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¿Quién fue Vito Alessio Robles?

El camellón que enmarca a esta bella calle al sur de la Ciudad de México, comienza en la intersección de Vito Alessio Robles, casi con Universidad, a un paso de Los Viveros, y termina en Insurgentes Sur

Pedro Díaz G. | 08-06-2022
Gráfico de Vito Alessio Robles con el mapa de la ciudad
Durante la presidencia de Francisco I. Madero fungió como Inspector General de Policía de la Ciudad de México, Subdirector de Obras Públicas y posteriormente fue nombrado Agregado Militar en Roma, Italia.

Caminar por sus senderos es una delicia que debes disfrutar al menos una vez en la vida. Mil veces habrás cruzado por el Camellón Vito Alessio Robles, pero lo que no sabes es la cantidad de árboles de distintas especies que puedes encontrar; podrías conocer la cantidad de flora con que cuenta el camellón, y encontrarás tesoros botánicos poco comunes.

Podemos tener casas pero no son ciudad, son urbanizaciones. Las ciudades lo son porque tienen espacio público.

Y siempre es un placer encontrarse un encino adulto.  

La Colonia Florida fue fraccionada sobre los terrenos de la Hacienda de Guadalupe hacia la mitad del siglo pasado. Sus calles llevan el nombre de frutos y flores, de ahí que la calle Vito Alessio Robles se llamara, anteriormente, Calle de Cedros.

El camellón que enmarca a esta bella calle al sur de la Ciudad de México, comienza en la intersección de Vito Alessio Robles, casi con Universidad, a un paso de Los Viveros, y termina en Insurgentes Sur, donde se encuentra una plazoleta en donde se levanta un busto de bronce del general revolucionario Vito Alessio Robles.

¿Quién fue Vito Alessio Robles?

Nació el 14 de agosto de 1879 en Saltillo, Coahuila, y perteneció a una familia acaudalada, hijo de don Domingo Alessio, un inmigrante italiano y de Crisanta Robles, una tlaxcalteca.

De 1892 a 1894 estudió en el Colegio Ateneo Fuente, a los dieciséis años ingresó al Colegio Militar y para diciembre de 1902, se graduó como Teniente del Cuerpo de Ingenieros. Participó en la Campaña contra los indios yaquis y en diversas obras militares en Monterrey y Sonora. Posteriormente, se le designó como profesor de la Escuela Militar de Aspirantes.

Al inicio de la Revolución, tomó parte en el combate de Malpaso y Casas Grandes, Chihuahua, por su participación ascendió a Teniente Coronel.

Durante la presidencia de Francisco I. Madero fungió como Inspector General de Policía de la Ciudad de México, Subdirector de Obras Públicas y posteriormente fue nombrado Agregado Militar en Roma, Italia.

Posterior a la Decena Trágica, regresó al país para apoyar la defensa del constitucionalismo, pero fue aprehendido en Saltillo, Coahuila, trasladado a la Ciudad de México, donde fue preso en el Cuartel de San Ildefonso y después en la prisión de San Juan de Ulúa. Logró salir y se incorporó a la Revolución Constitucionalista en el estado de San Luis Potosí.

En 1914 fue delegado en la Soberana Convención de Aguascalientes. Posteriormente fue nombrado Gobernador del Distrito Federal, cargo que desempeñó hasta el mes de julio de 1915. Años después, fue electo diputado y senador. En 1927 apoyó políticamente a José Vasconcelos; se convirtió en Presidente del Partido Nacional Antirreeleccionista  y posterior a las elecciones se levantó en armas por el fraude electoral, ante su derrota se exilió del país en los Estados Unidos de América.

A su regreso, dejó la vida política y se dedicó a escribir colaboraciones periodísticas, investigación histórica y a la docencia. Fue profesor de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio Militar, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Academia Mexicana de la Historia, Director de El Heraldo de México y El Demócrata. Falleció en la Ciudad de México en 1957.

Algunas de sus obras son: Bibliografía de Coahuila (1927); Cómo se ha escrito la historia de Coahuila (1932); Desfile sangriento (1936); Los tratados de Bucareli (1937); Coahuila y Texas en la época colonial (1938); Acapulco en la historia y en la leyenda (1948).

 

 

Lo recuerda, de manera magistral,  Wigberto Jiménez Moreno, quien escribió una reseña en Revista de Historia de América, en 1957:

Nacido en el mes de agosto de 1879 en aquella antigua Villa de Santiago del Saltillo, de cuyas vicisitudes fue insuperado cronista, se educó en su mocedad en el Ateneo Fuente, el foco más luminoso que la cultura nuestra tuvo en el Norte. Allá, en esa ciudad —la de Manuel Acuña?—, fue donde nació también el historiador Pereyra, el primero entre nosotros que contemplara la trayectoria de México en perspectiva continental.

Digno heredero del preclaro abolengo intelectual de Coahuila, don Vito Alessio Robles nos reveló a los mexicanos un mundo nuevo, que yacía olvidado: fue él quien, desde 1931, con la publicación de su importante libro sobre Francisco de Urdiñola, y más tarde, con sus numerosas e interesantísimas obras sobre Coahuila y Texas, así como con las ediciones por él prologadas de Morfí y de Tamarón, despertó entre nosotros el entusiasmo por conocer la singular historia del norte de México.

La calidad excelente de sus trabajos fue reconocida en nuestra Patria al otorgársele una medalla de oro por la benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y en Estados Unidos se le honró de diversas maneras y se tuvo un gran respeto y admiración por su obra.

Fue, de seguro, el primer historiador mexicano, entre los de nuestra época, a quien se otorgara amplio reconocimiento en el extranjero.

 

Se graduó de ingeniero en el Colegio Militar. Siendo oficial del Ejército Federal combatió contra los yaquis y los maderistas; fue encarcelado por el gobierno de Huerta; cuando la Revolución triunfa desempeña varios cargos públicos. Se unió al constitucionalismo teniendo una intensa vida política como diputado federal, senador y presidente del Partido Antirreeleccionista. En el servicio diplomático, con Madero, fue agregado militar en Italia; con Carranza, en EU, y fue embajador en Suecia en 1925 y 1926. Ya desterrado en 1929, en Austin, Texas, EU, se dedicó a los estudios históricos. Dio cátedra en el Colegio Militar y en la Universidad Nacional Autónoma de México y fue miembro de la Academia Mexicana de Historia. Colaboró en los principales diarios de México; destacan sus colaboraciones en La Prensa, El Universal y Excélsior; fue director de El Heraldo de México y El Demócrata.

Algunas de sus obras son: Bibliografía de Coahuila (1927); Cómo se ha escrito la historia de Coahuila (1932); Desfile sangriento (1936); Los tratados de Bucareli (1937); Coahuila y Texas en la época colonial (1938); Acapulco en la historia y en la leyenda (1948).

* * *

Hace unas semanas el viento soppló de inusual manera en la Ciudad de México. Dicen que es parte del cambio climático. Los árboles no estaban listos para los fuertes vientos, de ahí la importancia de elegir y mantener en buenas condiciones a nuestros árboles. Y en el camellón de Vito Alessio Robles habitan en sana conjunción la historia y la botánica. 

Una vez en la vida, al menos, recórrelo, Camellón Vito Alessio Robles, en honor al general, ingeniero, e historiador; otro mexicano ejemplar. 

 

 

 

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