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El trasfondo de la guerra

Manuel Gómez Granados

Manuel Gómez Granados

Detrás de la más reciente ronda de ataques a México este mes de junio, llevados a un extremo inimaginable diez o 20 años atrás, está una larga y complicada historia personal de racismo del actual presidente de Estados Unidos, el agotamiento del modelo democrático de aquel país, así como una serie de errores de los gobiernos, tanto republicanos como demócratas, para resolver al menos dos problemas básicos de su economía: los efectos indeseables de la globalización, que dejó a miles sin empleos o con empleos de baja calidad y la inviabilidad del sistema de salud.

En esta ocasión, libramos lo que hubiera sido el inicio de una guerra de aranceles que sólo hubiera afectado a las personas en los empleos más frágiles en las cadenas de abasto, producción y distribución de las empresas más directamente beneficiadas por el Tratado de Libre Comercio.

Sin embargo, como lo demuestran las actitudes irresponsables y arrogantes de Donald Trump durante esta semana, la amenaza no ha terminado. El supuesto acuerdo secreto, que no lo fue tanto luego de que The Washington Post ampliara la imagen que uno de sus fotógrafos tomó al papel que Trump ondeó como prueba de ese supuesto acuerdo, sumado a muchas otras instancias en las que él ha mentido o alardeado, deja ver que estamos apenas en el inicio de lo que será poco más de un año de constantes ataques que se recrudecerán en la medida que nos acerquemos a la elección de noviembre de 2020.

La arrogancia de Trump es más peligrosa porque, aunque los demócratas tienen una clara obligación para iniciar ya el proceso de desafuero y juicio político, hay quienes creen en ese partido que iniciar el proceso terminaría por ayudarle a ganar su reelección. No podemos olvidar, ahora menos que nunca antes, que la elección presidencial se realiza con un arcano modelo diseñado en el siglo XVIII para contener y acallar las demandas de las personas pobres que vivían en las pequeñas, pero pujantes ciudades de Estados Unidos en aquel entonces (Nueva York, Filadelfia y Boston, entre otras) y dar preferencia a los votos de quienes vivían en las zonas rurales.

Lo que resulta de ello, la elección indirecta por medio de un colegio electoral, hace que el riesgo de una victoria de Trump en 2020 siga estando presente y que nadie en su sano juicio pueda desestimarlo del todo.

Para lograr ese triunfo, sin embargo, Trump necesita “enemigos” y México es su “enemigo” favorito. No deja de ser paradójico que seamos nosotros, que no poseemos un arsenal nuclear, mientras que países que sí lo poseen y que lo desarrollaron con el propósito expreso de atacar a Estados Unidos, como Corea del Norte, son objeto de cortesías de parte de Trump.

Dado que seremos objeto de esos ataques, los medios de comunicación y la sociedad en general en México, debemos ser lo suficientemente maduros para comprender que Trump miente de manera compulsiva.

Ello se puede confirmar al revisar la manera en que los abogados de Trump le impidieron ofrecer su testimonio ante Robert Mueller, el fiscal especial que recién concluyó su investigación, al considerar lo dicho por Michael Cohen, el exabogado milusos de Trump que ahora cumple una sentencia por haber mentido al Congreso, por instrucciones de Trump o las mentiras que uno de sus hijos también ha dicho en testimonios ante el Congreso.

No sólo miente. También se distingue por su racismo que está ampliamente documentado en las entrevistas que concedió a lo largo de muchos años a conductores de programas de radio y televisión de Estados Unidos como Howard Stern o David Letterman. Muchas de esas entrevistas están disponibles en YouTube y ahí puede verse cómo, ya desde los noventa, hay una clara afición de Trump por los ataques a México y por los ataques racistas a latinos y otras minorías visibles en EU, sin olvidar su machismo nacionalista.

Esto debería servir para alertarnos sobre lo que será una época muy difícil, en la que debemos estar preparados para enfrentar los ataques de Trump como nación. Debemos evitar quiebres y conflictos como resultado de esta situación. México debe sobrevivir a Trump, pero sólo será posible si somos muy prudentes y evitamos morder los anzuelos que nos lanzará.

 

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