¿Qué pasaría si alguien entra en un agujero negro? Aquí te explicamos

Los secretos más oscuros del universo, los agujeros negros. Foto: iStock

CIUDAD DE MÉXICO.-

El premio Nobel de Física 2020 fue para la estadunidense Andrea Ghez, el inglés Roger Penrose y el alemán Reinhard Genzel por su trabajo sobre ‘los secretos más oscuros del universo’.

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Estos trabajos en torno a los hoyos negros comenzaron en la década de los 70 y el doctor Luis Felipe Rodríguez Jorge, astrónomo e investigador mexicano, fue uno de sus precursores.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río, el doctor contó que en 1979 publicó un artículo donde daba cuenta de un gas alrededor de un hoyo negro en el centro de la galaxia. Aunque en ese entonces no sabían que era un hoyo negro.

Después, el ahora ganador del premio Nobel, Roger Penrose, publicó un artículo similar, pero en ese momento no tuvo mucha repercusión. Todo inició porque a principios de los años 70, un grupo de dos radio astrónomos estadounidenses estudiaron esa región y “encontraron un punto que emitía ondas de radio bastante fuertes".

No quedó claro qué eran, pero la gente empezó a estudiar el entorno y se empezó a encontrar que “el gas se movía muy rápido, rotaba muy rápido” y fue que comenzaron a publicarse estudios.

El doctor contó que Penrose pasó 30 años estudiando la presencia de ese hoyo negro, que tenía que demostrarse no con el movimiento del gas que estaba a su alrededor, sino con el movimiento de las estrella.

Fue hasta que Reinhard Genzel y Andrea Ghez desarrollaron esa nueva idea, con nueva tecnología, observando las estrellas. Ahí se aceptó que había un cuerpo con una masa muy grande.

Fue entonces que Penrose logró demostrar la presencia del hoyo con una masa de 4 millones de masas solares.

Detalló que cuando él hizo su estudio en los años 70 obtuvo un resultado similar con cinco millones de masas solares. La estadounidense Andrea Ghez hizo estudios parecidos y llegó a la misma conclusión.

El doctor Rodríguez detalló que le intrigaba mucho la posibilidad de estudiar algo que no se podía ver en la luz y eso fue lo que lo llevó a investigar este agujero negro en el centro de la galaxia. Recordó que estaba en Harvard y venía de la tradición mexicana de hacer mucha observación pero en la luz visible de los astros. Luego se demostró que usando ondas de radio se podían ver cosas que no se veían en la luz y eso fue lo que lo llevó a observar esa región.

Posteriormente se comenzaron a usar telescopios infrarrojos que, explicó, penetran el polvo y permite ver lo que está pasando con las estrellas, ya no con el gas.

Al explicar lo que es un hoyo negro, el astrónomo señaló que en la Tierra uno siente la fuerza de gravedad, pero se puede escapar de ella, por ejemplo con un cohete que llega al espacio. En un hoyo negro la fuerza de gravedad es tan grande que nada puede escapar, ni siquiera la luz, explicó. Incluso, se han observado fenómenos en donde una estrella es desbaratada por el hoyo negro y el gas que desprende cae al hoyo.

Finalmente, explicó que a nosotros en la Tierra, un hoyo negro no nos afecta en nada, sólo es importante en su vecindad.

A la pregunta de qué pasaría si alguien cae a un hoyo negro, el investigador señaló que conforme nos acercamos a un hoyo negro, “la gravedad es tan grande que los pies tendrían más atracción que la cabeza, lo que nos alargaría y reventaría como una liga”. Ya luego caeríamos al hoyo negro y, aunque señaló que nunca nadie ha estado dentro de uno, saben que pasaría por los estudios.