Amor mutuo entre Brasil y Guadalajara en el Mundial de México 86

Brasil se estrenó con una victoria polémica de 1-0 sobre España para desatar la fiesta en Guadalajara, la ciudad que conquistó en México 1970

Casagrande (8) y el árbitro Christopher Bambridge observan el riflazo del español Míchel, que se estrelló en el larguero... y picó dentro. Foto: Archivo Excélsior
Casagrande (8) y el árbitro Christopher Bambridge observan el riflazo del español Míchel, que se estrelló en el larguero... y picó dentro. Foto: Archivo Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

Brasil regresó 16 años después a la ciudad de Guadalajara para certificar el cariño que surgió bajo la guía de Pelé y, tal vez, con la mejor selección que ha desfilado por los Mundiales, la que ganó México 1970.

El representativo brasileño repitió en la Perla de Occidente como sede, en las instalaciones de La Primavera. De nuevo fue arropado por los tapatíos, aunque con la salvedad de que no pudo ofrecerles el futbol espectacular que los enamoró antes.

La eliminación brasileña en la segunda fase del Mundial de España 1982, a pesar de contar con un gran equipo, la llevó a variar su estilo de juego en su versión de México: se olvidó un poco del futbol fino para ser más ordenado en su parte baja. No quería correr riesgos.

El nuevo estilo, sumado a la ausencia del estelar Zico, que fue guardado para que no se resintiera de una lesión, llevó a que en el estreno brasileño frente a España, en el Estadio Jalisco, se viera un juego aburrido, especialmente en la primera mitad.

El estratega Telé Santana trazó un partido en el que priorizó defender bien para después buscar contragolpear, apoyado en el ingenio de Sócrates, Careca y Branco. Por eso España se vio bien e incluso encontró un gol vía Míchel, un riflazo que se estrelló en el larguero y después picó dentro, que el árbitro Christopher Bambridge no vio, al minuto 52.

Sócrates, que apareció en la cancha con una cinta en la cabeza que tenía la frase “México sigue en pie” (en alusión al terremoto que cimbró el país en 1985), fue el que rompió la paridad en el minuto 62. Fue tras un latigazo que surgió en la parte baja brasileña y que trató de finiquitar Careca con un tiro que, sin embargo, se estrelló en el larguero. En el rebote apareció el Doctor para poner el 1-0.

“El árbitro fue el único que no vio el penal”, lamentó el español Andoni Goikoetxea, en reacción, mientras que Sócrates dijo: “Tengo la gran seguridad de que nuestro equipo mejorará en los siguientes partidos. Responderemos ampliamente a nuestros seguidores”.

Tras la victoria, Santana le dio la tarde libre a sus jugadores. Alemao, Julio César, Edson, Edivaldo, Casagrande y Müller salieron de fiesta cerca de la Minerva y se perdieron en la algarabía de Guadalajara que celebró el triunfo de Brasil. Enfiestados, los tres primeros se perdieron en la ciudad con jóvenes tapatías... Quizás no vieron el triunfo de Francia de 1-0 sobre Canadá.

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