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X-Men: Dark Phoenix

La Crítica

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Por Lucero Calderón

La saga de los X-Men, que dio inicio hace 19 años, cierra un ciclo con X-Men: Dark Phoenix, cinta que en esta ocasión le apuesta a la presencia femenina al tener como protagonistas a Sophie Turner (Game of  Thrones) y a la dos veces nominada al Oscar, Jessica Chastain.

A pesar de tratarse de una película con el sello de la saga, el resultado es poco alentador. Los nuevos actores que dan vida a las versiones jóvenes de los mutantes, que en el pasado se quedaron en el imaginario colectivo gracias a Halle Berry, Famke Janssen o James Marsden, por mencionar algunos, parece no ser la mejor elección, pues la química entre esos nuevos rostros es nula a lo largo de la trama.

Michael Fassbender, James McAvoy y Jennifer Lawrence, quienes se ganaron un lugar al interpretar a las versiones jóvenes de Magneto, el Profesor X y Mystique, respectivamente —y que en las primeras películas fueron recreados por Ian McKellen, Patrick Stewart y Rebecca Romijn—, se aprecian sin fuerza alguna y parecería que sólo estuvieron para cumplir un contrato y ganar unos cuantos dólares.

X-Men: Dark Phoenix es una cinta plana que no emociona ni conmueve y que pasará  como un estreno más de la cartelera internacional.

Este filme fue de los últimos que produjeron los estudios Fox antes de que su contenido fuera adquirido por Disney. Ya veremos qué tal le va en cuanto a taquilla.

ACTÚAN: Jessica Chastain, Sophie Turner, Michael Fassbender y James McAvoy.

DIRIGE: Simon Kinberg.

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