Las prótesis deportivas, un mercado no explotado en México

Los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 tienen el mayor número de delegaciones inscritas en la historia de estas competencias con un total de 168 comités olímpicos, cuatro más que los presentados en Londres 2012, el récord más alto hasta ahora.  

Miles de deportistas están en la capital japonesa desde el 24 de agosto y hasta el 5 de septiembre no solo para disputar una medalla, sino también para ser el ejemplo de que incluso ante la ausencia de una articulación o una parte del cuerpo, el deporte puede seguir en las vidas de las personas ya sea como un catalizador para superar la adversidad o simplemente para conservar la salud.

Convertirse en un deportista paralímpico sigue un camino paralelo al de un olímpico. Todo empieza con la práctica de una actividad de forma recurrente hasta llegar a la profesionalización del mismo. A partir de ahí es momento de entrenar, pero aquí existe una variante especial que desanima a algunos a seguir en este recorrido: el costo de una prótesis o equipo especial del mismo.

En México, la venta de insumos para la práctica de un deporte adaptado es pequeña, pero esto parte desde que incluso la venta de prótesis en el país no es generalizada. Según datos del censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) existen 6.06 millones de personas que viven con alguna discapacidad y 13.47 millones con alguna limitante física o funcional.

“En México tenemos muchos problemas para poder llegar a una prótesis normal como para poder después pasar a una prótesis deportiva”, explicó Mónica Guadalajara, directora para México, Centroamérica y del Caribe de Ottobock, una empresa alemana especializada en la fabricación de prótesis y que han sido patrocinadores de los Juegos Paralímpicos desde Seúl 1988 instalando módulos de reparación y asistencia para los competidores en las villas olímpicas de las diferentes sedes.

“Respecto a las prótesis deportivas es un número más limitado. El mercado para deportes puede ser más o menos el 1 por ciento, lo cual no es mucho, pero es la realidad”.

Aunque las compañías han hecho avances para reducir los precios de materiales costosos como la fibra de carbono o las aleaciones, los precios representan un impacto importante pensando que la prótesis es para hacer ejercicio.

“Pongamos un ejemplo. Hay variación de costos en cuanto a una prótesis que se utilizará debajo de la rodilla, a diferencia de una en donde infortunadamente perdiste la rodilla. Cambia el valor. Una prótesis deportiva te podía costar hace algunos años unos 300 mil pesos, pero considero que ahora se ha reducido casi a la mitad”.

Estos costos no son para piezas de alto desempeño. Uno de los ejemplos más notorios en el mundo del deporte adaptado eran los aditamentos con los que el famoso atleta Oscar Pistorius competía sustituyendo sus piernas. cada una de sus prótesis costaba 18 mil dólares, y ocupaba al menos cuatro para asistir a una justa deportiva, lo que representa un millón 440 mil pesos aproximadamente.

¿Cómo son las prótesis deportivas?

El que una prótesis para hacer ejercicio pueda costar lo mismo que el enganche de un auto económico en México no es un capricho de las compañías. Cada una de estas piezas es como un traje a la medida y es vital que así sea.

“Básicamente a nivel mundial todo va avanzando. Se empezó con pies de madera, luego la fibra de carbono y el material con el que se trabaja para cada pieza depende mucho de cada persona, de la resistencia que debe tener”.

“Hay muchas cosas que han bajado de precio y esto se hace para que sean más accesibles, que puedan hacer algún deporte. No necesariamente necesitas ser un atleta paralímpico para hacer deporte. Con el avance de la ciencia los precios han disminuido mucho”, explicó la representante de Ottobock.

“Pero antes de fabricar una pieza es importante saber el entorno de la persona y para eso hay involucrados muchos especialistas para conocer cuánto pesa la persona que la utilizará, a qué se dedica, qué hace, las actividades que realizará, a que clima estará expuesto, si el paciente tiene un dolor fantasma, la fuerza que imprimirá en su pieza al momento de usarla, también si serán necesarios otros accesorios. Después de todo eso se determina la pieza y se fabrica, pero requiere una personalización”.

“Tenemos casos en que hay gente que recibe este tipo de insumos usados a través de una donación, lo cual no es que esté mal, pero puede no estar adaptado a las personas por todos los factores antes descritos y esto tendrá un efecto en la forma que se ejercitan”.

Los materiales, el diseño, la cantidad de capas y el proceso al que son sometidos también influyen en el costo.

De hecho, en los últimos años los mayores avances en prótesis deportivas se han presentado en la forma en que se modelan los materiales reduciendo su peso, grosor, involucrando incluso a especialistas en aerodinámica para diseñar sillas de competencia, todo con el objetivo de ganar algunas décimas que hagan la diferencia para conseguir una presea paralímpica, con desarrollos que en un futuro serán aplicados a otro tipo de prótesis para un mayor número de personas.

Ante las dificultades del precio, las opciones para acceder a una prótesis van desde donaciones de empresas con una parte del costo, hasta los esfuerzos personales por reunir el dinero, pero en opinión de la especialista de la empresa alemana debería haber otro camino dado que el deporte es vital para el desarrollo social.

“Primero, sería importante tener nuevas cuestiones gubernamentales, hacer que sea accesible para todo, en donde puedan existir programas que la gente interesada en prácticas algún deporte pueda tener acceso a estas prótesis, a través de un financiamiento o una aportación. Nosotros siempre hemos visto el deporte como una pare importante para las personas que sufren una amputación”, concluyó la directiva de la empresa que presta el servicio de mantenimiento a todos los deportistas paralímpicos en Tokio 2020 gracias a un grupo de 100 técnicos que cuidarán de que todas las prótesis estén en el punto ideal para ayudar a escribir nuevas hazañas.

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