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El complot mongol

La Crítica

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Por Lucero Calderón

La obsesión juvenil que desarrolló el director mexicano Sebastián del Amo por la novela policiaca El complot mongol, por fin se vio materializada gracias a su terquedad, en la pantalla grande.

La historia, que en 1969 escribió Rafael Bernal y en la que el matón a sueldo, Filiberto García, se ve envuelto en una supuesta conspiración china para asesinar al presidente de Estados Unidos durante su visita a México, es materializada por un puñado de actores que coordinaron sus agendas para poder ser parte de esta adaptación fílmica que no ha perdido temporalidad, pues se abordan temas que, 50 años después a su publicación, siguen más vigentes que nunca.

Damián Alcázar, Bárbara Mori, Ari Brickman, Moisés Arizmendi, Eugenio Derbez y Xavier López Chabelo se pusieron bajo las órdenes de Del Amo (El fantástico mundo de Juan Orol y Cantinflas) para evidenciar que, aunque pasen los años, los políticos mexicanos siguen arrastrando y poniendo en práctica el compadrazgo, la corrupción y el acomodar las leyes al antojo y según las necesidades de determinada situación. Ahí es que radica la importancia de la novela que, antes que Del Amo, fue adaptada en 1978 por el director Antonio Eceiza, teniendo en el elenco a Blanca Guerra, Pedro Armendáriz Jr. y Ernesto Gómez Cruz.

Aunque la versión de Del Amo tiene elementos rescatables, como el diseño de arte y las actuaciones, algo sucedió en el camino que la película no terminó de cuajar y perdió el rumbo.

ACTÚAN: Damián Alcázar, Bárbara Mori, Eugenio Derbez y Chabelo.

DIRIGE: Sebastián del Amo.

 

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