México tiene una deuda con los trabajadores

Por Eduardo Ramírez

• El derecho al trabajo es un derecho fundamental y esencial para poder ejercer nuestros demás derechos humanos. Es una parte inseparable e inherente de la dignidad humana.

Durante el Congreso Obrero Socialista celebrado en París en el año de 1889, se fijó la conmemoración del Día del Trabajo, para recordar y reivindicar a un grupo de sindicalistas que fueron condenados a muerte por su participación en una huelga que inició el 1 de mayo de 1886 en los Estados Unidos.

• En México, la lucha por los derechos humanos en el trabajo también tuvo su expresión en el movimiento obrero que daría lugar a la incorporación de los derechos sociales en nuestra Constitución Mexicana de 1917.

Es así que, bajo la influencia de Francisco J. Múgica y los hermanos Flores Magón, se establecieron los derechos laborales y la Ley Federal de Trabajo, que regula las relaciones laborales entre las y los trabajadores con el sector patronal.

Quiero resaltar a un sector de nuestra población que tiene demandas añejas y que aún, como Estado mexicano, no hemos podido cumplir. Me refiero a los trabajadores del campo y a los empleadores de este sector, en particular a los eventuales y estacionales.

Según cifras del Inegi, se estima que, de los más de 6.8 millones de trabajadores del campo mexicano, solamente se encuentran afiliados al régimen del Seguro Social 660 mil.

En el estado del que vengo, Chiapas, contamos con procesos de producción de café, papaya, plátano, mango, palma, cacao y granos; sin embargo, en los últimos años estos procesos se han visto afectados pues no se cuenta con los suficientes jornaleros agrícolas especializados, quienes son contratados por temporadas, atendiendo el cultivo del que se trate.

Estos trabajadores eventuales y estacionales del campo viven en carne propia el fenómeno de la migración, unos emigran hacia los Estados Unidos en busca del sueño americano y otros cuantos lo hacen al interior de nuestro país. Siempre en busca de mejores condiciones de vida.

La Red Nacional de Jornaleros Agrícolas ha exigido la creación de un esquema con nuevas estrategias, como la política de bienestar para atender a los jornaleros y a sus familias, con apoyos reales que dignifiquen sus condiciones de vida.

Desde el Senado de la República insistiremos para que el sector patronal del país aporte 10% en la cuota que establece la Ley del Seguro Social, y haremos las gestiones necesarias para que el gobierno federal, a través del Ramo 19, destine los recursos suficientes para lograr una adecuada aportación tripartita: trabajador, patrón y gobierno federal.

El derecho al trabajo es un derecho fundamental y esencial para poder ejercer nuestros demás derechos humanos. Es una parte inseparable e inherente de la dignidad humana.

• Mientras no atendamos y cumplamos las demandas a los jornaleros agrícolas, no habrá justicia laboral ni estaremos reconociendo sus derechos.