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La Visa Mexicana para centroamericanos, ¿para qué?

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Juan Sabines*

El vicepresidente Mike Pence recientemente dijo en un evento con el Washington Post que “no es inconcebible que personas del Medio Oriente se hayan unido a la caravana”, que según los últimos estimados supera los siete mil, afirmando que incluso hay estadísticas… “En el último año fiscal, detuvimos a más de diez terroristas o presuntos terroristas por día en nuestra frontera sur, procedentes de los países a los que se hace referencia como ‘distintos de México’”.

¿Será cierto que por nuestra frontera sur crucen terroristas  y extremistas religiosos? probablemente, a ciencia cierta nadie lo sabe, pues un alto porcentaje de las personas migrantes que entran a México no es revisado por ninguna autoridad.

La frontera sur de México es porosa y vulnerable sin ningún tipo de control más que en los puentes, puertos y cruces donde ingresan a México solo una parte del total de personas migrantes, muchos pasan por bandas delictivas de traficantes de personas, nada les impide también cruzar narcóticos, armas y por qué no, terroristas. No es descabellada la teoría de Pence.

La frontera sur es como aquella puerta llena de candados que no tiene paredes.

En  los mil 149.5 kilómetros de extensión de la frontera sur de México hay más de 700 cruces informales sin ningún control ni supervisión, sólo hay 10 pasos formales, uno en Quintana Roo, dos en Tabasco y siete en Chiapas. Se estima que nueve millones de personas han ingresado a México por la frontera sur de forma documentada, de 2103 a 2018.

Según cálculos del Inami, en 2017 400 mil personas entraron a México de forma irregular por la frontera sur, de las cuales 250 mil fueron alojadas en estaciones migratorias, el resto, 150 mil se distribuyeron en el territorio nacional para llegar a Estados Unidos, aunque reportes de ese país indican que arrestaron a 521 mil 190 en 2018, más los que no arrestaron, dista mucho de los 150 mil que se calcula en el Inami.

Aquí una anécdota que ilustra de alguna forma la realidad de las personas migrantes indocumentadas que cruzan por Chiapas:

Una de las primeras caravanas migrantes fue en 2011, denominada “Paso a Paso Hacia la Paz”, organizada por el Movimiento Migrante Centroamericano, conformado por ONG, en el marco de la visita a México del representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Felipe González, relator de la CIDH en el tema de migración.

El objetivo de la caravana era protestar contra los secuestros, abusos, extorsiones, asesinatos y desaparición forzada de personas migrantes en México, así como localizar a cientos de personas migrantes desaparecidas en su tránsito por México.

Entraron por Ciudad Hidalgo, en Suchiate, y caminaron por las vías del ferrocarril que hasta 2005 cruzaba el litoral chiapaneco por el Soconusco y la región Istmo-Costa en el Pacífico. Su último punto en Chiapas sería Arriaga donde tomarían “La Bestia”. La caravana cruzó Chiapas sin contratiempos, pernoctaron en el albergue “Casa del Migrante, Hogar de la Misericordia” que dirige el padre Heyman Vázquez. Por la mañana esperaban el arribo del tren, pero éste nunca apareció. Al enterarme busqué al secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora (Q.E.P.D.), me dijo que el tren estaba descompuesto y varado en Minatitlán, Veracruz y que no llegaría a Arriaga en un par de días. La caravana no esperaría por el tren, aunque era cierto lo que dijo el secretario Blake, difícilmente aceptarían esa versión, lo que agudizaría el conflicto, pues no faltó quien dijera que el gobierno federal saboteaba la caravana, no era así. Siendo el gobernador de Chiapas tomé dos decisiones: instruir al titular del Instituto de Protección Civil del Estado para que, por ayuda humanitaria, trasladara a las personas de Arriaga a los límites con Oaxaca.

La segunda decisión fue trasladarme a dicho albergue donde me encontré con aproximadamente 300 personas migrantes centroamericanas, les expliqué la versión del secretario de Gobernación sobre el tren y les ofrecí la alternativa de los vehículos de Protección Civil, la cual aceptaron después de mi insistencia. Ahí estaban los padres Solalinde y Heyman, quienes me permitieron dirigirles un mensaje al grupo de personas migrantes, les pregunté el por qué cruzaban por el río o la montaña en vez de usar el puente fronterizo. La respuesta fue casi unánime y al unísono, “no tenemos visa mexicana”. Les dije que eso lo podríamos resolver, que buscaría ayuda en cancillería y en el Instituto Nacional de Migración, sólo les solicité sus respectivos pasaportes emitidos por su país de origen. ¿Saben cuántos tenían pasaporte? Ninguno.

¿Qué caso tiene que México siga exigiendo la visa a centroamericanos si la gran mayoría cruza sin pasaporte y por accesos irregulares? Una propuesta que hice desde entonces, y la sostengo, es que México retire el requisito de la Visa a Centroamericanos, en particular a los del “Triángulo del Norte”, (Guatemala, Honduras y El Salvador). En vez de la visa, les solicitemos pasaportes vigentes y una cédula de identidad aprobada por los cuatro países, en los que se especifique que el país de origen brinda el permiso de viajar a su connacional y que está libre de antecedentes penales. El país receptor, México en este caso, obtendría los datos biométricos y otorgaría un permiso temporal de tres meses para visitar e incluso, en algunos casos para trabajar en México. Se revisaría al 100% de los que ingresen a México, en vez de los porcentajes estimados por debajo del 50%. Entonces sí, quienes no pasen por la puerta, por la puerta amiga de México, que se les sancione y se les deporte con todo el rigor de la Ley con estricto respeto a los Derechos Humanos y a los tratados internacionales. Esto daría certeza a todos, a la persona migrante que no sería más una víctima de la delincuencia; a la sociedad mexicana al ordenar su proceso migratorio; incluso al gobierno de Estados Unidos, con la garantía que México está dejando entrar al país a personas confiables. México daría cabal cumplimiento al pacto por la Migración y promovería con eficiencia el respeto a los Derechos Humanos de las personas migrantes, acorde a la prioridad que con determinación ha instruido el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Exgobernador de Chiapas

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