que estamos esperando, ese resultado, para que nos digan si se puede reconstruir”.

Tiene tres días que se hizo un socavón, la verdad no sé cuánto tiene de profundidad, empezó con un hoyo pequeño y después fue creciendo más”, agregó.

El martes pasado, cuando Excélsior visitó la zona, se podía introducir una varilla de 90 centímetros en la oquedad.

Carmen espera que la Comisión para la Reconstrucción de la ciudad “nos apoye con la reconstrucción, que nos digan si es habitable o no nuestro terreno, que ya le den seguimiento”.

Aunque su casa la demolieron completamente, a Carmen el Fonden sólo le dio 15 mil pesos. “Nada más pasaron a tomar el censo y anotaron mi casa; yo digo que 15 mil pesos es muy poco; le pediría al Fonden que revise mi caso, que le de seguimiento, que complete la cantidad que tiene que ser”.

Al seguir caminando por la calle de Sirena, se llega a la calle de Pez Vela, Manzana 71, Lote 17, colonia Del Mar, donde vive Esther Gallegos Luna, una mujer de la tercera edad, con su esposo, y como su casa fue demolida hace seis meses, viven en la pequeña casa de su hija, ubicada en el mismo terreno.

Estamos todos apretados, pero allí estamos; allí vivimos nueve personas en dos cuartos, ya se imaginará cómo estamos; no había de otra”, dijo suspirando.

El sismo provocó cuarteaduras en las paredes de su casa: en la sala, en la cocina y los cuartos. “Se partió el piso de la sala y del cuarto, y la casa se ladeó hacia atrás, tanto, que tuvieron que poner polines para sostener las paredes, pues había peligro de que se cayeran”, señaló Esther.

En su caso, el Fonden sí le dio 120 mil pesos para reconstruir su casa. La paradoja es que “no hemos podido disponer de eso porque (...) no sabe uno si se puede reconstruir o no, pues aquí de esquina a esquina de mi terreno pasa una grieta sesgada, y atrás de la casa se hizo otra”.

Al igual que la señora Carmen, doña Esther y su esposo están esperando que la Sobse y la Comisión de Reconstrucción ya les den a conocer el resultado del estudio de subsuelo, para saber si pueden o no volver a reconstruir allí.

Ahorita andan en eso (las autoridades), revisaron el suelo con unas máquinas que sacan lodo del suelo, hicieron el estudio en el terreno de al lado; decían que el estudio abarca 80 metros a la redonda, y así nos traen, pero no nos han dado los resultados, y aquí estamos”, dijo.

Al salir de la casa de Esther, trabajadores de encarpetado revisaban el piso, observando una oquedad en una de las esquinas de la calle, así que introdujeron un azadón, que entró 80 centímetros.

El suelo tiene bastantes fallas, muchos hundimientos, muchos socavones; nuestro trabajo es encarpetar, pero estamos encontrando bastantes fallas; hay mal trabajo del drenaje, está mal compactado y eso provoca que haya hundimientos”, dijo el responsable.

Esto no va a durar, se va a volver a tronar el asfalto; puede ser que se truenen con el paso de la maquinaria pesada, o que dure unas semanas; así está gran parte de la colonia Del Mar”, explicó.

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cva

 

 

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