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Histórica división

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Ni atizó el fuego ni lo apagó. Sin embargo, sí hubo claros mensajes. La elección intermedia en Estados Unidos fue el pataleo de quienes desean ver fuera a Donald Trump, pero también de quienes buscan su permanencia. No son pocos ni de uno ni de otro bando.

Contrario a lo que pensamos en varias partes del mundo, el voto no se inclinó hacia ninguna fuerza, al menos no de manera significativa. Qué sintomático. Lo que vimos fue ciudadanos divididos: la Cámara de Representantes quedó con 223 escaños demócratas y 197 republicanos. En el Senado, los republicanos mantienen su mayoría con 51 contra 43 que serán ocupados por demócratas.

En el caso de las gubernaturas, de las 36 en juego, los republicanos ganaron 18, entre ellas Texas y Alabama. Los demócratas se quedan con 15, como Nueva York, California, Nevada y Nuevo México. Aún faltan 3 estados por definir. Pero esto no detuvo a Trump para un par de jugadas. Durante la mañana, en Twitter, Donald Trump celebró los resultados, afirmó que fue una “gran victoria” y que fue felicitado por gobiernos extranjeros. Incluso se burló de los republicanos que no hicieron campaña con él y que perdieron. Se dio el lujo de alardear, como el resultado hubiera sido otro: “Al ampliar nuestra mayoría en el Senado, los votantes también han reprendido claramente a los demócratas del Senado (...) Ahora, lo que sucede es que lo enviamos al Senado y obtendremos el apoyo demócrata al 100 por ciento y obtendremos algo de apoyo republicano”. Y para dar señales de que su noche de martes fue el referéndum que le avisa que es el presidente que todos quieren, al mediodía de ayer reemplazó a su fiscal general. Lo hizo en su vocería extraoficial, Twitter: será Matthew G. Whitaker quien ocupe el lugar de Jeff Sessions, a quien le agradeció por su servicio. Así, sin la oportunidad de despedida, informó al mundo que ese fiscal que tanto lo incomodó finalmente salía de la Casa Blanca. Sessions se desligó de las investigaciones por la presunta injerencia rusa con miembros de la campaña electoral de Donald Trump. Ni defendió ni se comprometió, pero sin duda eso fue una clara falta de lealtad para el Presidente que decidió reemplazarlo y anunciarlo en Twitter, donde cree que se hace la política.

Sin embargo, más allá de los pataleos de Trump, la del martes fue una elección histórica. Que así como no logró marcar una ventaja significativa en cuestión de números, entre demócratas y republicanos, sí se movió lo suficiente para mostrarnos la pluralidad que forma a la sociedad estadunidense: Alexandria Ocasio-Cortez se convierte en la mujer latina más joven en llegar al Congreso estadunidense. Tiene 29 años. A la Cámara de Representantes llegan Ilhan Omar y Rashida Tlaib, las primeras mujeres musulmanas en la historia del legislativo de EA. Al igual que Sharice Davids y Deb Haaland, primeras nativoamericanas en ocupar un escaño. En total, y por primera vez, al menos 100 mujeres tendrán un lugar en la Cámara de Representantes. Además, Colorado tendrá al primer gobernador abiertamente gay en la historia de EU, Jared Polis. Y qué sintomático que estos perfiles figuren rumbo al 2020, donde nos espera la amenaza de la reelección de Donald Trump. Ojalá que sean más jóvenes, mujeres, latinos, musulmanes, nativoamericanos, homosexuales, quienes alcen más la voz y formen parte activa de la política de EU (y en el mundo), porque la diversidad es tal vez lo único que puede frenar a personajes tan peligrosos como los conservadores. Ya nos lo ha enseñado Estados Unidos, ya nos lo enseñará Brasil.

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