Casas embrujadas que puedes visitar en la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO

La Ciudad de México es una urbe que esconde entre sus calles y sus viviendas un lado oscuro, sitios que se acercan al más allá y que conviven con los capitalinos a través de las leyendas.

La antigüedad de muchas de las edificaciones de la capital del país ha dado lugar a que múltiples historias sobrenaturales circulen en torno a ellas. Mientras se camina por sus vialidades es común encontrar casonas tristes que sobresalen por la oscuridad en sus fachadas, por el abandono inminente y por el miedo que inspiran a los transeúntes.

Tal es el caso de ‘La Casa Negra’. Esta construcción, ubicada en la colonia Roma, sobresale por su estilo porfiriano, el cual aún se cuela por algunos callejones de la zona. El lugar fue utilizado, según cuentan, para albergar a los enfermos de tifoidea en el año de 1935, pues en aquellos tiempos los brotes de enfermedades se expandían rápidamente dejando los hospitales sin espacio.

En ese entonces se le atribuía aquel mal a entes diabólicos, por lo que habitantes de los lugares aledaños decidieron acabar con los enfermos quemando la casa. Pese a los gritos, los vecinos no dejaron salir a nadie del lugar: mujeres, niños y médicos perecieron, muchos por las quemaduras y otros tantos por asfixia.

Durante algún tiempo, personas en situación de calle entraban a la casa para pasar la noche, pero cuando las autoridades los descubrieron pusieron mayor seguridad en el sitio. Actualmente nadie habita en ella, pues se dice que los gritos y las almas continúan circulando en el lugar.

Si aun así quieres ir a pedir tu ‘calaverita’ a este lugar, la dirección es avenida Álvaro Obregón, número 212, colonia Roma, alcaldía Cuauhtémoc.

En la Colonia Roma también puedes encontrar 'La Casa de las Brujas'. La edificación sobresale por su peculiar techo que asemeja el sombrero de una bruja, mientras que sus ventanas cumplen el papel de ojos a la vista de los espectadores.

La construcción data de 1908 y fue una de las primeras casas que ahora conforman la colonia. De acuerdo con las leyendas urbanas, en este lugar habitaba una chamana conocida como “Pachita”; ella vivió durante muchos años en los cuartos de servicio del lugar a donde llegaban personas de la farándula y políticos para que los aliviara de sus enfermedades o les hiciera algún favor.

Según relatan quienes han habitado el lugar o han pasado cerca el sitio, este tiene una vibra pesada que no pasa desapercibida, mencionan que puede ser el espíritu de la chamana, quien entre tanta ayuda continúa cargando la energía negativa de sus “pacientes”.

El edificio se ubica en Plaza Río de Janeiro número 56, colonia Roma Norte, alcaldía Cuauhtémoc. 

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El Centro Histórico, con sus construcciones coloniales y la serie de eventos que ha visto transcurrir, alberga otra misteriosa construcción, se trata de 'La Casa de Don Juan Manuel'.

Don Juan Manuel, el dueño de lugar, era un hombre adinerado que estaba casado con una mujer tan bella que él no podía resistir pensar que lo engañaba. Sus pensamientos no lo dejaban en paz y fue tal su desesperación que una noche decidió darle su alma al diablo a cambio de que este le diera el nombre del adúltero que estaba con su esposa. Según la leyenda, el ser del inframundo le contestó que saliera a las 11:00 de la noche y que matara al primer hombre que viera en la calle, pues él era el culpable de los engaños de su esposa. Juan Manuel obedeció, sin embargo, luego del primero no pudo parar; incluso, se habla de que en una de esas veces en que salía a asesinar le encestó una puñalada a un sobrino, dejándolo muerto en el lugar.

Actualmente la enorme casa es rentada como un salón de eventos. El nombre de quien habitó allí se encuentra grabado en una placa, y según los que frecuentan el sitio debes tener cuidado al pasar por allí, pues Don Juan Manuel aún sale y pregunta la hora a los hombres que pasan para continuar con su venganza.

El domicilio de la estructura es República de Uruguay número 90, en el Centro Histórico, alcaldía Cuauhtémoc. 

Localizada en la avenida José Vasconcelos número 125, en la colonia San Miguel Chapultepec, alcaldía Miguel Hidalgo, se encuentra 'La Moira', otra de las casas que causan terror entre los capitalinos.

La construcción está envuelta por un relato que narra que en los años 70 un niño se encontraba jugando en la calle, frente a dicha casa; luego de un rato el pequeño notó que la puerta del lugar estaba abierta, por lo que su curiosidad lo llevó a adentrarse. Circuló por los pasillos, recorrió las habitaciones; entretenido, continúo dando pasos hasta que se encontró con el cuerpo de un niño colgado. El infante salió corriendo y contó lo ocurrido a sus padres, pero ellos no le creyeron, pues pensaron que se trataba de alguna historia que se había inventado.

Años después, el niño, que ya no lo era tanto, decidió entrar nuevamente para demostrar que él estaba diciendo la verdad, no obstante, esta vez no logró salir y días más tarde encontraron su cuerpo colgado en el mismo lugar donde él lo vio.

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Una de las leyendas urbanas más difundidas, modificadas y repetidamente desmentidas es la de 'La Casa de la Tía Toña', ubicada en la tercera sección del Bosque de Chapultepec.

La historia cuenta que hubo en aquel sitio una mansión de enormes dimensiones en donde vivía una mujer de edad avanzada, quien adoptó a varios niños que no tenían hogar porque tenía poco tiempo para gastar su riqueza. 

Llevó a los afortunados a vivir con ella para criarlos de la mejor manera, pero la situación no pudo ser peor; los infantes, acostumbrados a la vida en la calle, comenzaron a robar joyas, dinero, y cuanto bien encontraran.

La llamada Tía Toña no pudo con la desesperación de no lograr controlar a sus entonces hijos y un día comenzó a golpearlos hasta terminar con su vida. Posteriormente arrojó los cuerpos a una barranca que delimitaba su mansión.

Actualmente, encontrar el sitio exacto es una travesía, son muchos los que se han aventurado en el bosque señalando casas como la de la viejecita que se volvió loca; otros aseguran que ese hogar ya no existe y muchos más aseguran que en realidad no existió. Aún así, se rumora que en la zona se pueden escuchar las risas de los desdichados niños y que la Tía Toña continúa allí reprendiéndolos para que dejen de hacer travesuras.

*abm