Mujeres conquistan el danzón con la Danzonera Isora Club

Un arreglo a la canción “Mi buen amor” que canta Gloria Estefan pasó de ser un bolero a un danzón romántico, que invita a las parejas enamoradas a desplazarse lentamente en la duela o el cemento, arreglos a los que se han atrevido las integrantes de la Danzonera Isora Club, integrada en su totalidad por mujeres.

La Danzonera Isora Club, tiene su historia, sus raíces surgidas de una decepción, no amorosa, pero sí de baile. Su creadora y directora Natividad Cárdenas Morales por décadas, se ha dedicado a la defensa de las mujeres en todos los ámbitos; así lo respalda su currículum, doctora en estructura social y desigualdades por la Universidad de Salamanca, España y maestra en dirección de gestión pública municipal por la Universidad Carlos III de Madrid; además es escritora, conferencista y una amante del danzón.

Sin embargo, en su momento nadie la invitaba a bailar, eso la llevó a pensar en una agrupación musical a finales del 2018.

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En una ocasión estaba bailando, más bien nadie me sacó a bailar y vi hacia el escenario y en ese momento entré en conciencia, que no había ninguna orquesta de mujeres, y entonces en ese momento me dije, voy a hacer una orquesta sólo de mujeres “.

Una agrupación de mujeres profesionales de la música que se desarrollan en tres facetas al mismo tiempo, estudiantes, profesionales y madres de familia que realizan en ocasiones ambas actividades al mismo tiempo.

En este mundo de desigualdad entre hombres y mujeres, a las mujeres nos ha tocado una triple o doble jornada, y en el ámbito de la música esto no es la excepción. Desafortunadamente en este sistema en el que vivimos, que todo lo permea y bueno con las compañeras algunas tienen hijos e hijas. Algunas están en el desarrollo de su vida profesional o estudiantil, entonces, hay que empatar estas dos esferas y eso si es un poco complicado”, aseguró Cárdenas Morales.

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Mujeres que disfrutan el ritmo, disfrutan tocar, se les nota en su rostro que dibuja una sonrisa con el cambio de ritmos. Ejemplo es Claudia Frausto, quien acaricia su bajo y derrocha una sonrisa en cada nota, alegría con un toque de sensualidad que no debe faltar.

 Claudia es una artista consolidada que comparte su experiencia con sus compañeras, algunas de ellas, estudiantes de la Escuela Nacional de Música o del Conservatorio Nacional, aquí no cabe la diferencia.

Es una emoción muy grande la verdad, es que yo siempre he trabajado, la mayor parte de los años que yo tengo la música, han sido con puro varón, la verdad que trabajar con puras compañeras, es una emoción muy grande, es compartir vivencias, disfrutar giras, todo lo que hacemos”.

El salón México, la Alameda, Centro Histórico y otros recintos han sido mudos testigos de la suavidad, del ritmo del danzón con un toque fresco, con los arreglos de boleros que pasan a ser danzón.

Al tocar no hay diferencia entre las agrupaciones de mujeres y hombres, todos son profesionales de la escuela nacional de música y el conservatorio nacional. La diferencia está afuera a la hora del contrato y el pago, dónde ellas siempre salen perdiendo.

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