Logo de Excélsior                                                        

Un año

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

La pandemia nos alcanzó el 28 de febrero del 2020. Mañana será un año en el que, oficialmente, un mexicano que había estado en Italia días antes, se convirtió en el primer paciente de covid-19 en México. Doce meses después, aquí estamos: más de dos millones 271 mil 808 contagios y, peor aún, más de 184 mil 474 muertos. Un gobierno que se aferra a su estrategia. Sectores económicos que piden reabrir. Millones de habitantes que anhelan su vida desde la ventana y otros más que desafían lo inevitable.

Entre todos ellos, están los 195 mil 588 contagios entre el personal de salud y sus dos mil 580 fallecidos. Todos, desde los directores hospitalarios hasta quienes se encargan de la limpieza de los espacios; quienes están en contacto con los pacientes internados, quienes dan seguimiento a los que permanecen en casa, los que se encargan de dar informes a familiares, lo que toman las muestras, los que las analizan, los que administran fármacos. Todos ellos, héroes, que pasan largas jornadas lejos de sus familias, con el cansancio a la espalda y el pecho explotando por un abrazo.

A ellas y ellos les debemos, como a nadie más, que esas cifras no sean mayores. A ellas y a ellos: gracias. Todo nuestro respeto y respaldo, porque líneas como éstas no pueden ser su único reconocimiento. Lo han dicho en expresiones en redes sociales, lo han gritado en movilizaciones. Hoy, más que nunca, entendemos la importancia del sector salud. Hoy, más que nunca, debemos comenzar la reconfiguración de las estructuras sanitarias, que se dé a quienes forman parte de éstas, la seguridad y las herramientas necesarias para ejercer lo que para ellas y ellos es su profesión y para el resto un servicio necesario. Ése sería el mejor pago.

Y un año después, con los tumbos de la estrategia del gobierno de México, entendemos también las tantas omisiones. Qué postal tan irónica es llegar a este día, el del año, con el encargado del manejo de la pandemia enfermo.

“Desafortunadamente, demasiados políticos no han estado a la altura de esta responsabilidad (...) No idearon un plan de acción federal sólido y sabotearon los intentos de las autoridades estatales y municipales para detener la epidemia…”, reflexiona Yuval Noah Harari en Financial Times. Y él, una de las mentes más lúcidas de la actualidad, concluye que justo, estar en manos de esos políticos (y funcionarios) incompetentes, la guerra por el poder, es lo que ha resultado en el saldo de una pandemia que, si bien nos tomó por sorpresa, nos agarró también mejor preparados que en momentos pasados. La tecnología, por ejemplo, fue la gran aliada.

“Las dos principales superpotencias del mundo, Estados Unidos y China, se han acusado mutuamente de retener información vital, de difundir desinformación y teorías de conspiración e incluso de propagar deliberadamente el virus. Al parecer, muchos otros países han falsificado o retenido datos sobre el progreso de la pandemia…”, y tras esas dos potencias, están el resto de países, con sus respectivos líderes, que han cabildeado pensando más en la recompensa política, que en la humana. Países ricos, como Canadá, que se inscribe al mecanismo Covax; otros como Israel que entregan datos de sus ciudadanos para recibir a mayor velocidad las vacunas… Y otros, como México, donde nos insisten que vamos bien, a pesar de ser el tercer país con más muertos por coronavirus. ¿Quién se hará responsable de eso?

Una vez más, a todo el personal de salud, a quienes no han parado este año, a quienes no pudieron quedarse en casa: gracias. Y en la memoria, todos los que ya no están.

 

Comparte en Redes Sociales