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Mentiroso e insaciable

Rafael Álvarez Cordero

Rafael Álvarez Cordero

Viejo, mi querido viejo

                El mentiroso siempre es pródigo en juramentos.

                Pierre Corneille

 

Se dice que en política y en amores siempre se miente, por eso la desconfianza natural a las declaraciones de los políticos y la sonrisa condescendiente frente a las declaraciones de amor, pero hay ocasiones en que las mentiras se convierten en una forma de vida, que, como dicen los sicólogos y siquiatras, es una triste forma de evasión de la verdad, ante la cual el mentiroso siempre tiene miedo.

En los últimos años hemos visto el inmenso daño que hizo a la nación norteamericana un mentiroso insaciable y falaz: Donald Trump. Sus miles de mentiras fueron registradas, publicadas y comentadas en todos los medios. Uno de los más graves costos de esas mentiras fue el feroz asalto al Capitolio de Washington por miles de seguidores que creyeron sus mentiras. Los resentimientos que dejaron sus arengas seguirán en la mente de millones de republicanos por mucho tiempo.

Mentirosos hay en todos lados, la historia recuerda las mentiras de Hitler, de Mussolini, de Perón, de Castro y ahora de Chávez, Maduro y otros más. Pero el caso de México es único, porque si bien desde antes de las elecciones el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador dijo muchas mentiras y prometió muchas cosas, desde que inició su mandato en las conferencias mañaneras las cifras de mentiras se dispararon como nunca.

El teatro está perfectamente preparado: el salón sobrio sin adornos ni flores, un podio, algunas sillas para los eventuales invitados y una lista de corifeos que actúan como comparsas y hacen preguntas, elogios, comentarios, únicamente para que se luzca el señor.

Se supone que el Presidente debe informar de los asuntos relevantes, los programas y proyectos, junto con los problemas económicos, de seguridad, sanitarios y demás, pero en las mañaneras sólo hay dichos y opiniones sin sustento, ataques de todo tipo a quienes no piensan como él, acusaciones al pasado y cuanto sirva para su insaciable búsqueda del poder absoluto. Andrés Manuel engaña a los mexicanos todos los días. Su frase “tengo otros datos”, la cual utiliza para negar la realidad, lo pinta de cuerpo entero.

Todo esto lo convierte en un triste y peligroso aspirante a dictador. Desmanteló diversas secretarías de Estado sin crear nada nuevo, logró que el Poder Legislativo esté a su servicio como lacayo y ahora el Poder Judicial se encuentra a un paso de rendirse ante sus embates anticonstitucionales en la maniobra más escandalosa del sexenio.

En realidad, las mañaneras son pérdida de tiempo porque no sólo hace larguísimas pausas al hablar —lo que ya han comentado los neurosiquiatras—, sino que a una pregunta, que se puede responder con un simple sí, le dedica 30 minutos.

Spin, el taller de Comunicación Política, documenta, día a día, lo que ocurre en las mañaneras: en 867 días de gobierno, Andrés Manuel ha estado en 587 mañaneras, que duran entre una y tres horas; han pasado 633 días desde que ofreció dar los resultados de su salud sin cumplir; ha atacado a sus críticos 1,609 veces con palabras como conservador, neoliberal, etc., pero lo más importante son las mentiras o afirmaciones no verdaderas, en las que supera al mismo Donald Trump: se han contabilizado 50 mil 324 mentiras presidenciales, 86 mentiras diarias. El Presidente es un mentiroso por donde se le vea.

Pero lo terrible y lamentable es que, con la gran cobertura que tienen las mañaneras en todo el país, millones de mexicanos creen en sus mentiras y, ciegos ante la realidad del país, —como los republicanos con las mentiras de Trump—, lo siguen, creen que hay una transformación y que todo va mejor. Es sorprendente que quienes han sufrido en carne propia enfermedad, muerte, carestía, desempleo, y aún quienes ven el fracaso económico, social y sanitario de seguridad de su gestión, sigan creyendo en las mentiras mañaneras.

Andrés Manuel, como Trump, está llevando a México al caos, y él sigue, mentiroso e insaciable, como dictadorzuelo de república bananera, en busca del poder absoluto sin importarle la destrucción de la República que tanto trabajo nos ha costado construir.

A pesar de que estamos en pleno periodo preelectoral, Andrés Manuel ignora una vez más las leyes y actúa como candidato. Miente al ofrecer, miente al criticar, miente al agredir, miente siempre.

Mentiroso e insaciable, encontrará un cambio el 6 de junio; los mexicanos que amamos a México y a la verdad lo lograremos, ¡no más mentiras!

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