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Comunidad

Campañas políticas dejan basura para 80 años en la CDMX

Aunque la publicidad electoral en mobiliario urbano disminuyó a un 90% en 2018, ésta sigue sin ser sustentable

Lilian Hernández | 29-06-2018
El producto de la recolección de material electoral se entrega a los grupos de pepenadores en la capital, a fin de que estos puedan seleccionar los insumos que se pueden reciclar y los vendan a industrias del ramo / Foto: Elizabeth Velázquez
El producto de la recolección de material electoral se entrega a los grupos de pepenadores en la capital, a fin de que estos puedan seleccionar los insumos que se pueden reciclar y los vendan a industrias del ramo / Foto: Elizabeth Velázquez

CIUDAD DE MÉXICO.

A diferencia de 2012, la propaganda electoral impresa en la Ciudad de México este 2018 disminuyó con el uso de las redes sociales y las normas establecidas desde 2015; sin embargo, la que se colocó no es sustentable como lo determinó la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe).

Estas miles de toneladas de basura electoral tardarán en promedio 80 años en degradarse, lo mismo que dura un pañal desechable, debido a que el material no es ecológico ni reciclable, lo cual deben corregir los partidos políticos tal como lo señala esta ley, en la que se estipula que la propaganda electoral debe ser reciclable y elaborarse con sustancias que no son tóxicas para el medio ambiente.

Así lo señaló Alejandra Mendoza, presidenta de la fundación México Sustentable, quien estimó que este año habrá una reducción de basura electoral de casi 90 por ciento, comparada con la que hubo en las elecciones de 2012, pero consideró que los partidos políticos deben mejorar el material utilizado para que no cause daño ambiental en esta gran urbe, donde en promedio cada capitalino genera dos kilos de basura diaria.

 

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Además, resaltó que este material impreso está dejando de ser necesario porque 82 por ciento de los capitalinos asegura que los flyers, pendones, lonas o pintas en bardas no influyen en su decisión para votar, según una encuesta que aplicó esta fundación a mil personas de la CDMX entre los meses de marzo y junio.

Cuando hicimos la primera ronda de calles, encontramos que no había propaganda electoral como en otras veces, encontramos que estaba vacío y dijimos qué está pasando, a dónde se fue esa propaganda y encontramos que se estaba trasladando a redes sociales”, apuntó Mendoza Farías.

La presidenta de esta fundación estimó que la propaganda impresa podría ser el 10 por ciento de la que se utilizó en 2012, es decir, que podría bajar a 17 mil toneladas en vez de 177 mil toneladas que se generaron tras las campañas electorales de hace 6 años; sin embargo, insistió en que la Agencia de Gestión Urbana del gobierno de la CDMX es quien dará la cifra oficial.

En el 2012 se generaron 177 mil toneladas de basura electoral en la Ciudad de México y en el 2015, 42 mil 500 toneladas. Podemos ver una reducción, pero si hubiese seguido la tendencia, supongo que podría haber subido a 200 mil toneladas, pero bajó porque finalmente los partidos hicieron conciencia de que no es una forma de llegar al público”, aseveró.

 

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En conferencia de prensa la fundación señaló que la propaganda electoral utilizada no cumplió con las disposiciones legales que desde 2015 estableció el INE para elaborarla con material reciclable o textil y no plástico, además de que los partidos políticos tenían la obligación de haber presentado un plan de reciclaje de dicha propaganda.

Hubo violación de la norma en todos los partidos por la colocación indebida de la propaganda, pues ya no se pone en los postes, pero todavía por ejemplo en Coyoacán el PRD puso la propaganda entre el árbol y el poste con un lacito, mientras que los de Morena en Iztapalapa colocó propaganda de papel en los postes, lo cual ya no está permitido”, ejemplificó.

Y debido a que 9 de cada 10 personas encuestadas comentaron que las mantas, lonas y pendones son molestos porque se convierten en basura, la fundación señaló que sería mejor ya no usar estas impresiones para disminuir la contaminación.

 

AMU

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