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Los próximos 18 meses

Manuel Gómez Granados

Manuel Gómez Granados

Los próximos 18 meses en la vida pública de Estados Unidos serán los más agitados que haya vivido aquel país desde que, el 9 de agosto de 1974, Richard Nixon fuera forzado a renunciar a la Presidencia de aquel país. No es que se pueda anticipar que Trump será obligado a renunciar, pues cuenta con la lealtad ciega de al menos 40 senadores del Partido Republicano que le garantizan que, incluso si la Cámara Baja del Congreso de aquel país votara a favor de aprobar el decreto de desafuero (articles of impeachment), sería difícil que una mayoría de la Cámara de Senadores votara para destituirlo.

Sin embargo, el desafuero de Nixon nunca llegó a ese extremo. Se cumplió con algunas de las formalidades del caso en la Cámara Baja, pero la avalancha de revelaciones acerca del uso faccioso de las instituciones de justicia por parte de Nixon, terminó por hacer insostenible la situación y, por ello, prefirió renunciar.

Y es cierto, Trump no es Nixon. Con todos sus errores, Nixon peleó en la Segunda Guerra Mundial, mientras que Trump eludió Vietnam alegando un problema en los pies que no le impidió vivir como un playboy toda su vida. Nixon fue presidente al culminar una carrera en el servicio público que, de no haber sido por Watergate, haría que muchos vieran en él un ejemplo a seguir.

Trump no sólo carece de esa noción de servicio público, sino que cuenta con el respaldo de la derecha radical, racista, seudocristiana de pastores como Paula
White, Franklin Graham, la familia Falwell, además de algunos obispos católicos y ministros de otras denominaciones, que limitan su visión del Evangelio a la lucha contra el aborto y que, por ello, están encantados con los nombramientos que Trump ha hecho para la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos.

Ello les ha permitido hacer de Trump una especie de Constantino que libra una batalla contra el mal condensado en las disposiciones que permiten el aborto en EU. Gracias a ello, es casi imposible pensar que el apoyo a Trump pudiera menguar lo suficiente para ser destituido por una mayoría del Senado de ese país.

Sin embargo, como sucedió con Nixon, la presión social, las constantes protestas y señalamientos podrían hacer que las encuestas de cara a la elección de 2020 fueran el termómetro que determinara el futuro de Trump. Un factor que conviene considerar es que, a diferencia de Nixon, que no enfrentó a ningún adversario en las primarias republicanas de 1971-2, en el caso de Trump ya hay un precandidato republicano que le disputará la nominación, el exgobernador de Massachusetts, Bill Weld, lo que seguramente servirá para darle cauce a la insatisfacción que existe en ese partido con los excesos de Trump y sus aliados.

Es importante destacar que el miércoles de esta semana se dio un paso adelante en la lógica del desafuero. Las declaraciones del ahora exfiscal especial, Robert Mueller, dejan ver que hay suficientes acusados, algunos de ellos muy cercanos al aún Presidente, para que sea el Congreso el que avance en esa ruta. Él no podía hacerlo, explicó en su brevísima conferencia de prensa, por las limitaciones legales que existen para que el Departamento de Justicia inicie un proceso así.

Es difícil adelantar qué sucederá. Trump está interesado en que inicie el proceso de desafuero, pues así podrá presentarse como víctima, algo que ya ha hecho en los últimos dos años, pero que estima podría serle útil para llegar a la elección de 2020 como víctima y explicar así su fracaso. A ello, ha agregado una guerra aduanera contra México, para forzarnos a bloquear las fronteras con Guatemala y Belice.

Los demócratas tienen una tarea difícil por delante, sin embargo, la Constitución de EU es clara en lo que hace a las funciones que el Congreso debe cumplir como supervisor del trabajo del Ejecutivo.

Habrá que ver si lo hacen y cómo se imbrica esa decisión con la elección de 2020, así como el efecto que estas turbulencias tendrán en México, pues, de materializarse las tarifas, las consecuencias en la economía mexicana serían inmediatas, sin que sea posible pensar que reciprocar pudiera ser atinado, pues afectaría nuestras compras de maíz y gasolinas, entre otras.

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