Logo de Excélsior                                                        
Comunidad

Prohibieron asbesto hace 5 años... y nada; se ha ignorado la ley

No hay ni siquiera una campaña de información, advierte experta en epidemiología

Ernesto Méndez | 10-05-2016
Para que las modificaciones a ley que excluyen el uso del asbesto no quede en “letra muerta” debe haber vigilancia de la población en riesgo y monitoreo periódico para medir la presencia de éste en el aire y el agua, señala Guadalupe Aguilar Madrid, doctora en Epidemiología

CIUDAD DE MÉXICO.

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) reconoció desde 2011 que la presencia del asbesto en nuestra vida diaria representa un problema de salud pública.

En consecuencia, los diputados locales reformaron el artículo 78 de la Ley de Salud, donde estipularon que corresponde al Gobierno de la Ciudad de México, dentro del ámbito de su competencia, acciones de prevención de enfermedades generadas por la exposición a este mineral clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como cancerígeno para el humano en todas sus formas.

A cinco años de distancia, Guadalupe Aguilar Madrid, doctora en Epidemiología con especialidad en Medicina del Trabajo, lamentó que ni siquiera exista una campaña de información para que la ciudadanía conozca los peligros por la exposición a las fibras del asbesto, —que son mil 200 veces más pequeñas que un cabello humano— y que al año provocan 500 decesos de mexicanos por mesotelioma pleural, es decir, cáncer en el tejido que envuelve la cavidad abdominal conocida como pleura.

La especialista manifestó que la Ciudad de México debería declararse libre de asbesto y comenzar a retirar todo lo que hay de este mineral.

Dijo que para que las modificaciones a la legislación no queden en “letra muerta” debe haber vigilancia de la población en riesgo, un monitoreo periódico para medir la presencia de asbesto en el aire y agua, así como apoyo a la investigación.

De acuerdo con la OMS, la exposición al asbesto ocurre por inhalación, y en menor medida por ingestión, en trabajos de construcción durante el corte y colocación de materiales de asbesto, y en la producción y uso de artículos que contienen este mineral.

“Seguimos utilizando el asbesto con una impunidad de las empresas y con una omisión por parte de las autoridades”, advirtió.

La profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM con 15 años de estudios sobre los efectos del asbesto en la salud, señaló que a pesar de que más de 50 países del mundo ya prohibieron su uso, México está entre las principales naciones manufactureras del material en América Latina.

Destacó que el asbesto se viene utilizando en más de tres mil productos desde los años 50, cuando se dio el boom de la llamada “fibra milagrosa”, en láminas, cartón, papel, tostadores eléctricos, secadoras de cabello, estufas, bóilers, frenos de vehículos, balatas, mofles, impermeabilizantes, discos de acetato y por supuesto tubería para la conducción de agua potable, como ocurre con 80 por ciento de la red hidráulica de la Ciudad de México.

La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) indicó que es necesario invertir en laboratorios para medir la concentración de asbesto en el agua potable que bebemos y en el aire que respiramos.

Agregó que al parecer desde 1999 el único equipo que existía en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se descompuso y ya no se pudo hacer el monitoreo en el suministro que llega a los hogares.

Aguilar Madrid agregó que debe haber un seguimiento puntual de trabajadores que tienen contacto permanente con el asbesto como es el personal del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC), así como la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

No Circula para agua

En pocos años la poca calidad y desabasto de agua en la Ciudad de México podrían ser tan serios que se tendrían que generar esquemas similares al del programa Hoy No Circula, en el que hogares y negocios tendrían que limitarse a recibir agua “dos días sí y dos días no”.

Así lo advirtió Jesús Padilla, uno de los tres candidatos para ocupar la presidencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana Ciudad de México (Coparmex), quien señaló que es necesario invertir cinco mil millones de pesos anuales durante 20 años para la rehabilitación del sistema de abasto.

En ese sentido el empresario consideró necesaria una nueva política de intervención en el abastecimiento de este servicio en el que se iconsidere incluso la privatización.

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales