Congreso de la CDMX: Trifulca, por reflejo de la polarización

La confrontación a empujones y golpes que se vivió en el Congreso de la Ciudad de México el lunes pasado es reflejo de la polarización y la incapacidad de dialogar de los diputados, expusieron los exconstituyentes Clara Jusidman y Jaime Cárdenas, consultados por Excélsior.

La pelota está en la cancha de Morena”, pues ha excluido a la oposición y a buena parte de la población durante mucho tiempo, dijo la economista.

Yo creo que ante las circunstancias que estamos viviendo de agandalle del Congreso, de agandalle de los órganos autónomos, esta creación de mayorías ilegítimas, me parece que la pelota está en la cancha de Morena: tiene que cambiar la actitud, porque estamos llegando a un país muy confrontado, muy polarizado, muy violento, y hay que construir otra forma de trato a los otros”.

Sobre la reserva que presentaron los diputados de la bancada mayoritaria el lunes –que echó por tierra el dictamen que le daba a la nueva dependencia de transparencia un órgano colegiado–, Jusidman comentó: “Desde el principio se viola un acuerdo, entonces la oposición dice ‘para qué nos sentamos a trabajar en comisiones, para qué nos sentamos a dialogar si al final nos van a mayoritear’. Entonces eso cancela más el diálogo y la posibilidad de llegar a acuerdos”.

Jaime Cárdenas expresó: “Lo que estamos viendo en nuestro país es que las confrontaciones políticas e ideológicas no las estamos procesando por vía institucional, por la vía pacífica”.

Agregó que cuando un grupo tiene el poder en el ámbito legislativo “es muy importante que se garantice a la oposición todas las vías de reclamo, de protesta, por ejemplo, si la ley orgánica establece mociones suspensivas, pues no negarle a la oposición que presente sus mociones suspensivas (...), aunque a veces entiendo que hay prisas o tiempos fatales, pues todos los derechos de oposición en el Congreso, hay que respetarlos”.

Cárdenas señaló que para recuperar la capacidad de dialogar y legislar se requiere recuperar el respeto entre bancadas y evitar los insultos y adjetivos que en el pleno se han vuelto muy comunes, como “corrupto”, “narcopolítico”, “ratero”.

El otro elemento fundamental es “que haya un esfuerzo por respetar escrupulosamente las reglas del Congreso”, dijo.

En ese sentido, lamentó que el lunes pasado Morena engañara con una sesión en sede alterna del Zócalo, a la que fueron algunos panistas, y que al final la sesión se reanudara con morenistas y afines en Donceles, con la ausencia de la oposición.

Consideró que en estos momentos lo más importante es “ser tolerante con el pensamiento ajeno”.

Ayer, en entrevista radiofónica, la diputada local Daniela Álvarez (PAN), una de las que tomó la tribuna, aseguró que la orden de agredir a los opositores llegó del secretario de Gobierno, César Cravioto, y de la coordinadora de la bancada de Morena, Xóchitl Bravo.

Cravioto y Xóchitl Bravo dieron la orden de que fuera con violencia como nos quitaran a las diputadas y los diputados (de oposición) que se habían colocado en la Mesa Directiva”, afirmó.

Ayer en una conferencia de prensa de la bancada de Morena, Bravo comentó que en el Congreso local “vamos a instalar un órgano, el órgano que tiene que ver con vigilar el actuar de las y los legisladores; será de manera plural, incluyente, para que los otros no digan que tal cosa.

Y ya cada quien tendrá que hacer lo que le corresponda: si decide denunciar o no denunciar ante otras instancias. Nosotros no somos jueces, no somos ministerios públicos. Respaldo a mis compañeras legisladoras, cuentan con mi apoyo, cuentan con el apoyo del grupo parlamentario indiscutiblemente”, dijo la legisladora.
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cva